Es 1961, se produce la investidura presidencial del demócrata John F. Kennedy que derrotó al republicano Richard Nixon por muy poco; la guerra de Corea que se libró de 1950 a 1953 entre Corea del Sur apoyada por los Estados Unidos y la ONU contra Corea del Norte, apoyada por la República Popular China y con ayuda de la Unión Soviética, estaba aun reciente para los que participaron en ella; la invasión de Bahía de Cochinos, una operación militar en la que tropas de cubanos exiliados, apoyados por Estados Unidos que intentaron invadir Cuba en abril de ese 1961 y que la acción acabó en fracaso en menos de 65 horas, siendo completamente aplastada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba; la construcción del muro de Berlín por parte de las fuerzas soviéticas; estos acontecimientos hicieron que se calentase aún más la tensión de la llamada Guerra Fría que con la crisis de los misiles en Cuba, otro de esos confrontamientos, estaba a pocos kilómetros del estado Florida. Y en medio de todo este contexto histórico Agustín Ferrer Casas da vida en “Cazador de sonrisas” (Grafito Editorial) a un dentista estadounidense Herbert F. Dunne. La trama se desarrolla a principios de los 60. El dentista, un militar retirado se encuentra en la costa contraria de dónde se estaban fraguando parte de los acontecimientos de la la ya mencionada Guerra Fría, en concreto se encuentra en California, en la ciudad de Oceanside del condado de San Diego. Una ciudad localizada justo al sur de Camp Pendleton, la base militar más ocupada de los Estados Unidos y que Ferrer Casas le da una arquitectura característica muy curiosa que no revelaré aquí ya que el autor lo hace la final de la obra.
Adentrándonos en la historia, esta trata del acomodado y excelente odontólogo Dunne, según sus pacientes, el invitado ideal, un padre fantástico, un esposo encantador, casi perfecto si no fuese por esa falta de empatía por el dolor ajeno…
“Simplemente he descubierto que no siento empatía por el dolor ajeno… y quiero comprobar hasta dónde llega mi limite al amparo que me brinda este uniforme. ¡Usted lleva dentro un monstruo abominable! Es probable… pero créame que estoy intentando domarlo…”
Una nueva paciente que trae consigo una historia que nadie conoce, y sobre todo, una ortodoncia que cubre los dientes de la tímida adolescente Alice Edwards, que aparece por primera vez con su madre en la consulta del doctor Dunne, que le castiga con su sonrisa convirtiéndose casi en una obsesión. Ellas son nuevas en la ciudad, ya que al cabeza de familia lo han destinado a Camp Pendleton, saliendo a relucir una espiral de obsesiones sexuales, drogas y violencia de las que el doctor Dunne intenta redimirse y que oculta a su familia y a todos que no forman parte de ellas.
Agustín Ferrer Casas guionista, dibujante de vocación y arquitecto de formación y profesión, hasta que se lió la manta a la cabeza y lo dejó todo para dedicarse en exclusiva a este mundo tan difícil del cómic. Se define amante de la línea clara y de las historias oscuras que a través del uso de sus acuarelas, la pintura acrílica más o menos diluida en agua para mayor o menor claridad, el uso del lápiz de color y el rotulador para retoques junto con el estilógrafo negro de diferentes grosores para perfilar los elementos que componen cada viñeta, consigue una estética de gran belleza y muy cuidada en donde llega a transmitir unas composiciones rodeadas del american way of life, el modo de vida característico de los años 60 en los Estados Unidos, compuesto por barbacoas en los jardines de las casas de una planta con garaje para dos coches, la publicidad, el consumo, la estética, etc.
Nos traslada de esta forma a esa época de forma fehaciente, con alguna salvedad creativa, pero que te sumerge como si estuvieras en un thriller producido para la gran pantalla y realizado en tecnicolor. En “Cazador de Sonrisas” hay una historia original, que te enganchará desde el inicio y que te tendrá en vilo durante el desarrollo de la trama esperando un desenlace que supondrá una auténtica sorpresa.
“Cazador de sonrisas” // Agustín Ferrer Casas // Grafito Editorial // 15,85 euros
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