Parrot lanzó hace tan solo unas semanas, su nueva propuesta de cuadricóptero para uso no profesional. Esta vez, más orientado como cámara de acción, que como cuadricóptero controlado a distancia. Esa es la razón de que toda la tecnología del Bebop se encuentre en la óptica de la cámara y en el estabilizador de la misma. la cual le permite inclinarse casi hasta 45º permaneciendo la imagen totalmente horizontal.
El Bebop está preparado para funcionar en interiores, de hecho, Parrot incluye unas protecciones para las hélices que se enganchan con la firmeza justa, para que al chocar se desprendan sin perjudicar la estructura. Volar en los interiores son siempre más problemáticos y el golpe está asegurado, así que las protecciones son totalmente necesarias. Una vez en el exterior, es más complicado chocar con una pared, además, debido al viento, el Bebop es más estable sin ellas.
Yo lo he probado en una sala pequeña, y otra más grande y despejada. En una sala de tamaño medio y despejada, el Bebop maniobra perfectamente y muy estable. El problema se encuentra al volar en lugares más estrechos y con obstáculos, como mesas, sillas… etc. Al pasar volando sobre una superficie irregular, el Bebop se desestabiliza y se ladea ligeramente de un lado a otro. En un espacio amplio, no pasa nada, pero dentro de una habitación, supone un golpe contra una pared garantizado.
Hacer volar el Bebop en interiores, o dentro de nuestras casas es todo un desafío, pero no es donde más vamos a disfrutar de él. Es un cuadricópetero que aunque traiga las protecciones para interior, está más pensado para grandes espacios abiertos. Al fin y al cabo, tiene poco sentido, grabar interiores con una cámara preparada para grabar amplios panoramas con su ojo de pez de 180º y 14 megapíxeles. Si estáis pensando en comprar uno, tened en cuenta que es para disfrutarlo en el exterior, para interior, hay otros modelos más pequeños y más adecuados.
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