Cenar fuera de hora

Hoy, tras una nueva (la tercera) comida en KABUKI WELLINGTON, tan satisfactoria como las dos anteriores, he estado en el Palacio de los Deportes para ver el partido de baloncesto de España en el europeo. Ya saben los asiduos al blog que soy gran aficionado a este deporte (Estudiantes puro y duro), así que gracias a una amable invitación de la gente de la Sexta he podido disfrutar de un palco junto a la pista, al lado de Emilio Aragón, y justo detrás de Buenafuente y de Mariano Rajoy. Como este es un blog gastronómico no les voy a hablar del partido ni de la fácil victoria de España frente a Alemania (futbolistas, tomad nota). Pero sí de una cuestión que me preocupa. Como el partido era a las 9,30 y además ha habido un parón largo por el fallo de los marcadores electrónicos, hemos salido pasadas las 11,30. Y ahí surge el problema: ¿dónde se puede cenar bien en Madrid a esas horas? Estaba acompañado por dos ilustres gourmets y los tres nos hemos quedado en blanco. Afortunadamente hemos llamado a la marisquería RAFA, en Narváez, donde aprovechando que nos conocían, nos han dicho amablemente que nos esperaban. Así que en la barra hemos podido disfrutar de una ración de buen jamón, bien cortado; de otra de salpicón, impecable; de unas ostras magníficas; y de unas gambas blancas cocidas que, ay, no eran las de otras ocasiones. Todo regado con una botella de Krug Grande Cuvée.

A lo que iba. ¿Cómo una ciudad como Madrid, que presume de cosmopolita, apenas tiene un sitio decente donde cenar fuera de hora? ¿Dónde podían ir esta noche los miles de asistentes al partido de baloncesto? Ya sé que en Barcelona es todavía peor. Allí resulta difícil cenar incluso a partir de las diez y media o las once, pero eso no justifica que un madrileño que sale de un espectáculo (ópera, concierto, fútbol, baloncesto) a partir de las 11 o las 11,30 no tenga abiertos restaurantes con un mínimo de calidad.

A lo mejor sí los hay (insisto, sitios con calidad) y ustedes los pueden aportar. Nos vendrá muy bien a todos.