Desde su primera novela, publicada en 2010, Anders de la Motte (Suecia, 1971) ha recibido críticas relativamente buenas y prestigiosos premios por sus libros. El autor sueco se ha sumado al ya más que asentado elenco de autores escandinavos de novela negra. Después del boom generado por la obra de Steig Larsson, la literatura escandinava especialmente la referente a la novela negra explosionó, para, a día de hoy, dejar autores que verdaderamente marcan una diferencia en este amplio panorama narrativo.
Anders de la Mottte es uno de ellos, junto a Camila Lackberg o Jo Nesbo, el autor sueco se ha estabilizado mostrando una obra contundente y asequible que hace las delicias de todos los lectores que hasta ahora han podido acceder a su obra. Ahora con El asesino en la montaña (Planeta) el lector en español puede acceder por primera vez a esa prosa negra y criminal cautivadora de Anders de la Motte.
Hemingway decía algo así como que para poder escribir hay que experimentar la vida para luego contarla, por lo que de la Motte sabe de lo que escribe en sus novelas, ya que trabajó ocho años como policía antes de convertirse en responsable de seguridad de la empresa tecnológica Dell para Europa, Oriente Medio y África, puesto que finalmente dejó para dedicarse plenamente a la escritura. Así, estamos ante uno de los escritores europeos de thriller con mayor preparación criminalística y forense, por lo que eso se llega a notar en sus novelas haciéndolas más creíbles y estremecedoras.
Su debut narrativo fue con Game (2010), que le valió el premio a Mejor Primera Novela de la Academia Sueca de Escritores de Novela Negra. En 2015 fue galardonado con el premio a Mejor Novela Negra por Ultimatum. También es especialmente conocido por su cuarteto de libros sobre las estaciones: Sensommer, Høstdåd, Vinterild y Våroffer.
Con El asesino en la montaña, de la Motte escribe una mezcla de thriller policial y crimen psicológico. A través de la inspectora jefe Leonora Asker que en principio es la mejor candidata para dirigir el Departamento de Crímenes Violentos. Surgen una serie de acontecimientos que van transformando el personaje principal, sobre todo, cuando la hija de una familia adinerada de Suecia desaparece. Entonces por otro acontecimiento pasado, sus superiores la apartan del caso y la hacen responsable de una Unidad algo especial y algo olvidada en el edificio, la Unidad de Casos Perdidos, la división de casos sin resolver de la comisaría compuesta por cuatro agentes muy peculiares.
Humillada, en su nuevo puesto de sustitución, y apartada del caso de la desaparición de la joven, Leo se verá envuelta en una investigación que parece algo trivial: alguien está alterando las escenas de una gran maqueta ferroviaria. Sin embargo, después de que aparezca en la maqueta una figura idéntica a la de la chica desaparecida, Asker comprende que se enfrentan a un asesino despiadado y solo hay una persona que puede ayudarla: Martin Hill, profesor de arquitectura y experto en exploración urbana.
El relato sigue a la inspectora Leo Asker, un personaje muy interesante que tiene una historia de fondo aún más interesante. Ella ha trabajado duro para dejar atrás un pasado que le tocó vivir con un padre que desconfiaba de todo y de todos cayendo en las conspiraciones y en la teoría de que el fin del mundo estaba cerca. Esta experiencia durante su adolescencia marcó a Asker pero también le servirá aquello que aprendió en su infancia para resolver este caso que no será fácil, porque tiene que enfrentarse al «Rey de la Montaña».
Con un comienzo contundente que engancha al lector desde la primera página, y que estoy seguro intentará leer de un tirón. La novela se focaliza en cinco personajes: Leo Asker; Smila, la joven desparecida; el Rey de la montaña; Martin Hill, el profesor de arquitectura y amigo de Leo; y Jonas Hellman, antiguo jefe y amante de Leo. Sus relatos que son consecutivos, nos ofrecen distintos puntos de vista a lo largo de los hechos, dotando a la estrucutra narrativa de una frescura y un dinamismo que atrapa al lector en esa tensa atmosfera investigadora proporcionada por de la Motte.
Su investigación la lleva a edificios vacíos y más allá. Aquí entra en juego el entorno y la exploración urbana, una actividad muy en alza que consiste en visitar lugares abandonados, ocultos o que son de acceso restringido al público. Una forma de turismo alternativo que se ha vuelto muy popular especialmente entre los jóvenes que buscan experiencias diferentes y emocionantes.
Como lo es la obra del autor sueco. En ella hay muchos giros, vueltas y revelaciones por el camino, manteniendo la tensión en todo momento y esto se debe en gran parte a los breves y ágiles capítulos. Es una forma estupenda de crear una atmósfera que no hace más que crepitar constantemente con gran energía y hace que a los lectores les cueste recuperar el aliento. Una novela cargada de tensión, peligro y suspense.
Con El asesino de la montaña, de la Motte inicia además una nueva serie protagonizada por Asker. Ha sido uno de los lanzamientos más esperados en Escandinavia desde que su autor anunció la creación de este personaje. La novela ha arrasado en las listas de los libros más venidos en Suecia, Noruega y Dinamarca. Por lo que si Anders de la Motte es un autor que no se ha leído o del que no se ha oído hablar, recomiendo que se le de una oportunidad y a la inspectora Asker otra.
