Coincidiendo con el estreno de la última y esperada entrega de Indiana Jones, toda una generación de los años ochenta -entre la que me incluyo- rememora aquellas películas míticas protagonizadas por Harrison Ford, en la que el actor interpreta al intrépido profesor y arqueólogo doctor Jones. Viene a la memoria el primer largometraje estrenado en 1981 En busca del arca perdida. Dirigida por Steven Spielberg y producida por George Lucas. La trama describe la búsqueda del Arca de la Alianza por los nazis y los esfuerzos del arqueólogo para evitarlo.
La búsqueda del Arca sirve de pretexto para que la ilustradora israelí Rutu Modan (1966), una de las mejores autoras de novela gráfica de la actualidad (ganadora de dos premios Eisner y colaboradora habitual de medios como The New York Times), forme un cómic fresco, con aventura y además con trasfondo político y social en el que una alianza invita también a examinar posibles conexiones con la famosa película de Indiana Jones. La aventura de Túneles (Salamandra Graphic) comienza cuando un gran coleccionista de antigüedades se ve obligado a donar su colección a la Universidad Hebrea de Jerusalén. Nili Broshi, es la sagaz y dinámica protagonista, que ve ante ella la última oportunidad de reivindicar el legado de su padre arqueólogo y concluir una excavación comenzada décadas atrás. Sin embargo, las cosas no son tan fáciles: aquello que busca, un resto del Israel bíblico se encuentra en el subsuelo de la zona reclamada por Palestina, más allá del muro de separación.
La protagonista se embarca entonces en una excavación ilegal con un equipo tan dispar como disparatado: un nacionalista religioso y su banda de jóvenes extremistas, su hermano traidor, su hijo adicto al móvil, y su amigo palestino de juventud, ahora contrabandista de piezas arqueológicas que también tiene la intención de cavar su propio túnel para sus «negocios».
Mientras el padre de Nili se hunde más y más en la demencia senil, las distintas facciones luchan por ser la primera en descubrir y hacerse con el Arca de la Alianza. Así, los personajes se enredan en engaños y absurdos espionajes de unos a otros, movidos por la codicia y el interés por encontrar el Arca, pero también por prejuicios construidos en una sociedad donde la guerra y la enemistad se han normalizado.
Un cómic lleno de luz en el sentido gráfico, ya que Rutu muy cercana a la línea franco belga, que se considera una autora influenciada por Tintín, emplea viñetas cargadas de detalles entre las que se desplazan unos personajes singulares y algo caricaturizados en sus rostros que le da un aire desenfado y curioso, y hace así, aún más se disfrute de esta originalidad, sin perder un ápice de su reflexión política y moral de un entorno que está en constante conflicto desde la segunda intifada.
Modan consigue crear una atmósfera pausada y relajada dentro de la prisa de sus personajes por encontrar el Arca, con toques de humor y escenas irónicas logra un cómic sugerente en el que dichos personajes, luchan por sus convicciones, por lo que parece difícil la colaboración, ya que hay unas barreras que lo impiden: personales, culturales, religiosas o ideológicas e incluso la codicia personal, como la del compañero de universidad del padre de Lili, que solo busca su reconocimiento.
En definitiva, es un cómic que mezcla aventura y sátira política al estilo Indiana Jones donde logra divertir, apasionar y ofrecer reflexiones sobre el conflicto palestino-israelí al lector, que desafía la consideración del cómic como un arte menor, poniéndolo a competir, de tú a tú, con la gran literatura y con la capacidad para instruir, contar, denunciar y deleitar al lector.
Túneles // Rutu Modan // Salamandra Graphic // 2022 // 22,80 euros
Cómic