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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Entrevista a Guillermo Balmori, Notorious ediciones

Notorious ediciones, es una de las editoriales cinéfilas de referencia en nuestro país

Entrevista a Guillermo Balmori, Notorious ediciones
Pablo Delgado el

El cine es parte fundamental de la cultura del entretenimiento actual. Pero es algo más que un mero transmisor de cultura popular, por eso, lo califican el séptimo arte. Porque no es solo entretenimiento, es un arte que transmite emoción, conocimiento, diversión…, por ello hay que saber diferenciar lo que es bueno de lo que puede ser algo menor. A esta tarea se dedican Guillermo Balmori (Burgos, 1974) junto a Enrique Alegrete, con su editorial Notorious ediciones. Allá por 2005 se lanzaron a editar aquellos libros que a ellos les gustaría poder encontrarse en las librerías y que tratasen de cine. Unos libros diferentes, bien editados, a todo color, y que lleguen a convertirse en referencia de consulta sobre la materia del séptimo arte. Hasta hoy, y parece que nos les va nada mal.

Un proyecto de índole cultural que aporta ese conocimiento necesario para adentrarse y conocer lo que es realmente el cine, en donde se pueden encontrar desde las enciclopedias sobre el cine y los diferentes géneros más completa, hasta biografías de los directores y actores de cine más destacados. Buscando siempre la calidad en sus ediciones, los libros se convierten en objeto de deseo. Asociados desde 2009 a José Luis Garci y al fondo editorial de Nickelodeon, Notorious Ediciones cuenta con autores consagrados de prestigio como el propio Garci, Eduardo Torres-Dulce, Miguel Marías, Víctor Arribas, Fernando Rodríguez Lafuente, Oti Rodríguez Marchante, Juan Carlos Laviana… amén de un nutrido grupo de nuevos valores por los que la editorial claramente apuesta.

Además, Balmori es autor de los libros como «La comedia», «Diccionario ilustrado de actores», »El melodrama»,«Hollywood Lobby Cards», «Historia de la Columbia». Un editor que se aleja del estereotipo del clásico, sí transmite -y se ve en el trabajo editorial-, un amor por los libros y por la materia que da a conocer: libros de cine que están «echos de cine».

En 2005 fundó junto a Enrique Alegrete la editorial Notorious. ¿Cómo surgió el nombre y por qué una editorial especializada en cine?
El nombre se lo puso mi socio Enrique porque es el título original de su película favorita: Encadenados (Notorious, 1946), de Alfred Hitchcock.
En cuanto a el por qué de la editorial, simplemente nos apetecía hacer los libros de cine que nos gustan a nosotros, es decir, gran formato, muy gráficos, con fotos de calidad…

¿Cómo ha evolucionado la editorial hasta hoy?
Ha evolucionado positivamente. Hemos ido sofisticando más los libros, incorporando firmas importantes, mejorando el archivo gráfico, añadiendo colecciones… Con ello nos damos a conocer cada vez más entre los lectores y los medios de comunicación.

¿Qué expectativas editoriales tienen a corto y medio plazo?
La verdad es que tampoco nos hemos movido nunca por unas expectativas concretas. Vamos desarrollando lo que nos apetece y nos funciona, y las cosas vienen un poco dadas. Cuando uno hace las cosas con verdadera pasión, se produce un efecto imán que atrae otras. Cada año incorporamos cosas positivas a la editorial, pero más que planearlas, van surgiendo. De hecho, aquí lo «planeado»  siempre ha tenido que ceder el paso a lo «sobrevenido» porque los acontecimientos anteponen siempre cosas nuevas, buenas y apetitosas.

¿Cómo definiría el oficio de editor?
Imagino que cuando uno piensa en un editor de libros, piensa en un editor de novelas. Aquí no editamos novelas sino libros de Historia del cine. En nuestro caso, hay muchos temas de Historia del cine que nos apetece tratar, y tenemos un grupo de autores de confianza a los que podemos encargar los textos. Me refiero a que no soy un editor que esté a la caza de una novela sino que encargo lo que yo quiero a quién yo quiero. Es como ser un editor a medida de tus propios gustos.

¿Qué es lo más importante para un editor?
No solo para un editor, para cualquiera, lo más importante es tener ideas. Buenas ideas originales y que no abunden en lo que ya está desarrollado. Aquí se valora mucho una buena idea que nunca se haya desarrollado.

¿Y lo más gratificante?
En mi caso, lo más gratificante es definir la estética del libro. Hay que tener en cuenta que nuestros libros son  muy muy visuales, y el adecuar cada foto a cada texto es para mí la parte más gratificante de lo que es la elaboración. Luego, por supuesto, es muy gratificante que el libro guste y que la gente lo disfrute. Que tu idea haya tenido éxito y los demás la sepan apreciar, porque en el fondo yo edito los libros que a mí me gustaría comprar.

