Para algunos, el terror es un género basado en tropos y convenciones: una lista de casas en ruinas, secretos monstruosos, hombres con máscaras y mujeres en camisones blancos. Para otros, se basa en la atmósfera y el tono.Y esto antes incluso de intentar establecer un contexto histórico. Algunos estudiosos remontan el legado del terror literario a las ficciones góticas británicas del siglo XVIII, cuando los castillos estaban encantados, los monjes eran malvados y cualquier lugar más allá de los límites de la Inglaterra protestante se teñía de siniestro. Otros sitúan los orígenes del género en una serie de novelas de finales del periodo victoriano como Drácula, Dorian Gray, el Dr. Jekyll…
En los años setenta, ochenta y principios de los noventa del pasado siglo, se generó una especie de boom de este tipo de literatura -como actualmente hemos tenido con la novela negra-. Fue una época dominada por autores de renombre, con ventas épicas y páginas a la altura. Entre las obras que pudieron marcar un antes y un después se encuentra la saga Blackwater, obra cumbre de Michael McDowell (1950 – 1999) autor de los clásicos del gótico sureño y que incluso llegó a influenciar en el todopoderoso del género Stephen King.
Dotado de una creatividad sin límites, escribió miles de páginas, con una capacidad al nivel de Balzac o Dumas. Se implicó durante toda su vida en la lucha por los derechos civiles y LGTBIQ. Además de novelista, McDowell fue un aclamado guionista. Fruto de su colaboración con Tim Burton fueron Bettlejuice y Pesadilla antes de Navidad, además de un episodio para la serie Alfred Hitchcock presenta.
Blackwater, publicada originalmente como una serie de seis volúmenes en 1983 y en formato libro de bolsillo, la editorial Blackiebooks edita por primera vez en España esta saga. Manteniendo la idea original del autor de publicarla por entregas, saldrá en castellano y en catalán. Con una cuidada edición ilustrada por las portadas realizadas por el ilustrador madrileño Pedro Oyarbide, que le va como anillo al dedo por su singular estilo gótico en su trazo. Además, destacar la calidad excelente en la impresión de cubierta, algo poco usual en este tipo de formatos de bolsillo.
Un lanzamiento editorial único cada 15 días empezando desde el pasado 7 de febrero, se podrá acceder a los 6 títulos que la componen y en la que el lector se encontrará la historia de una familia, de un pueblo y de los ríos que dan forma a sus vidas. Una epopeya familiar en la que siempre hay algo que sorprende. Parece que todo está en calma y que va a transcurrir de forma lógica y ordenada, pero McDowell va introduciendo poco a poco elementos discordantes que hacen que el lector se agite y quede atrapado en la historia y en la atmósfera.
Con una gran carga narrativa plagada de tensión e intensidad, hace que en la primera entrega Blackwater I. La Riada, se vayan presentado las bases sobre la intriga que envuelve a la familia Caskey tras la aparición misteriosa de la joven Elinor Dammert que tiene como único objetivo: acercarse a los Caskey cueste lo que cueste.
Tras un comienzo intenso en el que nos encontramos metidos de lleno en la inundación sufrida en el pueblo, el autor mantiene la atención de forma escalofriante y sobrenatural. La historia se adentra en trifulcas domésticas ordinarias bañadas por esas gélidas y oscuras aguas del río Blackwater que confluyen con el río Perdido y que inundan el pueblo. Allí, los Caskey, un gran clan de ricos terratenientes, intentan hacer frente a los daños causados por la riada. Liderados por Mary-Love, la incontestable matriarca, y Óscar, su obediente hijo, los Caskey trabajan por recomponerse y salvaguardar su fortuna.
Blackwater hace que te desesperes por saber qué pasa a continuación, como si tu vida dependiera de ello. Aunque catalogado como gótico sureño y archivado en la sección de terror, a menudo parece más cercano a Harper Lee o John Steinbeck por como retrata los personajes y su forma de pensar, que a Stephen King. Pero otras veces, siempre cuando menos te lo esperas, es una novela que mete el terror. Pero no al estilo King o Lovecraft sino hacia un horror sutil, tranquilo y sorprendente que no parece exactamente sobrenatural pero sí que lleva algún matiz en situaciones concretas.
Es inteligente confiar en McDowell. Claramente sabe lo que hace. El desarrollo es lo suficientemente jugoso que se puede intuir cómo va a alimentar las siguientes páginas restantes, creando gran expectativa en la narrativa. Después de basar la historia tan firmemente en personajes realistas y terrenales, en cuanto al terror lo trata de forma pequeña pero que da como resultado un algo a menudo escalofriantemente bello.
Una saga que comienza de forma trepidante y que recorre durante más de cincuenta años la historia de la familia: sus historias, sus alianzas, sus maquiavélicos planes para conservar el poder, luchas y sorpresas del destino, muertes repentinas y sucesos inexplicables. Una gran y épica novela en seis frenéticos episodios, con una atmósfera sobrenatural única.
En definitiva, esta primera entrega es por sí misma baja en terror, pero se ve que es sólo una pequeña porción de una historia épica y continua. McDowell entiende que el horror sólo funciona cuando el lector está arraigado en el realismo, y él echa unas raíces profundas. Con un amplio elenco de personajes vivos y reconocibles, e incluso Eleanor -envuelta en misterio- parece alguien real. No sé cómo de terrorífica acabará siendo esta epopeya, lo que sí sé seguro es que estoy deseando leer las siguientes entregas.
Ya a la venta. BLACKWATER I: LA RIADA // 9,90 euros// 2024
21 de febrero. BLACKWATER II: EL DIQUE
6 de marzo. BLACKWATER III: LA CASA
20 de marzo. BLACKWATER IV: LA GUERRA
3 de abril. BLACKWATER V: LA FORTUNA
17 de abril. BLACKWATER VI: LA LLUVIA