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“No tuve miedo a la muerte” – Padre Tom Uzhunnalil (India)

Ignacio Gil el

 

 

Yemen agoniza. Se ha convertido en un campo de batalla donde Arabia Saudí e Irán, las dos potencias de Oriente Medio, miden sus fuerzas. El conflicto tiene sus orígenes en el levantamiento que siguió a la Primavera Árabe. Se están celebrando diálogos para la paz en Suecia, pero los años de guerra han dejado al país sumido en una crisis humanitaria sin precedente. Se estima que catorce millones de yemeníes están sufriendo hambre. Y Occidente mira para otro lado. De nuevo. Padre Tom ha vivido esa guerra, la escalada de violencia y la radicalización.

El sacerdote salesiano nació en la provincia de Kerala en la India en el seno de una familia cristiana. Ya desde muy pequeño escuchaba los testimonios de misioneros y descubrió su vocación. Tras muchos años dedicado a la enseñanza en el campo de la electrónica, solicitó a sus superiores trabajar en misiones. En el 2010 se trasladó a Yemen, como capellán de las Misioneras de la Caridad (de Madre Teresa de Calcuta) en Adén.

Aquel 4 de marzo de 2016 vio como asesinaban brutalmente a dieciséis personas, cuatro de ellas religiosas, “me metieron a la fuerza en el maletero del coche. Creí que me llevaban a otro lugar para hacer lo mismo conmigo”. Pero no fue así, los asaltantes yihadistas le mantuvieron secuestrado durante 18 meses.

560 días largos días de cautiverio en los que el sonido de fondo eran los estallidos de los frecuentes bombardeos. Y cada día, los terroristas entraban encapuchados en su habitación para llevarle la comida. No tenía más relación con ellos, pero “nunca me torturaron. Me trataron siempre bien y con respeto”. En varias ocasiones le obligaron a leer textos suplicando su rescate y liberación y divulgaron las grabaciones.

En las redes sociales se llegó a especular sobre su muerte crucificado. Se realizaron cadenas de oración entre los fieles del mundo entero. El nunca lo supo. “Ahora pienso que ese rumor me salvó la vida, pues creo en el poder de la oración”.No tuvo pesadillas, ni las tiene ahora. “Me da fuerzas mi fe. Creo en un Dios vivo, y he aprendido a verle en los demás. Ese es mi testimonio”.

Afirma no sentir ni odio ni rencor. “Mi mejor medicina ha sido el perdón. Incluso en mis secuestradores había signos de bondad”. Pero el mal también existe. “He visto como ISIS y Al Qaeda siembran el odio y la venganza. Pero solo a través del perdón y la renuncia a la lucha podemos conseguir frenar esta escalada de violencia. Tenemos que sustituir las bombas y las balas por la bondad y el respeto. Es lo que traerá paz a nuestro mundo convulso. En este proceso aún habrá sufrimiento, pero hay que aceptar, tristemente, que el sufrimiento es parte de la vida”. El suyo es un testimonio desde la fe que muchos no comparten ni comprenden, pero su mirada serena y sus palabras indiscutiblemente transmiten esperanza en un mundo futuro mejor.

Rocío Gayarre

 

(El Padre Tom ha estado en Madrid como ponente en el Congreso We Are Nazarens 2018 organizado por Mas Libres y CitizensGo)

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