Éxito económico de India entre China y Rusia

El surgimiento de India como gran potencia global es imparable.

India es uno de los países asiáticos que más rápidamente está creciendo -el Producto Interior Bruto (PIB) se incrementará un 7.4% durante el primer semestre de 2024-, lo que convertirá a su economía en la cuarta más grande del mundo en 2030.

China e India han trasladado el centro de gravedad económico del mundo hacia Asia.

A pesar de ello, India observa con atención y desconfianza a China, dados los conflictos fronterizos que se mantienen sin resolver entre las dos partes, y la considera un factor desestabilizador para su rumbo de prosperidad.

India está enrocada firmemente en torno a su concepto de Autonomía Estratégica.

Desde un punto de vista global, India no quiere alinearse con ningún bloque, en un mundo cada vez más polarizado, a la vez que, en lo más práctico y cercano, su comercio bilateral con China está descendiendo, mientras que las fricciones fronterizas indochinas no mejoran.

Con este panorama, Rusia se ha convertido para la India en una de las relaciones de amistad más perdurables y seguras en el tiempo.

Para el gobierno de Modi, una Rusia fuerte es en el interés de India.

Asimismo, Nueva Delhi está persuadida de que esta percepción existe en sentido inverso, ya que ambos países comparten puntos de vista sobre asuntos internacionales críticos.

De forma no intencionada, la guerra en Ucrania y la diplomacia torpe de Estados Unidos (EE. UU.) han dado un ímpetu nuevo a esta relación, especialmente, en el terreno económico.

El comercio bilateral entre los dos países ha crecido un 250%, entre abril de 2022 y abril de 2023, hasta alcanzar un valor de más de $50 millardos.

Las importaciones de petróleo ruso por parte de la India han crecido desde un volumen que representaba el 0.2% de las necesidades indias, en febrero de 2022, hasta el 45%, en junio de 2023, lo que, en la actualidad, se traduce en más de 2,2 millones de barriles al día.

Las inversiones directas mutuas superan, de forma agregada, los $30 millardos y las de la India en Rusia tienen un foco de concentración en las regiones rusas del Lejano Este y, muy especialmente, en Vladivostok.

Por último, la cooperación bilateral entre India y Rusia en materias de defensa o de combate contra el yihadismo terrorista está creciendo.

Así lo prueban las plantas nuevas de fabricación de rifles Kalashnikov y de sistemas antiaéreos S400 rusos que se han establecido en la India o el ímpetu que Moscú y Nueva Delhi, de forma coordinada, le están dado a la lucha antiterrorista en el seno del agrupamiento de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

India no actúa al dictado de los mandatos de Washington y la diplomacia estadounidense no ha conseguido aislar a Rusia, más bien, lo contrario.