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La música y la Armada en los siglos XVI, XVII y XVIII

La música y la Armada en los siglos XVI, XVII y XVIII
El sueño del Caballero. De Antonio de Pereda
José María Lancho el

Las reglas del olvido.

El olvido tiene sus reglas, de hecho es una disciplina social que comienza pronto en los sistemas educativos.  Cada sociedad decide lo que quiere recordar y lo que quiere olvidar, porque es mucho más ideológico el olvido que la memoria. Así, normalmente el olvido social se trabaja desde la infancia y responde a propósitos varios: en nuestro caso a la reconstrucción nacionalista de núcleos burocráticos de poder, a la revisión conflictual de las guerras civiles de los últimos doscientos años y al “imposibilitamiento” del concepto de élite por el mérito, accesible desde el sistema común de educación.  Y es que uno, tal vez, no pueda evitar que le gobiernen políticos pero no debe jamás permitir que le eduquen políticos.

Una víctima natural, casi una amputación imprescindible, cuando no se intenta crear una ciudadanía libre es hacer desvanecer la música en la educación, elemento básico de formación del Ethos individual y social desde la Grecia clásica.

El cortejo del olvido

Por supuesto, esta amputación se encuentra en muchas áreas del conocimiento y desde luego en la historia.  Todo es más grave cuando a la amputación se suma la manipulación. La guerra, la violencia organizada políticamente, no es una realidad meramente adquirida o simplemente cultural,  sino, además, es un fenómeno tan desgraciadamente natural como íntimo.  Esa cualidad de su naturaleza se evidencia en su relación con el arte. Guerra y arte no son una dualidad, necesariamente.

La guerra y la música.

La marina española, como continuadora y heredera directa de las de los reinos hispánicos de Castilla y Aragón es probablemente la más antigua marina oceánica –lo que habría sido muy difícil sin el componente mediterráneo-  del mundo. Su larguísima vinculación con la música resulta insospechada.

Música y guerra eran una tradición española antes de Roma, hay representaciones en cerámica de duelos  de guerreros íberos al tiempo que se interpreta música, testimonios romanos  destacan que los hispanos combatían cantando y golpeando sus escudos. Pero también los romanos vincularon la música a la guerra, la importancia de la música en los ejércitos romanos desde los tiempos de los reyes etruscos fascinó a todos los pueblos que se enfrentaron a Roma. Asímismo, romanos e íberos  utilizaban sistemas codificados de mensajes sonoros para transmitir órdenes.

El siglo XVI

A lo que nos atañe y seguramente herederas de la tradición romana, las Galeras Capitanas españolas (aunque no sólo estas) llevaban una banda de músicos de instrumentos de viento (a veces también de cuerda), en concreto usaban significativamente chirimías (muy parecidas a las zurnas de eurasia central), que son unas flautas largas de madera con unos 10 agujeros. La banda estaba compuesta normalmente por cautivos moros, especialmente turcos,  y sus funciones iban desde saludar la presencia de personalidades en las naves a interpretar durante el combate.

Glera Real de Don Juan de Austria

Al historiador Juan Ruiz Jiménez le debemos una valiosa cita del cronista Isidro Velázquez en relación a las galeras de Portugal, cuando ese país estaba ya unido al reino de España, y a una parada que efectúa Álvaro de Bazán,  marqués de Santa Cruz: “su mucha y bien ordenada música, tocando la capitana sus clarines, a que respondían las demás galeras, y luego los menestriles altos, tres ternos [nueve] de turcos forzados, esclavos del marqués, extremados músicos en diferentes instrumentos de música de chirimía, sacabuche, bajón, orlos, corneta, dulzaina y flauta, viniendo preparados de muchos libros de cifra y en ellos apuntados villanescas, motetes y otras diferencias, no olvidando cantigas a la usanza de este reino [España], todo en modernas, buenas y sonoras sonadas, cuya armonía en su sonar levanta los espíritus a la celestial contemplación, con la consideración de ser este arte imitación del angélico, aunque aquí lo usen los contrarios en apariencia y en ser turcos”.

No dudamos que la Armada difundió por el Mediterráneo y por el Atlántico europeo los modernos géneros musicales que se traían de América como la zarabanda (de  Panamá y probablemente del Perú) o la chacona (México), así como como temas tradicionales musicales españoles como la folía o el pasacalles.

