“Se cierne sobre nuestro pa铆s un gran peligro; pues se trata a mi entender de la mayor y m谩s poderosa combinaci贸n jam谩s reunida en la cristiandad.” Despacho de capit谩n del Victory Sr. Howkins al gran almirantazgo de la flota inglesa. Urgente.


Y ten铆a raz贸n el capit谩n Howkins ante aquella visi贸n majestuosa de la armada. Como suele ocurrir con los antiguos, describ铆a con propiedad; “aquella era una de las flotas m谩s poderosas de la cristiandad”. Si hubiese le铆do a Herodoto aquel capit谩n ingl茅s, hubiese podido imaginar otra escena grandiosa, una que lo trasladar铆a hasta 聽el 480 a.C, y en donde 聽la flota de un tal Jerjes, rey persa, 聽avanzaba 聽por el golfo Sar贸nico majestuosamente con 1200 nav铆os.聽 Pero eso forma parte de otra historia muy lejana. Tambi茅n mar铆tima y evocadora, pues sus restos arqueol贸gicos submarinos a煤n yacen en aquellas aguas entre Corinto y Salamina. Pero como bien apuntaba Howkins, aquello no era cosa de cristianos. Hoy la historia que nos ocupa es una, que s铆 es de cristianos, la de la “Felic铆sima Armada” como le gusta decir a nuestro querid铆simo y docto Sisi帽o. Marino, almirante y ex director del museo naval de Madrid, posiblemente uno de los grandes investigadores de tal episodio, y que a d铆a de hoy, y a pesar de su fundamental aportaci贸n a la historia mar铆tima (especialmente con el corpus documental de Trafalgar, y el de la “batalla del mar Oc茅ano”) se me antoja, deber铆a tener un mayor reconocimiento por su important铆sima labor como historiador e investigador, en este pa铆s que ha viv铆do de espaldas al mar. Si queremos hablar de la “Gran Armada”, tenemos obligatoriamente que hablar de los trabajos de Jos茅 Ignacio Gonz谩lez-Aller y de Geofrey Parker. Afortunadamente existe tambi茅n la suficiente literatura cient铆fica y autores de prestigio que han trabajado sobre ella, pero curiosamente en materia de naufragios y pecios poco, demasiado poco.

Es por eso que a煤n queda mucho por investigar. M谩xime si hablamos de naufragios. Y hoy hablamos de ellos. De los restos y la sombra de la Gran Armada. De sus pecios y naufragios. Los de la聽 “Invencible” para los brit谩nicos, que como siempre, y haciendo gala de su “t谩ctica y estrategia”, encumbraban a sus enemigos derrotados en la batalla por mayor loor y gloria del imperio. As铆 lo hicieron con Napole贸n, y las tropas alemanas de la II guerra mundial.聽 Y es que es ya un mito esto del t铆tulo de la “Invencible”, y merece la pena detenernos en algunas de sus primeras referencias. Una de sus responsabilidaes es la atribuida a Lord Burghley, quien nada m谩s terminar la contienda y 聽bajo el op煤sculo “The copie of a letter sent out of england to Don Bernardin Mendoza” narra y marca por primera vez el t茅rmino 鈥淚nvencible鈥 para la historia. Y se repiti贸 en varias ocasiones, exclamando las razones injustas de Espa帽a para atacar Inglaterra y las medidas encomiables, y “sab铆as” que hab铆a tomado Isabel para defenderse de tan imponente Armada, concluyendo con la frase que hasta el momento no hab铆a sido escuchada en ning煤n palacio y que resonar铆a durante demasiados siglos “as铆 termina esta narraci贸n de las desgracias de la Armada Espa帽ola, que ellos dieron en llamar “Invencible”. Quedaba inaugurada la sesi贸n. Y as铆 de inmediato, aparecieron todo tipo de cr贸nicas haciendo referencia con iron铆a a esa invencibilidad, que el ingl茅s torno en ferocidad para revestir de mito en la historia. No tardaron en salir un buen n煤mero de panfletos ir贸nicos que alimentaron a la incipiente “leyenda negra” hispana, de un lado y de otro, situaciones variopintas que no pueden dejar de sorprendernos como “que los peces atiborrados de sangre espa帽ola no pod铆an transmitir a trav茅s de su carne las enfermedades ven茅reas as铆 adquiridas”. Eran cosas de la guerra propagand铆stica, las cosas de siempre en esto de la geoestrategia y la manipulaci贸n.
