¿Sobrevivirá UNRWA a la guerra en Gaza?

United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East (UNRWA), la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, fue creada, en 1949, gracias a la Resolución 320 (IV) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El mandato de UNRWA era apoyar a los refugiados palestinos en cualquier país del mundo.

La ONU inventó, así, el llamado “derecho al retorno”, aunque sólo para los palestinos.

Sin embargo, otros pueblos desplazados, especialmente, después del final de la II Guerra Mundial, fueron asistidos por la ONU para reiniciar sus vidas en los territorios a los que se vieron obligados a trasladarse, ya que nunca volvieron a los suyos originales.

UNRWA comenzó a operar en 1950 y, desde entonces, por razones políticas, dicha misión ha ido cambiando a lo largo de los años.

La lógica que dio sentido al nacimiento de UNRWA, como instrumento de vigencia limitada en el tiempo, para permitir que los desplazados regresaran, se ha convertido en permanente.

En sus orígenes, los países árabes utilizaron UNRWA en su lucha contra el Estado de Israel.

El liderazgo del movimiento palestino, por su parte, convirtió a UNRWA en una organización que le permitió perpetuar un estatus de refugiados para los palestinos, que ha permanecido en la mente de éstos y de una gran parte de la comunidad internacional.

En definitiva, UNRWA ha facilitado la sostenibilidad y la extensión del ethos de víctimas y de refugiados que alientan los dirigentes palestinos.

UNRWA ha permitido convertirse, voluntaria o involuntariamente, en un instrumento de apoyo a las facciones terroristas palestinas en su combate contra el Estado de Israel.

El pecado original de UNRWA fue que, como organización, nació con un objetivo político, es decir, dedicarse exclusivamente a los refugiados palestinos en todo el mundo.

Todo ello a pesar de que la ONU cuente con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) –The UN Refugee Agency (UNHCR)- para la asistencia a refugiados de cualquier origen.

Desde la creación de la Autoridad palestina, en 1994, UNRWA ha estado actuando como si fuera un Estado dentro de un Estado.

Así ocurre en todas las jurisdicciones en las que UNRWA interviene suministrando sus servicios -educación, aunque ésta no forme parte de su mandato original, empleo, salud o asistencia social-, ya sea en Gaza, en Cisjordania, en Jerusalén Este, en Jordania o en el Líbano.

Uno de los hechos más llamativos de esta deriva es que sólo 70 de los 13.000 empleados de UNRWA en Gaza no son palestinos, del total de sus 30.000 trabajadores en la región.

La misma UNRWA es la que está provocando esta situación absurda de ser el empleador de aquellos a los que debe asistir temporalmente.

En la práctica, UNRWA es la plataforma principal para transferir ayuda humanitaria a la población de la Franja de Gaza.

Sin embargo, UNRWA no hace su trabajo de forma eficiente.

Parte de la ayuda que canaliza UNRWA no llega a sus destinatarios finales en Gaza porque el grupo terrorista Hamas la roba para asegurar su supervivencia como organización combatiente.

Un volumen significativo de dicha asistencia para los civiles de Gaza es gestionado y entregado a través del control que sobre ésta ejercen familias o clanes palestinos, los cuales reciben dinero de Hamas por acceder a aquélla o colaboran con este grupo en su distribución.

En resumen, UNRWA cumple sólo en parte con su función de hacer llegar la ayuda humanitaria a la población de Gaza y, por ello, no consigue resolver sus problemas fundamentales.

La contradicción en la que UNRWA vive sobre el terreno en Gaza es grande.

Por un lado, UNRWA debe mantener la interlocución con las Fuerzas de la Defensa de Israel (FDI) para garantizar la distribución de la ayuda en la Franja en mitad de una guerra.

Todo ello sucede, por otro lado, mientras que la dependencia de la población de Gaza hacia UNRWA crece a la vez que, de forma simultánea, desaparece la confianza de aquélla hacia Hamas, organización que, directa o indirectamente, controla UNRWA.

UNRWA en Gaza está completamente infiltrada, si no, controlada, por Hamas.

Todos los empleados de UNRWA se identifican, han sido cotejados o son miembros operativos de Hamas, como es el caso, a modo de ejemplo, del presidente del sindicato de trabajadores de UNRWA en Gaza, Mustafa El-Hindi, quien forma parte del buró político de Hamas.

Asimismo, los edificios de UNRWA, colegios y hospitales, son utilizados por Hamas como instalaciones militares, desde las que opera, y, a todos los efectos, UNRWA se ha dejado abducir por la infraestructura militar de Hamas en Gaza.

UNRWA se ha convertido en un factor problemático en Gaza, ya que permea el síndrome y transmite el relato del refugiado como arma política y ha permitido que Hamas opere en Gaza bajo su cobertura para alcanzar sus objetivos terroristas.

Al final, UNRWA está desperdiciando la oportunidad de apuntalar su rol en Gaza porque es incapaz de cubrir eficientemente las necesidades de la población mientras que, a la vez, mantiene demasiadas ataduras con Hamas, una organización que se encuentra en pleno proceso de desmantelamiento por parte de las FDI.

La sociedad y los líderes militares y políticos israelíes están inmersos, en la actualidad, en el debate sobre lo que sucederá en Gaza a partir del día después a la conclusión de la Operación Espadas de Acero de las FDI y, con ella, a la aniquilación de Hamas.

El debate está abierto, también, sobre si UNRWA debe reformarse o, sencillamente, desaparecer de Gaza.