La primera globalización cambió las artes y, por supuesto, también la música.

Un ejemplo que me propongo compartir desde aquí es la folía de Rodrigo Martínez interpretada por el maestro Jordi Savall , esta obra se utilizó recientemente para burlarse de los combates de los buques españoles con los de Drake en una película bastante absurda aunque entretenida llamada Elizabeth o Isabel.

https://www.youtube.com/watch?v=wvaH8bPkWD4

Aquí les propongo una zarabanda por el hispano-napolitano Nicolás Matteis, que acabó trabajando en Londres y del que la Wikipedia en inglés omite citar su origen napolitano hispano, precisamente el elemento que define la originalidad de su fantástica obra.

https://www.youtube.com/watch?v=mkfQ-eSTNOU

La dia Spagnola del mismo Nicolás:

https://www.youtube.com/watch?v=gAoMM_r5HKw

En el siglo XVI el mar se convierte en la principal vía de difusión cultural.

Un pasacalles de Andrea Falconiero maestro de capilla de la Capilla Real de Nápoles de Felipe IV de España.

https://www.youtube.com/watch?v=Mm6y-rI-7f4

Una pavana y una villanesca de Diego Pisador (s. XVI) que como hemos visto eran de uso frecuente en las flotas mediterráneas y atlánticas españolas.

https://www.youtube.com/watch?v=v3y3K42rNKk

Mucho se ha perdido, incluso de los himnos históricos españoles como la “Marxa dels reis d’Aragó” o “marcha del rey don Jaime el Conquistador”, la “Marcha de los clarines” que es la música que hacen tocar los Reyes Católicos cuando entran en Granada o la “Marcha austriaca” supuestamente compuesta por San Ignacio de Loyola y que rápidamente fue adoptada como música de la dinastía de los Austria por el Emperador Carlos V hasta la muerte del Rey Carlos II.

El conflictivo Mediterráneo produjo un inmenso proceso de intercambio cultural entre las escuadras en combate desde las galeras romanas -que de forma simétrica a su ejército, con toda lógica, incorporaban el elemento musical- hasta el uso generalizado e intensivo de la música profesional que se dio en el ejército otomano (las “mehter“) y en su propia armada. De ahí que los cautivos turcos fueran tan apreciados para dotarse de música guerrera en las galeras cristianas españolas y genovesas, aunque fueran adiestrados para acompañar composiciones sacras como la Salve, muy frecuente en la Armada a partir del siglo XVII.

Del triunfo en Lepanto queda como testimonio musical la impresionante “Missa Pro Victoria” del gran Tomás Luis de Victoria.

https://www.youtube.com/watch?v=e_0rO9CUCrA

Pero el uso generalizado de música en los buques es claramente de origen Mediterráneo y su empleo a partir de las galeras, para incorporarlo a otra clase de buques, hay que rastrearlo y atribuirlo a Alfonso V de Aragón en su expedición a Italia donde no faltaron los mejores músicos y poetas aragoneses y es que el éxito, incluso en la guerra, es excéntrico.

La batalla de Lepanto supone la derrota por España y sus aliados del único otro imperio intercontinental en el mundo

De la música en los galeones resultan ser un testimonio singular -que he encontrado con cierto esfuerzo- nada menos que algunos viejos romances castellanos:

Mas sabroso es el atún / Que no mielga traspasada:/ Al bizcocho carcomido /Mostramos buen rostro y cara,/ Viviendo en los galeones / Por no morir en fragatas./ Al estragado apetito / Mostrastes la zarabanda. / Porque el manjar desabrido/ Se comiese por la salsa;/ Pero tendrán mejor corte,/ Señoras, nuestras espadas / En defensa de la fé,/ Y fuera de nuestras vainas./ Muestras damos de valientes / En huir vuestra batalla (…)  este fragmento de un romance genial muestra la primera vinculación a un ritmo o tema musical americano la acepción de  salsa y creo que es la primera vez que se dice.

Los galeones difundieron música y distribuyeron músicos europeos por todo el planeta

Sobre la chacona, Lope De Vega llegaría a decir “De las Indias a Sevilla ha venido por la posta”.

No obstante, no hay que olvidar que la disciplina en los galeones del Rey era severa “Que la vida de galeón/ No quede ser regalada: No hay en el galeón mujer, Ni la dama cortesana, Con quien se pase la noche/ Bailando la zarabanda“.