 

«No se llega a valorar ni a promocionar ni a dar a conocer correctamente cada libro por la enorme marea de lanzamientos en la que se ve inmerso»

 

¿Qué significa para usted el libro?
Yo siempre he defendido que hoy en día una persona que no leyese libros podría incluso ser medianamente culta. Hay, hoy en día, muchos otros medios para poder adquirir cultura, cosa que hace muy pocos años era imposible. Me explico. Hace 60 años, o leías o eras un inculto. Hoy en día podría darse el caso de alguien que no leyese pero viese, por ejemplo, muchos documentales en la televisión o en internet, o que viese mucho cine, escuchase mucha música, viese mucha ópera… obtendría grandes conocimientos con ello. Con esto no estoy diciendo, ni mucho menos, que no sea recomendable leer. Hago constar un cambio cultural. El libro, antes era absolutamente necesario para obtener conocimiento y cultura. Hoy no es así. Ahora bien, por ahora y no sé si esto llegará también a cambiar, lo que sí que sigue dando el libro «en exclusiva» es un conocimiento profundo y exhaustivo. Uno puede ver un documental sobre las pirámides de Egipto y obtener una información básica e incluso un tanto específica, pero si quiere seguir adentrándose en el tema, ha de acudir irremediablemente al libro. Verás que sigo refiriéndome a un libro divulgativo, que es el que a mí me gusta e interesa más. No tanto la novela, con la que evidentemente también se pueden obtener muchos conocimientos, pero a mí la ficción no me llama demasiado la atención en este sentido.

Además del texto hay otros elementos que forman el libro, como es el diseño ¿Qué opinión tiene del diseño editorial? ¿Qué valor tiene para usted en el libro?
Bueno, creo que con lo que he respondido anteriormente queda claro lo importante que es para mí todo esto. Lo es, hasta el punto de que para mí es lo más sugestivo como editor.

El mercado del libro, lleva varios años pasando por un momento malo, aunque parece que hay brotes verdes en lo que a ventas se refiere. ¿Se ha notado en el libro especializado?
No lo sé. Nosotros siempre hemos estado contentos con nuestra progresión en ventas. No tenemos una ambición desmedida por lo que siempre nos ha ido medianamente bien.

¿Cómo se aborda en Notorious un nuevo proyecto? ¿Qué debe tener un texto para que lo publiquen?
El 90% de lo que publicamos sale de nosotros. Las ideas que nosotros mismos tenemos son las que mejor nos funcionan, así que nos fiamos mucho de nuestro propio criterio. Las propuestas que llegan de fuera normalmente no se publican. No porque no nos gusten o no nos interesen. Bien al contrario, nos suelen llegar propuestas interesantes, lo que ocurre es que la mayoría no nos parecen comerciales. Hay libros que nos gustaría mucho editar pero no podemos porque no le vemos una viabilidad económica. Además, somos una editorial muy pequeña y, por lo tanto, personalista. Somos dos socios y ambos nos ocupamos personalmente de cada libro que se edita. Como el tiempo es limitado, preferimos dedicarlo a nuestros propios proyectos.

¿Cree que hay más facilidad para editar literatura que libro técnico o especializado?
Hombre, pues depende de quién firme una novela, la promoción que se le dé, o la fama del libro en sí. Yo no edito literatura, por lo que desconozco ese mundo absolutamente, pero si nos referimos a un novelista desconocido, creo que es más difícil vender su libro que uno técnico. Así, a pelo, pienso que es más fácil vender un libro sobre Marilyn Monroe, aunque sea de un autor absolutamente ignoto, que una novela de un autor desconocido, porque en el primer caso al menos te comprarán el libro los fans de Marilyn.

 

«Lo más importante es tener ideas. Buenas ideas originales y que no abunden en lo que ya está desarrollado»

 

¿Se deberían publicar más títulos para así intentar llegar a un mayor número de lectores?
Se deberían publicar muchos menos títulos porque el mercado está saturado de libros. Las librerías no aguantan una novedad en stock más de tres o cuatro meses debido a que no les caben todas las novedades que salen al mercado. En nuestro caso, por ejemplo, un libro sobre Ben-Hur puede resultar tan interesante para un comprador ahora como dentro de unos meses, incluso unos años. Sin embargo, una vez que este libro sale al mercado solo estará en las librerías tres o cuatro meses. El librero no lo repondrá porque tiene que dar cabida a las novedades. Se publican tantísimas novedades en España que el libro individual se pierde en una maraña de novedades. No se llega a valorar ni a promocionar ni a dar a conocer correctamente cada libro por la enorme marea de lanzamientos en la que se ve inmerso. De este modo, los libros no llegan a los lectores, o al menos no a todos los que podrían estar interesados.

De entre los distintos criterios que pueden emplearse para evaluar el rendimiento de las editoriales (pervivencia y antigüedad, calidad editorial, producción/especialización, visibilidad, reputación e impacto científico) ¿Qué criterio de estos prevalece más en la editorial?
Creo que los dos criterios básicos en nuestro caso serían la especialización y la calidad editorial. Esta última lleva a una mayor visibilidad y reputación.

Los editores insisten en la necesidad de desarrollar políticas de fomento de la lectura. ¿Cómo? ¿Qué opinión tiene al respecto?
No lo sé. Soy bastante incrédulo en este sentido. Somos un país que gastamos cada vez más en educación y cada vez los resultados son peores. Creo que hay mucho «vendehúmos» en esto del fomento y de las ayudas. Hay mucha gente que vive de ello y esto es peligroso.

