Las 3 líneas de defensa ucranianas en el Donbas

Durante las primeras semanas de la Operación Militar Especial, Rusia tomó una cantidad enorme del territorio ucraniano para el que apenas tenían desplegados efectivos suficientes para mantenerlo.

Rusia confiaba en que las negociaciones que se estaban celebrando con Ucrania, por mediación de Turquía, pudieran tener un resultado positivo.

Cuando esas conversaciones fracasaron, las tropas rusas se trasladaron al este de Ucrania, desde donde iniciaron un ataque contra la primera línea de defensa de las fuerzas ucranianas, constituida por las ciudades de Severodonetsk, de Lisichansk, de Popasna y de Svitlodarsk, que discurría a lo largo de líneas de ferrocarril y de carreteras que conectaban las principales ciudades del Donbas.

El 1 de julio de 2022, esa primera línea fue rota por las fuerzas rusas y las tropas ucranianas retrocedieron hasta situarse detrás de su segunda línea de defensa.

Esta línea, llamada “Línea Zelensky” por los ucranianos, alinea las ciudades de Seversk, de Soledar, de Bajmut, en la denominación nueva de los ucranianos, o de Artemovsk, en su denominación original en ruso, y de un pueblo llamado Nueva York para, después, conectarse con la antigua línea de alto el fuego de 2015 de la República de Donetsk.

Las fuerzas rusas evitaron un asalto directo a esta segunda línea, que hubiera sido costoso, y, en vez de ello, lanzaron una operación para adentrarse en profundidad, desde el norte, en la región de Donetsk, por detrás de la línea defensiva ucraniana.

Tras varios intentos fracasados, a finales de agosto de 2022, el mando ruso cambió a una disposición defensiva, redujo las tropas que mantenía en la zona de Járkov y el resto de la fuerza se trasladó al frente oriental para reforzar sus defensas.

En el lado ucraniano, por su parte, se optó por adentrarse en la región de Járkov, mientras que las tropas rusas, aún posicionadas allí, se desplazaron hacia el este.

La operación ucraniana fue rápida y se ejecutó de forma exitosa, aunque la velocidad con la que se desarrolló supuso que la cobertura de la artillería pesada ucraniana fuera escasa o inexistente, lo que permitió a las fuerzas rusas utilizar su artillería para atacar a las formaciones ucranianas con misiones de fuego planificadas de antemano.

Tras avanzar rápidamente unos 70 kilómetros, de oeste a este, las tropas ucranianas sufrieron grandes pérdidas, se agotaron y se toparon con una línea defensiva rusa, protegida por dos ríos, que les resultó difícil cruzar.

Desde entonces, el frente de Járkov se ha mantenido estabilizado.

Rusia, a continuación, nombró al general Sergey Surovikin como comandante de todas las operaciones sobre el terreno, llamó a filas a 300.000 reservistas, 70.000 hombres más se alistaron como voluntarios y la compañía militar privada rusa Grupo Wagner aumentó el tamaño de sus fuerzas hasta unos 50.000 hombres.

El general Surovikin comenzó su tarea replegando, con éxito, a 10.000 civiles y a 25.000 soldados, con todo su equipamiento, desde la orilla norte del río Dniéper, en la región de Jerson, que fueron trasladados a la otra ribera del río sin apenas pérdidas.

A final de 2022, el acortamiento de las líneas del frente y la introducción de fuerzas de refresco permitieron a los rusos recuperar la iniciativa y lanzar intensos ataques contra las defensas ucranianas.

El 11 de enero de 2023, con el éxito de la toma de Soledar, la segunda línea de defensa ucraniana se quebró e hizo que la situación de Seversk, al norte de Soledar, y de Artemovsk, al sur, sea mucho más difícil -de hecho, ambas están a punto de encontrarse rodeadas, bien táctica u operativamente-, ya que las tropas y el material ucranianos han dejado de circular por aquella.

Es probable que las fuerzas ucranianas, ahora muy reducidas, tengan que retirarse detrás de la tercera línea defensiva al oeste de la segunda, una vez que ésta ha sido quebrada.

La tercera línea de defensa ucraniana se alarga desde Slavyansk, en el norte, a través de Kramatorsk, de Druzhkivka y de Konstantinovka hasta el pueblo de Nueva York.

Esta es la última línea en la región de Donetsk, detrás de la cual se extienden, hacia el oeste, planicies inmensas y deshabitadas hasta la ribera oriental del río Dniéper.

El asalto ruso contra esta línea de defensa estaría apoyado por otros grandes movimientos ofensivos, o bien desde Bielorrusia, en el norte, o bien desde el sur.

Para ello, el gobierno de Rusia ha creado una estructura de mando con una mayor coordinación entre todos los ejércitos y todas las armas de la Fuerzas Armadas rusas, bajo la supervisión del jefe del Estado Mayor Central, el general Valery Gerasimov.

El general Surovikin continúa involucrado en la conducción de las operaciones militares en Ucrania, como uno de los segundos del anterior, y se mantiene al frente las Fuerzas Aeroespaciales rusas, en anticipo de la participación a fondo de éstas, incluyendo los bombarderos estratégicos, en las próximas fases de la campaña militar.

Por su parte, la recuperación completa de la región de Jerson y de las regiones de Nikolayev y de Odessa, al norte del río Dniéper, requerirán de operaciones distintas por parte rusa, para cuyo despliegue el mando ruso podría esperar hasta que la destrucción y la aniquilación de las fuerzas ucranianas sea mayor.

La insistencia de Zelensky por mantener las líneas fijas y ancladas en torno a las principales ciudades, a cualquier precio, por razones de comunicación, de agitación y de propaganda -el único terreno en el que éste parece sentirse cómodo-, está teniendo un coste humano inmenso.

La artillería rusa tiene una capacidad de disparar proyectiles al día, todos los días, superior a la ucraniana por un factor de diecinueve -20.000 frente a menos de 1.100- y está siendo utilizada a conciencia para destruir a las tropas ucranianas que mantienen dichas líneas.

De hecho, se estima que los soldados ucranianos fallecidos en combate superan, hasta el momento, los 150.000.

En Estados Unidos (EE. UU.), el Estado profundo está preparando el terreno para culpabilizar a Biden -documentos clasificados descubiertos en alguno de sus despachos y en algunas de sus casas mediante- del fracaso en Ucrania, después de la debacle de la salida de Afganistán, y sacarlo de la presidencia.

Es posible que, en la reunión de Biden con Zelensky en la Casa Blanca, en diciembre de 2022, no hubiera participado sólo un cabeza de turco, sino, dos.