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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Entrevista a Isabel Muñoz, Premio Nacional de Fotografía

Entrevista a Isabel Muñoz, Premio Nacional de Fotografía
Pablo Delgado el

A través de la fotografía podemos expresar sentimientos vividos o creados a través de una imagen, podemos recordar aquellos tiempos que nuestra memoria perdió y queremos volver a sentirlos y disfrutarlos, solos o en compañía. Pero, sobre todo, lo que puede hacer la fotografía, además de ser testigo de lo efímero –como la definía Cartier-Bresson-, es la de crear la capacidad de sentir y emocionarse ante una imagen. Esto lo consigue Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) a través de sus imágenes. Es un claro ejemplo de diluir en una sola fotografía la narración de lo que está ocurriendo con la estética más sutil, elegante y sensual, combinando a la perfección una fotografía documental y una fotografía artística que transmite una fuerza y una emoción clara que ataca a lo más íntimo de cada uno. La emoción, el dolor, la sexualidad, el hombre, las miradas, el compromiso social, están en sus imágenes como piezas sueltas de un todo.

Hace unos meses ha sido galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2016 en donde el jurado ha destacado “su trayectoria profesional, en la que combina el compromiso social con la búsqueda de la belleza, ahondando en temas como el cuerpo, el rito o la diversidad cultural. Con la singularidad de su utilización de una técnica tradicional aplicada a un lenguaje contemporáneo, conocedora de su oficio, sus obras son reflejo de una mirada en permanente búsqueda”.

¿Qué supone para usted a nivel personal haber recibido el premio nacional de fotografía?
Lo primero que piensas es en todas las personas que te han ayudado a lo largo de estos años y que siguen ahí, poniendo su granito de arena. Sin mi equipo nunca lo podría haber conseguido. Este premio es como un regalo. Un regalo que me permite tanto disipar dudas como un pequeño empujón que me dice sigue, sigue con lo que estás haciendo. En definitiva, es un premio muy bonito y muy emocionante que se comparte.

¿En qué momento de su vida decidió que quería dedicarse a la fotografía y por qué?
Desde los trece años –incluso antes- siempre me ha gustado mucho mirar y observar, pasar desapercibida y así poder contemplar los sentimientos y las relaciones entre las personas. Aunque no tuviese cámara siempre buscaba aquello que fuera más interesante. Observaba mucho a la gente. Y a los 27 años me planteé dedicarme a la fotografía profesionalmente, ya que mis circunstancias personales empezaron a permitirlo. Así que, pude estudiar y formarme. Mi vida realmente ha ido siempre ligada en torno a la fotografía.

¿Qué significa para usted la fotografía?
Es un medio de compartir y contar historias a todos los niveles. Para mí ha sido una suerte poder encontrarme con una cámara y poder contar y compartir esas historias que considero interesantes. La fotografía es un acto que no concibo en solitario ya que cuando consigues una imagen y la revelas ya no te pertenece, es del otro.

 

“Poder ser testigo, expresarte y poder dar voz al otro es una forma de vida para mí y de evolución”.

 

¿Cómo ha evolucionado usted a lo largo de sus años como fotógrafo?
He ido evolucionando en paralelo a mi vida. La vida te enseña y te hace evolucionar. He podido crecer y evolucionar como ser humano ya que me considero una privilegiada al poder desarrollar esta profesión. En estos años viví un momento y transición muy importante.

El ser humano es el eje principal en su obra. Cuerpos en tensión, rostros, miradas ¿Qué busca en ellos? ¿Qué reacción busca provocar con sus imágenes?
El cuerpo es un pretexto para llegar al ser humano que voy buscando a través de cómo amamos, de dónde venimos y adónde vamos. Te das cuenta que siempre ha estado el ser humano presente, a través de los sueños, los sentimientos y unas realidades que no tenemos conocimiento de ellas y que cuestionamos.

