Mi santo costillo, mi marido, o como quieran ustedes llamarlo, et moi, estábamos de aniversario de boda el fin de semana pasado y decidimos celebrarlo solos. Tampoco un viaje a París (más quisiera), simplemente ir a comer juntos. Y ya. Tuvimos dudas. ¿Y si nos llevamos a las niñas a comer por ahí? Ah, qué buena idea, pensamos, al fin y al cabo la familia somos los cuatro. Pero enseguida me vino a la mente la escena: que me tengo que levantar y se me queda lo que me he pedido, frío. Que la pequeña se hace caca justo cuando le vas a hincar el diente al solomillo, que la mayor se cabrea porque quiere helado y todavía no hemos ni empezado a comer. Descartado. Mira, mi amor, nos vamos tú y yo solos y en paz. Al fin y al cabo pasamos todos los fines de semana con ellas (amén de los días de semana, of course) Las niñas, con los abuelos. Y eso hicimos.
Una amiga me había hablado de un lugar estupendo en el que había estado hacía dos fines de semana, La Fábrica de los Bravos, se llama. Está en Valdemorillo. Un poco lejos, sí, pero merece la pena. Sobre todo porque a mí lo de irme a la sierra (y para mí sierra es todo lo que está fuera de la m- 50 así sea Leganés) me chifla. Y ya si es otoño, con las hojas cayéndose etc…no me puedo resistir al plan. El caso es que cuando llegamos ya nos dimos cuenta de que justamente ese restaurante sí es un lugar adecuado para ir con niños. ¡Vaya por Dios!, siempre saliendo azorados de los lugares porque tenemos la impresión de que no somos bienvenidos con niños (y eso que se portan bastante bien) y resulta que este sitio era el paraíso para padres e hijos. Miren ustedes, para empezar, si comes en la terraza, tienes delante de ti una explanada donde pueden correr, desgañitarse y todo ello sin escaparse del recinto. Algo que se agradece. No es que mis criaturas vayan tirando de los manteles pero correr, corren. Y si no hay obstáculos en el camino todos salimos ganando. Yo hace tiempo que renuncié a llevar tacones en fin de semana: corro más si voy plana. Así que aunque solo sea por la explanada, el lugar merece la pena.
Luego está la comida que oigan eso a los que somos de buen yantar nos importa y bastante. Yo no sé si a ustedes les pasa pero nosotros estamos constantemente preguntando a las amistades que a ver si les suena algún restaurante que sea friendly kid y que no sea, a ser posible, ni el MacDonalds ni una piscina de bolas. Algo que se acomode a las exigencias de los niños pero también a la comodidad de los padres.
Miren yo no tengo nada en contra de la cadena americana pero ir a comer a sus lugares no me parece el plan más divertido. Por no hablar de que prefiero que mis hijas se acostumbren a comer un steak tartar mejor que una doble con queso. Por cultura más que nada. Y porque miren, a nosotros nos gusta la sobremesa y en el mac donalds no se hace posible. Al final casi nunca encontramos lugares que se adecúen y terminamos yendo siempre a los mismos previa consulta de servidora siempre en google con los tags Friendly kid.
Así que contribuyo a las madres de la zona poniendo en su conocimiento este estupendo lugar para que amplíen zona y planes. Más que nada para las que son como yo que les gusta este plan con niños. Que ya sé que las hay que no, que esto lo consideran un sacrilegio. Y es que miren, yo pensaba que después de parir me iba a dejar de gustar el vino, pero se ve que no. Al final voy a tener que ingresar en el club de las malas madres y todo.
PD: Por cierto, la velada de aniversario fue muy bien. Gracias. Debería ser obligatorio en todos los matrimonios una escapada de estas, a solas, al mes. Por salud.
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