La música cuenta cosas, cuenta historias, pinta imágenes mentales en quién la escucha, transmite «algo» a través de los sonidos que emiten los instrumentos musicales. La música «describe emociones y sentimientos, como el dolor, la felicidad, el enfado, la soledad, el entusiasmo o el amor. Supongo que la mayoría de la música es así; y cuanto mejor sea, más te hará sentir las emociones que el compositor sentía al escribirla. No importa de lo que trate; es música emocionante porque la música es emocionante. El significado es la manera en que la música se mueve, y hace que algo ocurra dentro de ti». Estas son palabras del gran compositor, divulgador y director de orquesta Leonard Bernstein (1918-1990) que aparecieron recogidas en sus famosos Conciertos para jóvenes en televisión allá por la década de los cincuenta.
En 2018 se ha ido celebrando el centenario del nacimiento del compositor, y por tanto la recuperación de su figura y de sus logros a lo largo de su vida como músico. Entre ellos están dichos conciertos para televisión en los que acercaba de una forma amena y didáctica la música a los más jóvenes.
Bernstein nació en Lawrence, Massachusetts y empezó a tomar clases de piano cuando era niño. En la Universidad de Harvard, estudió con Walter Piston, Edward Burlingame-Hill y A. Tillman Merritt, entre otros. Antes de graduarse en 1939, hizo un debut como director no oficial con su propia música incidental en «The Birds», y dirigió e interpretó en «The Cradle Will Rock» de Marc Blitzstein. Luego, en el Instituto de Música Curtis en Filadelfia, estudió piano con Isabella Vengerova, dirección con Fritz Reiner y orquestación con Randall Thompson. En 1940, estudió en el recién creado instituto de verano de la Orquesta Sinfónica de Boston, Tanglewood, con el director de la orquesta, Serge Koussevitzky. Bernstein más tarde se convirtió en el asistente de dirección de Koussevitzky. Fue nombrado para su primer puesto de dirección permanente en 1943, como Director Asistente de la Filarmónica de Nueva York. Fue el primer director de orquesta nacido en los Estados Unidos que obtuvo fama mundial, célebre por haber dirigido la Orquesta Filarmónica de Nueva York, y por sus múltiples composiciones, entre ellas West Side Story (1957), Candide y Un día en Nueva York (1944). Desde entonces hasta 1969 dirigió más conciertos con la orquesta que ningún otro director anterior, siendo un destacado defensor de los compositores estadounidenses, particularmente Aaron Copland.
Por suerte para todos, no fue suficiente para Bernstein componer música y dirigir orquestas. Se sintió igualmente obligado a hablar sobre música, a tratar de explicar qué fue lo que la hizo funcionar. La otra buena noticia fue la aparición de la televisión al mismo tiempo que Bernstein quiso compartir su conocimiento y así gracias al nuevo medio divulgar de forma amena la música. Y partir de aquí se vio como nacieron el uno para el otro.
Sus Conciertos para jóvenes en la televisión se emitieron entre 1958 y 1972. Las primeras apariciones de Bernstein en el medio fueron en realidad para adultos. Pero en 1957, Bernstein convenció a la CBS para que emitiera sus Conciertos de los jóvenes. Además consiguió que se emitiera en pleno prime time. En todo Estados Unidos, las familias se reunían frente a sus grandes y voluminosos televisores en blanco y negro, y vieron a un Leonard Bernstein hablarles sobre música clásica y así apreciaron desde una nueva perspectiva que la música significa algo más que solamente estudio. En su día afirmaba el compositor que «no puedo decirle cuántas personas se me acercan ahora, a todos los lugares a los que voy en Estados Unidos, y me dicen algo como: Oh, solía ver los Conciertos de Jóvenes con su padre en la televisión, y gracias a ello he sido amante de la música, desde entonces! Y un número igualmente grande de músicos de orquesta se me acercan y me dicen: Vi los Conciertos de los Jóvenes cuando era niño, ¡y por eso hoy soy músico!»
El gran regalo de Bernstein fue su habilidad para transmitir su propia emoción por la música. Al verlo explicar la forma de la sonata o la diferencia entre una nota tónica y una dominante, tenías la sensación de que te estaba contando un maravilloso cuento o incluso un secreto. Transmitía una pasión por mejorar la capacidad de los estudiantes para absorber y procesar la información. Un entusiasmo que se transformó en contagioso.
Casi 70 años después de la emisión del primer programa, podemos acercarnos en un formato diferente al televisivo pero que sigue manteniendo la misma esencia didáctica que cada uno de los programas. Con la segunda edición realizada este año por Siruela, de El maestro invita a un concierto, ilustrado por María Pascual. Nos traslada en el tiempo a las magistrales lecciones del compositor. Con la dificultad de no poder escuchar cada interpretación, pero que cada uno puede buscar por si mismo, y mientras lee ponerla de fondo, se añaden parte de las partituras que esas composiciones servían a Bernstein para explicar y emocionar con la música.
Las ilustraciones de María contribuyen a crear ese mundo musical que va fluyendo a lo largo que el lector va pasando las páginas y se va adentrando en el maravilloso mundo musical y del método Bernstein. Licenciada en la Facultad de Bellas Artes (UCM Madrid) por la especialidad de Pintura con la calificación de Premio Extraordinario y Primer Premio Nacional fin de carrera, obtuvo el Reconocimiento de Suficiencia Investigadora con doctorado en Dibujo y Grabado. Docencia, Investigación y Creatividad. La ilustradora, además tiene en su haber varios álbumes ilustrados.
A través de las 15 «lecciones» magistrales que contiene el libro revolucionaron la manera de enseñar una música que algunos consideraban difícil y elitista. El prestigioso compositor habla a l público, al lector, en este caso de una forma pragmática y muy inteligible esos conceptos y puntos considerados aburridos o difíciles en la música: el solfeo, el contrapunto, los acordes, qué es un concierto, la música sinfónica, cómo suenan los diferentes instrumentos, etc, ¿qué hace que la música suene «Americana»?, ¿qué es la orquestación?, ¿cómo se hace la música sinfónica?, o ¿qué es un concierto? En una cuidada edición la selección de los conciertos que sirven de lección, podemos apreciar y disfrutar de cómo Bernstein ofrece claridad en sus explicaciones, acudiendo no solo a los clásicos como Mahler, Brahms, Beethoven, Mozart, o Sibelius, sino también a la música moderna de los Beatles o al comienzo del jazz. Un libro que ayuda a que la música no tiene por qué ser solo para entendidos, sino que explicada de bien es accesible tanto para niños como para adultos, que hace además transmite una sensibilidad esencial.
En definitiva, este libro es una obra primordial para entendidos y no entendidos en la materia, que hace disfrutar, comprender y apreciar la música como es, un conjunto de teorías melódicas que emiten un cambio sustancial que afecta al ser humano desde lo más profundo de sus ser que como bien dice Bernstein hace que el «significado de la música deba buscarse en la música, en sus melodías, en sus armonías, en sus ritmos, en su color orquestal, y especialmente en la manera en que se desarrolla (…) La música tiene sus propios significados, que se deben buscar dentro de ella, y que no se necesita ni historias ni imágenes que digan lo que significa. Si de verdad os gusta la música, vosotros mismos encontraréis su significado simplemente escuchando. Y eso es lo que deberíais hacer. Sentaos, relajaos y disfrutadla, escuchad las notas, sentid cómo se desplazan, cómo saltan, brincan, tropiezan, centellean, se deslizan y disfrutad simplemente de ESO», aconseja Bernstein.
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