Le debo a Carlos A. Page una cita de una carta de un padre jesuita en 1728 sobre su partida a las misiones del Paraguay y la celebración de la partida desde Europa: “donde en otros [navíos] unas sinfonías musicales que todas eran de ver y oírse bien porque ellos [los músicos] estaban arriba en la popa del buque que los Españoles llaman Plaza de armas”

Una chacona que bien podría haber sonado en la capitana de alguna de las flotas de indias del siglo XVII.

https://www.youtube.com/watch?v=ikMZhOpPjjg

El papel difusor cultural de la marina era fundamental. La Armada de Barlovento fue un vehículo principal para la difusión del carnaval mediterráneo o  los autos sacarmentales españoles

Asenjo Barbieri recordaba en el siglo XIX que en nuestro siglo XVII los grandes capitanes se acompañaban de sus músicos de cámara en las batallas. Bajo la música de numerosos violines  se produjo la mayor derrota del gran Condé, el general francés victorioso de Rocroy, esta vez vencido por Brito y sus 3000 españoles en la defensa de Lérida. El espectáculo estremecedor de los músicos del Titánic tenían antecedentes bastante comunes en el siglo XVII y XVI.

El siglo XVIII

La dinastía de Borbón coincide con cambios en la forma en que se reproduce la música en la Armada. Así la música de oboes es establecida en las galeras de España en 1716 (el dato es de Pedro Fondevila Silva en su imprescindible “Diccionario Español de la Lengua Franca Marinera Mediterránea”). Se compran por el marqués de San Felipe varios esclavos músicos de oboes, en sustitución de las chirimías, instrumento también de viento, en concreto a las galeras Genovesas para que compongan la música de la galera capitana de España.

El navío Princesa

Sabemos del gusto por la música y la promoción de  ésta por la nueva dinastía y conocemos muchos detalles al respecto, incluso que en la góndola real iban ocho músicos: un violón, dos violines, dos trompas y dos oboes. Esta combinación instrumental es la que acompaña al rey Carlos III y su familia desde el puerto de Nápoles a España para hacerse con el trono español: flautas, oboes, trompas y violines…

Y es precisamente en materia musical donde se produce una pequeña revolución en la Armada: En concreto en las Ordenanzas de su Majestad para el Gobierno Militar, Político y Económico de su Armada Naval (1748, obra de Ensenada). No sólo la regulación de los músicos y su presencia en los navíos comandantes, sino que las ordenanzas prevén además de la esgrima, la danza y los idiomas extranjeros, al efecto de educar a los Guardias Marinas, se promociona la formación musical de estos, de hecho en la compañía de Guardias Marinas debería haber 4 músicos y dos tambores.

El Santísima Trinidad. El Titánic guerrero de la época de la vela.

A pesar de la difusión, gracias a la película Master & Commander, de la hipótesis de “frecuentes” duetos de violín y viola protagonizados por oficiales de guerra británicos, su posibilidad real era muy remota en esa armada. Paradógicamente, sin embargo esa posibilidad de interpretación de música culta entre oficiales no era en absoluto remota en un buque español, que proporcionó una formación musical muy singular.  La inquietud musical de la Armada, incluso etnológica, se aprecia en la expedición Malaspina/Bustamante, aunque eso -por su singularidad- merece otro artículo.

De hecho, el oficial de la Armada y compositor, Juan Maus, fue además uno de los primeros difusores europeos de la música de Mozart.

La música española sufre una edad de oro, en el siglo XVIII y es previa a una edad de olvido mucho más larga.

Basta asomarse a cualquier cuarteto de Manuel Canales para sorprenderse con ese reencuentro musical todavía en buena parte pendiente. Aquí les propongo el Cuarteto en Re Mayor Opus 3 de Canales en la interpretación muy afortunada del Cuarteto Francisco de Goya

https://www.youtube.com/watch?v=eESWJnqCu80

La sorprendente obra operística de José de Nebra (https://www.youtube.com/watch?v=1Oqm_K25-sY ), la de violín de José Herrando, la de cámara de José Teixidor (https://www.youtube.com/watch?v=fmaVjUzqqyE ), la de flauta de Luis Misón  (https://www.youtube.com/watch?v=sEu1I5knsTM), la del injustamente olvidado Juan de Ledesma ( https://www.youtube.com/watch?v=zMjn9ZA1jUo)la de Cayetano Bunetti nacionalizado español y cuyos maravillosos cuartetos han sido rescatados después de tres siglos de olvido en 2011 en Oviedo y cuya excelente presentación, desde la Fundación Gustavo Bueno, hicieron Alberto Veintimilla Bonet (Director del Conservatorio Superior de Música de Asturias),  el propio Gustavo Bueno Sánchez y Raúl Angulo Díaz, el editor de los cuadernos inéditos.