Dependiendo del tema que realizo busco una reacción u otra. Pero sobre todo lo que busco es que sirva para algo.

¿Qué papel juegan los sentimientos en la fotografía?
El ser humano no puede vivir sin sentimientos, sin el amor. Se tiene que poder amar. A través de la cámara consigo contar muchas cosas. La cámara habla de sentimientos. Las imágenes tienen un gran poder de transmisión de reacciones. Tener tiempo de mirar imágenes es esencial para mí, me encanta mirar fotografías, ya sean antiguas o actuales, y ver las reacciones que hay en ellas, ver qué me están contando. Estaría horas migrando fotos porque realmente te metes en esas vidas de los retratados, es algo mágico. Es como jugar con el tiempo.

¿Dónde podemos encontrar la belleza en la fotografía?
La búsqueda de la belleza es una forma de vivir. Es una parte que tenemos la de buscar la belleza y la luz, y en esta es en dónde podemos encontrarla. Con mis imágenes me gustaría contar nuestros momentos más oscuros. Puedes hablar de dolor a través de la belleza. Es una forma de hablar de nuestra ética. A medida que encuentras temas duros tienes que buscar una forma estética de contarlo.

¿Qué ha sido aquello que le ha podido marcar en su carrera o destacaría?
Es difícil elegir. He pasado tantas cosas. En 1996 en Camboya iba buscando la belleza, la arquitectura, la danza. Pero me encontré con Gervasio Sánchez que me contó la historia de un niño que iba a sufrir una amputación y vi cómo ese niño sin anestesia sonreía. Desde ese momento se me abrió otro mundo, por lo que terminé el trabajo que estaba realizando y volví, ya que percibí que hay que hablar no solo del cielo, la belleza, la estética sino también del infierno.

La naturaleza también es parte importante, ya que todos somos naturaleza. Cuando realicé el viaje a Nueva Guinea Papúa y descubro los grandes simios descubro que el origen está ahí.

La vida te enseña muchísimas cosas. El dolor, el placer, la impunidad, todo eso gracias a la fotografía y a la vida lo puedo contar.

¿Qué le empuja a visitar ciertos países? ¿Cómo valora dónde puede estar la foto o la historia más interesante?
Los busco yo por algo que me interese o porque me he enterado de algo que me despierta la curiosidad, o cuando estoy allí surge algo diferente que me interese. Por ejemplo, en el Congo buscaba los orígenes y para dar voz a esas realidades que no vemos y así hacerlas visibles y cambiar las cosas. Partes de una idea de que lo inmediato es lo primero a la hora de elegir un tema determinado.

 

“Para ser un buen fotógrafo debes ser honesto en lo que hagas, tratarlo con amor y sobre todo que emocione”.

 

¿Por qué predomina en su obra el blanco y negro?
Hasta hace poco he visto en blanco y negro. Con el tienes misterio, distancia de la realidad. Tienes también la intemporalidad del momento. El blanco y negro te ofrece también la posibilidad de soñar, mientras que el color lo hace menos. Aunque ahora estoy investigando -gracias al investigador R. Holder- una técnica en la que puedes elegir un color para el revelado. El platino a color. Por lo que investigo sobre el lenguaje de ese color para que me permita crear monocromas y buscar un nuevo lenguaje.

Otros fotógrafos acuden a colaboradores para revelar su trabajo. Usted revela sus propias fotografías a través de la técnica de la platinotipia ¿por qué? ¿qué le aporta?
Me llevo la búsqueda de la sensualidad del papel. Existe una búsqueda de la perfección constante hoy en día por lo que yo busco es una imperfección que me ofrece la platinotipia, de que dos copias no sean iguales. Además todo el proceso de revelado me aporta muchas más cosas. Es un momento que paso a solas por lo que se convierte en algo íntimo entre yo como fotógrafo y la foto, se produce un último diálogo con la imagen que he tomado y que en el momento del nacimiento de esa imagen sobre el papel pasará a pertenecer al otro, es la última pincelada.

