Para muchos “Dragon Age: Inquisition” probablemente sea el juego del año, y no es para menos, la serie, que ya cosechó sus triunfos con su primera entrega, ha conseguido un RPG redondo. Los juegos de rol son generalmente el género más complejo de entre los videojuegos, con muchas opciones y narrativa. En los últimos años estos juegos se han decantado más por la acción en primera o tercera persona, con más acción en tiempo real, para resultar mucho más rápidos y entretenidos. Bioware ha intentado con Dragon Age, resucitar el RPG más clásico, en el que no sólo manejamos un personaje sino un grupo de aventureros. En general este tipo de juegos de varios personajes, hace que perdamos toda la acción directa, es decir, el combate en tiempo real, que ya es, casi un requisito del género.
Bioware ha resuelto muy bien este aspecto mezclando estrategia y combate en tiempo real. Puedes organizar todo tu equipo pausando el juego y desde una perspectiva isométrica, dar las ordenes a cada personaje para volver al combate controlando cualquiera de ellos. El sistema es realmente sencillo e intuitivo, por lo que no le resta agilidad al combate.
Bioware promete más de 80 horas de campaña, pero probablemente sea cogiendo el “camino” más directo, si exploramos todo los escenarios y realizamos las misiones secundarias, probablemente sean muchas más. La cantidad de contenido, misiones, espacio que explorar es realmente masivo, así que promete mucha variedad y opciones.
La complejidad del juego, aunque claro, es algo que depende del gusto de cada uno, está bastante equilibrada. Permite ir descubriendo todas las mecánicas y estrategias según vamos avanzando, así que es asequible para cualquier nivel de jugador, sea o no experimentado en juegos de rol. Yo he probado los personajes de guerrero y mago, ambas clases son sencillas de usar, aunque siempre el mago resulta más atractivo por los hechizos que puede realizar. El “códice”, una herramienta, que podríamos decir que es como la “wikipedia” de Dragon Age, resulta realmente útil, va guardando toda la información sobre el mundo con el que vamos interactuando, con imágenes y explicaciones de cada objeto.
El aspecto gráfico es sobresaliente, el nuevo engine “Frostbite 3″ que usan en el juego, se hace notar a cada paso que damos. Los espacios abiertos de enorme envergadura que podemos explorar, son realidad gracias a que han utilizado este engine.
La historia está bien hilada, engancha, y te conduce durante toda la partida, creando una interesante relación entre todos los personajes. Que nadie espere un argumento terriblemente original, al fin y al cabo en todos estos juegos suele ser similar, el mal se aproxima y va a hacerse con el control del mundo”, y obviamente, debemos acabar con él.
En definitiva, hay una razón para que Dragon Age: Inquisition, haya sido uno de los juegos mejor valorados del 2014, y es que es realmente entretenido e innovador y vale cada euro que cuesta, no va a decepcionar a nadie.
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