
Cuando comencé a escribir este blog, hace ya más de tres años, nunca imaginé que me darÃa más satisfacciones que saber que he dejado por escrito muchos dÃas de la vida de doña Tecla, sólo entonces ella existÃa, y ahora de Mofletes prietos. El blog me ha acercado a un mundo del que desconocÃa su existencia: la blogosfera maternal. AhÃ, como en la vida real, hay de todo. Blogs tiernos, redichos que todo lo saben, sentidos, cursis, cachondos, certeros, con faltas de ortografÃa e impecables e impolutos como el Quijote.
Por si no lo saben ejerzo, además de madre que no llega a ninguna parte, de agente literaria. En tiempos fui editora y cuando me monté por mi cuenta decidÃa que mejor era hacerlo desde el otro lado del proscenio, es decir, desde la butaca. Básicamente me dedico a buscar nuevos autores a los que decirle: ¡Ey!, ¿por qué no escribes un libro? Primero convenzo al autor y le ofrezco aire, humo, como se quiera llamar, es decir, nada. Una vez firmamos el contrato entre nosotros (nunca se sabe quién puede salirte por peteneras) me pongo en contacto con los editores que ya me tengo bastante trillados y sé por donde respiran. Y, a veces, suena la flauta. Digamos que de cada diez intentos salen dos, más o menos. Hay que trabajar mucho para que esto se convierta en rentable. Muchas visitas a blogs, a artÃculos, muchas tertulias en la tele, en la radio, muchas visitas a librerÃas, ver de qué va el mercado y qué es lo que quiere la gente. No busco libros que me gusten a mÃ, sino que gusten a la gente.
Pero a veces hay excepciones. Una de ellas es la que les voy a contar. Hace aproximadamente un año, sobre junio, comencé a leer Una mama española en Alemania. No exagero, fue empezar y no parar. Recuerdo estar en la piscina de mi casa y ver a las vecinas mirarme con cara de “y esta, ¿de qué se rÃe”? A veces las carcajadas superaban los decibelios recomendables en una señorita (se supone) bien educada. No tengo reparos en decir que me leà su blog en una semana. Enterito. Mi marido se mosqueó. Bastante, por cierto. ¡Y eso que yo le decÃa que era mi trabajo! Pero claro, llevarte el IPAD al coche para no perder ripio es ya otro cantar!
Les resumo: me puse en contacto con ella, enseguida quedamos para un café. Hubo buena sintonÃa. En septiembre me puse de lleno a ello y en octubre Planeta, nada más y nada menos que Planeta, dijo sÃ. Hoy, esta misma tarde aterriza la teutona por adopción, Fátima Casaseca, en Madrid para poder dar entrevistas a tutiplen a los periodistas.
Ya está en preventa en Amazon y oscila entre los 20 y 30 libros más vendidos. ¡Ahà es nada! No es porque sea mi autora, que también, pero yo les recomiendo a esta mujer de sólo 31 años, madres de tres polluelen, casada con el ya también famoso maromen (que por cierto, reina, no sé para que quieres la lavadora Miele cuando puedes lavar la ropa en los abdominales de maromen ) y viviendo en mierdapueblo. El libro no es una recopilación del blog aunque tiene algún post aclamado popularmente, es más que eso.
Lo tienen aquà para comprarlo por si son vagos de naturaleza como yo. Les recomiendo leerlo en lugar donde no les tachen de locas, las carcajadas están aseguradas. Y, sobre todo, viene bien para recordarles a algunas madres que la maternidad es muy bonita, bla, bla, bla y tiene cosas muy tiernas, bla, bla, bla pero también tiene su lado divertido y no hace falta eleborar tratados de Kant en cada post que alguna escribe. Por cierto, ¿les he dicho que la autora, además, es licenciada en FiolosofÃa y TeologÃa protestante por la Universidad de BerlÃn? Un primor, oigan. Y encima publica libro. Las hay con suerte
¡Suerte, Fátima! Aquà estoy yo para ayudarte.
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