(https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=0GGWESyyNlA#t=2008 )

Luigi Boccherini describió musicalmente, como nadie, su país de adopción: España.

El genial hispano-napolitano Domenico Scarlatti, el nacionalizado español -desde los 25 años- Luigi Boccherini quien compuso en Arenas de San Pedro y en mi querida Candeleda, compartiendo el exilio del infante don Luis, algunas de las mejores páginas de música de cámara de la historia y  al estilo español. Por cierto ni en Arenas de San Pedro ni en Candeleda existe el menor recuerdo de la larga estancia de Boccherini en esa comarca: señores Alcaldes de esas localidades, qué les costaría reivindicar a uno de sus vecinos –por casi 10 años- más importantes de su historia. Todavía los descendientes de Boccherini viven en Madrid, no obstante y sin consultarles el general Franco “regaló” los restos del compositor al dictador italiano  Mussolini que los necesitaba para alimentar con huesos hispanos  el nacionalismo social italiano. ¿Volverá Boccherini a su ciudad Madrid?

La sierra de Gredos, las montañas de Boccherini y donde se inspiró en su música nocturna de Madrid

https://www.youtube.com/watch?v=Lo8GGC01iww Este minueto de Boccherini compuesto en 1771 pero solo publicado en 1775. Es muy probable que se popularizara durante la Guerra por la Independencia de Estados Unidos (1775-1783) e la que tanta importancia tuvo la Armada , el ejército y la financiación española y que se difundiera en América a través de la Armada.

https://www.youtube.com/watch?v=8dmWAve3Pvk

Otro italo-hispano fundamental fue Giacomo (Jaime) Facco https://www.youtube.com/watch?v=YP78p9oBOQQ

El absolutamente genial Antonio Soler, el original y finalmente exiliado Martín y Soler, tan apreciado por Mozart quien “citó” musicalmente en alguna de sus obras parte de algunas de las creaciones de nuestro compositor https://www.youtube.com/watch?v=xJjOAsQO_ck

Algunos me olvido y otros como el extremeño Diego de Araciel pertenecen más al XIX.

Los toques de ordenanza

La Biblioteca Nacional de Madrid se conserva un documento fundamental: “Libro de la Ordenanza de los Toques de Pífanos y Tambores que se tocan nuevamente en la Ynfantería Española, compuestos por Don Manuel de Espinosa” de 1761 recopilados por D. Manuel de Espinosa de los Monteros director de la Real Capilla de Música del Rey Carlos III.

Un trabajo muy interesante de reconstrucción lo ha hecho el equipo del blog “todomusicamarcial” respecto de algunos de estos toques de ordenanza:

http://todomusicamarcial.blogspot.com.es/2009/01/los-toques-de-ordenanza-de-carlos-iii.html

Probablemente, ésta sería la reconstrucción de la los toques militares que la infantería de marina española escuchase en la toma de Pensacola (Panzacola) con Gálvez frente a los ingleses o en la expedición contra la usurpación portuguesa del Sacramento.

Toma de Pensacola

Desde hace décadas se van eliminando de los planes de estudio en España las asignaturas de música, mutilando el escaso Ethos cultural que nos puede unir como sociedad y que favorecería una reforma social desde un marco de identidad común. Esta es una denuncia necesaria y las páginas del ABC una buena plataforma para ello.

Queda abierta esta invitación a los musicólogos para desarrollar profundas investigaciones sobre la música de este período en relación a la Armada. Este es un modesto tributo a una sociedad –europea y americana- en buena medida perdida incluso para el recuerdo y una oportunidad, al dedicárselo, de agradecer a mi tía, una magnífica soprano y maestra, Pilar Abarca, que me regaló de niño la música.

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José María Lancho el

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