¿Cree que al final el libro tal como lo conocemos hoy perdurará? ¿Cuál es su futuro y  hacia dónde va el comercio del libro especializado?
No soy de pensar demasiado en el futuro. Creo que, en nuestro caso, tenemos un público fiel que imagino se irá reduciendo paulatinamente porque no veo a las nuevas generaciones interesadas en estas cosas. Pero espero y deseo que dure lo suficiente para lo que me quede de vida laboral. Después, como yo no estaré, ya me da igual.

¿Y las librerías especializadas?
Pues depende, porque todo son modas. Se pueden poner de moda las librerías especializadas o caer en desgracia. Todo, absolutamente todo, depende hoy de las modas, incluso lo que no debería. Por lo que yo puedo apreciar, cada vez hay menos especialización. Los mercados en general se concentran galopantemente en menos manos, lo cual no parece un buen presagio para la especialización. La marea globalizadora se carga la especialización.

Háblenos de cine. ¿Qué papel juega en la cultura visual actual?
Bueno, yo creo que juega un papel muy importante, tanto directamente como indirectamente. El cine como fenómeno influyente de masas ha cumplido ya los cien años y durante ese tiempo ha sembrado el imaginario colectivo visual de referencias, poses, estilos, costumbres… creo que incluso a nivel emocional, el ser humano no se ha comportado igual antes y después del cine. Reaccionamos a estímulos emocionales como en las películas.

¿Necesitamos concienciar a la sociedad de que adquiera una cultura visual completa y con capacidad de análisis y reflexión?
No me gusta la palabra concienciar. Me parece que esconde a menudo adoctrinamiento, falta de libertad de pensamiento e incluso censura. Creo en la libertad de pensamiento y de elección cultural. Hay que confiar más en la gente. Que ella misma decida lo que quiere. Hay que mostrar la cultura a la gente. Que la gente pueda conocer la cultura, cosa que hoy no se hace desde los grandes medios. Si es de calidad, la gente lo tomará. Pero concienciar es, como la propia palabra indica, influir en la conciencia de la gente, es decir, manipular. Suena muy peligroso, ¿no? Prefiero la libertad de conciencia.

Muchas películas están basadas en obras literarias. ¿Cine y literatura van de la mano?
Sí, claro. La literatura y el teatro son dos grandes fuentes que proveen al cine de argumentos para las películas. Muchos argumentos cinematográficos beben directamente de un libro, y otros indirectamente. Situaciones, personajes y ambientes que el cine mezcla con desigual fortuna. A veces incluso una película puede dar lugar a una novela. Y lo que es más interesante, las vidas de quienes han hecho cine, ya sean actores, directores, magnates, etc, han dado lugar a interesantísimas biografías. Nuestra editorial se basa en eso. En contar Historia del cine. No es literatura pero es otra interesante vinculación del cine con los libros.

¿Qué género le apasiona más y ha podido aportar un antes y un después en la historia del cine?
A mí me gusta mucho el melodrama. Lo que antes se conocía casi despectivamente como «cine de mujeres». El melodrama es exagerado, rotundo y majestuoso. Esas películas «Bigger than life» son mis favoritas. Pero más que un género concreto, a mí lo que me gusta de verdad es el cine clásico de Hollywood. El cine que se hizo en Hollywood entre los años veinte y 1965. Lo que se conoce como «La edad dorada de Hollywood». Creo que en toda la Historia de la Humanidad nunca ha habido tanto talento junto en un lugar tan pequeño. Huidos del nazismo, lo más granado del mundo artístico europeo recaló en Hollywood. Durante aquellos años se hizo un cine «perfecto» que no ha podido superarse. Adoro sobre todo el «Star System».

 

«El libro, antes era absolutamente necesario para obtener conocimiento y cultura. Hoy no es así»

 

Para terminar, ¿se acuerda del primer libro que publicó? ¿Qué recuerdos tiene de el?
Como autor, fue un libro sobre comedia clásica norteamericana que me gustó, sobre todo, porque reivindicaba muchas grandes comedias que, a mi modo de ver, estaban ninguneadas. Como editor, fue un libro sobre cine español contemporáneo al que sinceramente no le tengo especial aprecio. No es mi cine.

¿Qué  tres libros de su catálogo recomendaría leer sin falta?
Hombre, como lectura, creo que serían los que ha editado con nosotros José Luis Garci –«Noir», «Campo del gas», «Las 7 maravillas del cine»…. – que considero que es uno de los mejores escritores que hay en España. Pero, en general, nuestros libros son de consulta más que de lectura. Algunos incluso son más visuales que otra cosa. Creo que hicimos algo realmente excepcional al publicar nuestras «Enciclopedia Ilustrada de las estrellas» y «Enciclopedia ilustrada de directores», unos libros esencialmente de carteles de cine en los que se recogen nada menos que 11.000 carteles por cada tomo con las filmografías completas de actores y directores a través de todos los carteles de su filmografía. Es una exclusiva mundial.

 

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