¿Qué es para usted ese momento en el que aprieta el disparador de su cámara?
Éxtasis. Se puede definir así. Cada uno podemos tener una percepción diferente del éxtasis. Para mí es algo mágico. Cuando se está metido en ese proceso se convierte en un momento de generosidad que sin esa generosidad del otro no podría existir. Lo que te da el otro es muy especial en ese preciso instante en que se aprieta el disparador de la cámara.

Cuando realiza la fotografía ¿Además de la cercanía física debe existir una emocional entre fotógrafo y el retratado
Sí. En mi caso desde luego. Necesito amar lo que estoy haciendo. Es tan maravilloso cuando la otra persona te lo da, aunque a veces cuesta pero cuando se da esa cercanía es algo muy enriquecedor, porque además siempre pido permiso cuando voy a realizar una foto. No fotografío sin antes el consentimiento de a quién le voy a hacer la foto.

¿Qué requisitos considera necesarios para ser un buen fotógrafo? ¿Qué cualidad valora más en un fotógrafo?
Amor por lo que haces. No solo en tu trabajo sino también en todo aquello que hagas en la vida. El amor es imprescindible. Cada cual tiene que ser honesto con lo que cuenta y por lo tanto mostrar un respeto por aquello que muestra. A través del respeto al otro podremos llegar a él y transmitir así de forma clara y con rigor, aquello que puedas contar y conseguir una buena foto que emocione. Por lo tanto, para ser un buen fotógrafo debes ser honesto en lo que hagas, tratarlo con amor y sobre todo que emocione, porque si no hay emoción detrás, no tenemos nada.

Las hojas de contacto, son un imprescindible en el trabajo de un fotógrafo ya que estas son el grueso de su obra. El fotógrafo Fernando Scianna comentó que si las muestras “corres el riesgo de exponer los recovecos de tu subconsciente a un psicoanalista incapaz”. ¿Cree que una hoja de contactos refleja el consciente y el subconsciente del fotógrafo? ¿Cómo las definiría?
Un fotógrafo se expone como lo hace un escritor. Por lo que, mostrar tu trabajo no debe ser síntoma de tener miedo, ya que hablas de ti a través del otro mediante las imágenes que captas. Las hojas de contacto te permiten ver todas esas fotos que has realizado y que rechazas para elegir una buena. Creo que el fotógrafo no tiene que tener miedo a que se le psicoanalice, todo lo contrario. Si tienes miedo no hagas fotos.

¿Cuál es el límite ético de la publicación de una imagen?
Debería haber límites empezando por el propio profesional. Hay muchos límites por eso es importante que el fotógrafo se autorregule. Hay cosas que no se deben realizar por respeto al otro. Cada uno debe tener sus propias reglas.

¿Qué ha supuesto para usted y su trabajo toda la revolución tecnológica que llevamos viendo desde hace años como el cambio de analógico a digital? ¿Ha cambiado la forma de trabajar?
Hay cosas que dejan de existir y por lo tanto no hay que tener miedo a esas desapariciones. Yo estoy fascinada con las nuevas tecnologías aunque no pueda abarcarlas todas, me gusta probarlas y estudiarlas ya que abren un abanico nuevo de posibilidades que podemos aplicar y sacar así un mayor rendimiento a todo lo que hacemos. Ayudan a crear imágenes más fuertes a la hora de contar. Es algo apasionante el ir descubriendo nuevas cosas que me ayudan a seguir creciendo, siento esa pasión de aquellos nuevos descubridores.

Para terminar, ¿la fotografía es un arte?
En todo aquello que se hace con amor y con respeto al otro y que sobre todo emocione, ahí está el arte. Nosotros no somos quién para decir si la fotografía debe emocionar o no. Es quien se expone ante una imagen el que decide por sí solo si le emociona o no, y el arte está en la capacidad de emocionar a ese otro.

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