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Blogs La fiebre del oro(.com) por Jon Oleaga

Datos contra el COVID-19, la gestión de una pandemia en el siglo XXI

Para combatir algo, lo mejor es abordarlo en igualdad de condiciones. Un virus invisible al ojo humano ha puesto nuestra vida patas arriba y ha cambiado nuestra manera de hacer las cosas no solo en la sanidad, sino también en nuestra vida personal y en las empresas. Luchar contra él es difícil, requiere de investigación, esfuerzo, y tal vez ponernos a su nivel, ¡solo en cuanto a tamaño! Los datos pueden ser parte de la solución a este problema.

Datos contra el COVID-19, la gestión de una pandemia en el siglo XXI
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Las organizaciones sanitarias se están enfrentando al mayor reto de su historia. Esta pandemia mundial, tan particular como general, tan desconocida como ‘reconocible’, tiene múltiples caras, parámetros y variables por lo que es difícil de abordar de una manera contundente. Lo estamos viendo en la diferencia de cifras a la hora de contar contagiados o fallecidos, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo. Pero también debemos apreciar cómo gracias a las nuevas tecnologías, las reacciones, los procesos y los mecanismos oficiales y extraoficiales están respondiendo de una manera que difícilmente habría sido posible hace una década.

“Una buena manera de ver cómo la tecnología está ayudando en el control de la pandemia son las ruedas de prensa que vemos cada día por parte de la administración pública -explica Bill Kotraba, vicepresidente del área de Salud y Soluciones Estratégicas de Information Builders-. Ese es un gran ejemplo de utilización de la tecnología para guiar las decisiones que afectan a nuestra vida diaria. Cada país, región o provincia está utilizando ciencia de datos, modelos predictivos y visualización para guiar sus decisiones sobre cuándo declarar el estado de emergencia o cerrar empresas y escuelas. Al principio lo hacían para salvar vidas y proteger los sistemas de salud. Ahora, esta misma tecnología se está utilizando para decidir cuándo y cómo reabrir”.

Efectivamente, tienen que usar los datos, y para ello necesitan de herramientas digitales de análisis y visualización que, aunque llevan ya tiempo conviviendo con nosotros, ahora se han convertido en algo crítico. Una de las compañías que está facilitando estos procesos a organismos de distintos lugares del mundo es precisamente Information Builders, con su Centro de Recursos COVID-19 pensado para ayudar a las organizaciones sanitarias en su esfuerzo internacional para luchar contra el coronavirus. Se trata de un conjunto de recursos a disposición de las entidades sanitarias para ayudarlas a entender y manejar, mejor, todos esos datos que nos rodean y muchas veces nos sobrepasan.

“Este centro de recursos cuenta con una gran variedad de información, como vídeos, cuadros de mando en tiempo real, fact sheets y webinars que analizan casos en diversos sectores y que muestran cómo nuestra plataforma de datos y analytics se ha desplegado para luchar contra el virus. Uno de los recursos de los que estamos más orgullosos es de las visualizaciones que utilizan ciencia de datos y múltiples conjuntos de datos de fuentes públicas para predecir el aplanamiento de la curva país por país”.

Proteger a los vulnerables, también a través de los datos

Y no, no es algo etéreo y reservado solo a los grandes gurús de la ingeniería informática. Disponer de información contrastada, de manera ordenada, rigurosa,  veraz, ¡y en tiempo real!, nos ayuda a todos. Por ejemplo, desde el principio de la crisis hemos visto cómo algunos sectores de la sociedad o algunas regiones han sido más golpeadas que otras por el virus pero, ¿cómo confirmarlo y usarlo para evitar que vuelva a suceder? De nuevo, con datos. Tener la capacidad de cruzar detalles individuales como la edad, el historial clínico o la movilidad de unas y otras personas es lo que nos ofrece una foto, en este caso en movimiento, de la difusión de la enfermedad y su gravedad para poder predecir cuáles serán sus siguientes pasos y, así, proteger a quienes puedan ser más vulnerables.

“Podemos ayudar a las organizaciones sanitarias a rastrear readmisiones y altas de varias formas: por localización, periodos de tiempo, según problemas específicos de salud u otros detalles de los pacientes, con datos tanto procedentes de su organización, como información clínica y demográfica de fuentes externas. Armados con todo este conocimiento, pueden ser capaces de rastrear el impacto del virus globalmente e identificar y apoyar proactivamente a los pacientes de alto riesgo de manera local y coordinar recursos entre diferentes entidades y administraciones”, explica Kotraba.

La protección de la salud hoy día ya no es responsabilidad solo de los médicos (por supuesto sin quitarles ni un ápice de su mérito), sino que los expertos tecnológicos han entrado en este terreno para quedarse. La sanidad del siglo XXI y de los venideros se está haciendo (o es ya) digital: desde los registros electrónicos de salud a la fidelización del paciente, la interoperabilidad o la coordinación sanitaria. El progreso también es esto, utilicemos las herramientas que nos da.

 

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