Ignacio Gil el 04 mar, 2016 Miles de vidas se entrecruzan en Idomeni. Unas con un futuro “prometedor”, cruzarán las fronteras, y otros atrapados, no pueden seguir su camino, tampoco pueden volver atrás. Zalmai Ghulam es afgano, viaja con su mujer y tres niños pequeños. Han llegado hoy a Idomeni y se han instalado en una pradera con sus mantas, no han conseguido tienda de campaña. Zalmai trabajó en su país para la intendencia de la operación Libertad Duradera de los Estados Unidos y después para Naciones Unidas en la ISAF durante la guerra contra el Emirato Islámico en Afganistán. Trabajó con tropas americanas, italianas y españolas. Barack Obama dio por finalizadas estas operaciones en diciembre de 2014. Desde entonces no estaba seguro en su país y se ha sentido desamparado por sus antiguos compañeros. Posee muchas cartas de recomendación y poca ayuda. Hoy será su primera noche en Idomeni y habrá muchas más. Imad nació en Marruecos, es menor (17 años) y viaja solo. Lleva ya varias semanas en Idomeni durmiendo en un vagón de tren abandonado en una vía muerta. Sabe que la solución de su viaje a Alemania pasa por cruzar las fronteras ilegalmente. Mustafa, Jamal, Mohamed y Zuhir también marroquíes que nos contaron su historia hace dos semanas ya están en Belgrado (Serbia). EuropaOtros temasRefugiados Tags FronteraIdomeniRefugiados Comentarios Ignacio Gil el 04 mar, 2016