Jon Oleaga el 14 jul, 2014 Llevo ya tres semanas usando el smartwatch de Samsung, el Gear Live, equipado con Android Wear, el primero en hacerlo junto al de LG. La primera sensación que me ha causado es muy positiva, realmente lo que ofrece te puede hacer plantearte si puede ser el momento de olvidar tu reloj para pasarte a un smartwatch. Anteriormente llevaba un Pebble, uno de los primeros smartwatches con cierta aceptación del mercado. Éste, salido de una impactante campaña de Kickstarter donde consiguió diez millones de dolares en tan sólo unas semanas, tiene muchos puntos positivos, pero también ser el primero, con software propio, le pesa. Ojalá lancen un modelo con Android Wear. Respecto al propio sistema operativo de Google, Android Wear, sólo tengo aspectos positivos que destacar. Las tarjetas de Google Now quedan perfectamente integradas a todo color, y las notificaciones, con algunas excepciones, como las de Whatsapp que no se ven del todo bien, son muy útiles. De todas maneras, tendremos que dejar que pase tiempo y las aplicaciones vayan desarrollando sus adaptaciones para Android Wear. Por ejemplo, las notificaciones de Whatsapp o Facebook, se pueden leer, pero no se pueden contestar desde el smartwatch. El reconocimiento de voz desde el Samsung, funciona perfectamente, heredado de la experiencia con Google Glass y Android. Es cierto, que no es muy natural hablarle un a reloj, y mucho más después del daño ha hecho Michael Knight llamando a Kit por su reloj. El smartwatch de Samsung tiene tres puntos que no me han terminado de gustar. El primero es la pantalla, y es que aunque sea también, su punto fuerte, buena resolución y color, también es su punto débil. A la luz del sol, aún con el brillo al máximo es muy difÃcil leer nada, ni siquiera la hora. Asà que si estás todo el dÃa bajo el sol, el Samsung Gear Live no es una buena opción para ti. En cambio, ahà es donde el Pebble sobresale con su pantalla de tinta electrónica que se puede ver perfectamente, independientemente de la luz del exterior. La pantalla a color y retroiluminada, conlleva otra consecuencia negativa, y es el consumo de baterÃa. Con el brillo al máximo, llega justo a “aguantar” un dÃa sin recargar, con el brillo al mÃnimo, un dÃa y medio, puede que incluso dos dÃas. También el consumo, evidentemente, depende de cuantas notificaciones recibamos, y de las veces que consultemos el reloj durante el dÃa. Si lo hacemos cada 5 minutos, la duración de la baterÃa se verá muy mermada. El tercer punto que no me gusta del Samsung Gear Live es la base de carga. Lo primero que te preguntas, es por qué la base, por qué no un puerto micro USB, pero es de suponer, que habrá sido por problemas de espacio. La base es pequeña, es más bien un adaptador para poder insertar un micro USB para cargar el smartwatch. El problema es que no es fácil encajar el reloj en el adaptador, y da la sensación de que se puede romper en cualquier momento. Un sistema de carga que no me ha gustado nada, sobre todo, comparado con el cable magnético del Pebble. ACTUALIZACIÓN Os dejo un pequeño video donde se aprecia la fluidez del Samsung Gear Live. Otros temas Comentarios Jon Oleaga el 14 jul, 2014