Les Cuenques Mineres son los nombres con los que se conoce tradicionalmente el territorio situado en la Cuenca Hullera Central de Asturias, en los valles centrales del Principado. Esta zona de la geografía española, se caracterizó por su gran productividad minera y por una lucha obrera significativa e histórica. Esta lucha empezó con tímidas huelgas en el XIX hasta llegar a las huelgas de comienzos del siglo XX (especialmente relevante La Huelgona de 1912), como también la que se le realizó al gobierno de la República con la Revolución de octubre de 1934 o ya en tiempos de Franco con la Huelga de 1962 , la primera gran huelga de este periodo oscuro de la historia contemporánea española.
Sobre la Revolución de Asturias, es un hecho que en los libros de historia pasa un poco de puntillas. Fue una insurrección obrera ocurrida en el mes de octubre de 1934 que formaba parte de la huelga general revolucionaria, que era una aspiración del sindicalismo revolucionario, e ideologías socialistas afines, en la que una huelga a gran escala desembocaría en una revolución proletaria instaurando así una forma de gobierno y un modelo económico fundamentado en la autogestión obrera. Fue un movimiento armado organizado por los socialistas en toda España pero que solo cogió fuerza en Asturias, debido fundamentalmente a que allí la anarquista CNT sí que se integró en la Alianza Obrera propuesta por los socialistas de la UGT y el PSOE. De ahí que la forma de organización social y política de la que sería conocida como la Comuna Asturiana fuera la instauración de un régimen socialista en las localidades donde predominaban los socialistas (o los comunistas), como Mieres o Langreo; o comunista libertario donde predominaran los anarcosindicalistas de la CNT, como en Gijón y sobre todo en La Felguera.
En este trasfondo histórico el autor e ilustrador de Dublinés y Café Budapest entre otras, Alfonso Zapico (Asturias, 1981) gran conocedor de esta zona característica de nuestro país, sigue con “La balada del norte”. Tomo 2 (Astiberri), una canción gráfica de ritmo lento, cuya composición está dividida -de momento- en dos tomos. En el tomo 1 de “La balada del norte” (Astiberri) ya nos mostró un relato épico de un periodista sin periódico, editor sin éxito y amante sin ilusión, Tristán Valdivia que abandona Madrid para volver al norte. Allí le esperaba su padre, el marqués de Montecorvo en unos tiempos difíciles para el país, inmerso en las convulsiones que estaba sufriendo la II República, y el viejo aristócrata debía mantener la cabeza de su feudo particular: la Compañía Minera del Noroeste.
Ahora con la publicación del tomo 2, Zapico nos sumerge en esos días revolucionarios en los que ciudades como Langreo y Oviedo son tomadas por el enfrentamiento que está servido entre la Guardia Civil y los combatientes sublevados, junto con la sombra alargada del ejército de la República dirigido por un comandante de nombre Francisco Franco. En el relato gráfico trepidante, Zapico nos muestra la huelga general revolucionaria que estalla la noche del 5 de octubre y sume a todo el país en un profundo caos. Con un Tristán Valdivia, que había vuelto enfermo desde Madrid a la casa paterna, busca refugio en la capital, mientras los sublevados avanzan arrasando todo a su paso.
Zapico consigue crear una unión letra-dibujo sin obviar detalles de la crudeza de un enfrentamiento armado, que superando las descripciones cronológicas, nos acerca a la revolución minera bajo la mirada de unos personajes que buscan o tiene ya sus ideales, se cruzan entre si bajo una gran claridad y legibilidad que son claves en la consecución de una gran obra gráfica, narrada desde una gran sencillez y melancolía, apoyada en un dibujo en blanco y negro de línea clara, llegan al lector de forma efectiva los sucesos legendarios e históricos que no acabaron muy bien que digamos para los sublevados.
Frente a otras formas narrativas donde la letra es la protagonista absoluta en tanto que único soporte visual pero no icónico (literatura), Zapico consigue crear un gran hilo conductor en la narración en “La balada del norte”, habiendo una imbricación perfercta historia-texto-ilustración, provocando así una gran riqueza formal, un cómic que explícitamente se expande más allá de la superficie de sus páginas y consigue transmitir al lector la misma experiencia que viven los personajes del cómic. Cabe destacar la fuerte carga simbólica del diseño de escenarios y personajes, que bebe directamente de la iconografía popular para ser reinterpretada a través de un personalísimo estilo de Zapico.
Un indispensable en este año para hacer del cómic lo que es, creando no solo un universo nuevo y fascinante a través del relato de hechos históricos para que se acerquen, sobre todo, a los más jóvenes sino que además no todos los autores son capaces de detectar las particularidades y sacar todo el jugo -como hace Zapico- de un medio como el cómic en el que el autor construye su obra basándose en dicha historia para llegar a un fin, el de obtener el máximo rendimiento y el gran beneficio del medio. Abriendo así nuevas puertas a un hecho histórico y picando de esta forma la curiosidad del lector.
Estoy deseando ya que se publique el tercer tomo del que va a constar esta gran obra gráfica de uno de los referentes del cómic y la ilustración en España, Alfonso Zapico.
“La balada del norte. Tomo 2” // Alfonso Zapico // Astiberri // 256 páginas // 18 euros