Se trataba de la Gran Armada, y la misma a lo largo de la historia ha tenido variedad de enfoques. Aqu铆 en “espejo de navegantes”, la tratamos desde un punto de vista casi in茅dito; como hemos dicho. Sus pecios y sus naufragios. Casi todos los estudios existentes giran en torno a la preparaci贸n, log铆stica, estrategia y la descripci贸n del combate, como no de los elementos y sus personajes. Y como suele ocurrir casi siempre, en esto de la historia mar铆tima, todo acaba con el naufragio, y la historia con 茅l. En el mismo momento en el que el nav铆o se torna en tragedia, y la derrota en pecio. Es lo de siempre.Un resto sumergido para la historia y el olvido, pues los ojos ya no ser谩n capaces de ver m谩s all谩 del horizonte y la l谩mina de agua que lo cubre para siempre. Ocurri贸 con la olvidada “Mercedes”, y las desconocidas “Juno y la Galga”. Con el rec贸ndito “Cazador” y los “galeones del azogue“.聽 Y ocurre con el HMS Beatrice o el Reina Regente. Los galeones de la isla del Rosario o el Nuestra Se帽ora del Juncal. Por supuesto 驴quien se acuerda de los pecios de Lepanto?, o los de la flota de Juan de Mendoza. Y que decir del Namur, por poner un curioso y reciente ejemplo que est谩 de mucha actualidad. Yacen todos en el lecho marino del olvido, hasta que un poco de investigaci贸n desenpolva los siglos de silencio. Es por eso que traemos de forma breve y sencilla a este blog, un breve adelanto sint茅tico de trabajo en archivos hispanos y tierra brit谩nica. La invitaci贸n y la ocasi贸n lo merecen. El bueno de Calero ha confeccionado una herramienta moderna para comunicar con mayor facilidad en “espejo de navegantes”, y as铆 no olvidar esas historias de la mar, sus gentes y sus reinos de otros tiempos. Existen muchas historias submarinas que requieren nuestra atenci贸n. Una de la m谩s importantes y desconocidas es sin lugar a dudas son los naufragios de la invencible. Adentr茅monos en ellos. Tienen mucho que contarnos.
“La mar segu铆a enfurecida, y la “Girona” con otra nave de Recalde, fueron avistadas desde la urca La Caridad. “Buscaban tierra y si no hallaban puerto se perder铆an, porque la tormenta de esa noche ser铆a definitiva”.De esa no pasaba, pensaba para sus adentros Juan de los R铆os, marinero de La “Caridad”.Aquello estaba clar铆simo al ver maniobrar aquella nave en estado tan calamitoso. Tal era el aspecto y situaci贸n de aquella galeaza de 40 metros de eslora, embestida una y otra vez por las olas gris谩ceas del mar del norte, que todos los que tuvieron la oportunidad de presenciar aquel espect谩culo, no daban mucho por ella. Pero al menos quedaba en pie, no como tantas otras que despu茅s de Gravelines y el largo periplo de vuelta por聽 las islas, estaban naufragando a doquier, una tras otra. No ten铆a m谩s remedio que fondear y reparar cuanto antes. Decidieron 聽hacerlo en aquella ensenada, un puerto llamado Killibegs, que parec铆a accesible entre tanta costa agreste y desconocida. Mientras navegaban hacia tierra, en el horizonte apareci贸 una importante sorpresa. Aquellos hombres que en la playa hac铆an se帽ales de llamada parec铆an Espa帽oles, sin lugar a dudas los restos de alg煤n naufragio, que improvisaron campamento. Se trataba de los restos que Don Alonso de Leiva recogi贸 tras penosos naufragios; los supervivientes de la “La Rata Encoronada” y “La Duquesa Santa Ana”. Al llegar a conocimiento de Don Alonso la venida de la nave Girona, se sintieron salvados. Por fin una vela en el horizonte. Ten铆an una esperanza de volver a Espa帽a. Tras quince d铆as de obra en el buque, empleando los materiales y aparejos de otro nav铆o espa帽ol perdido en las proximidades, la Girona di贸 la vela rumbo a Escocia llevando a bordo m谩s de 1300 hombres. Todo en una peque帽a nave que zozobraba ante el 铆mpetu de las olas. Pero ocurri贸 lo inevitable, ante el temporal pasado y los da帽os, a pesar de todos los terribles esfuerzos, la galeaza perdi贸 el tim贸n reci茅n reparado, arrojando la nave sobre las rocas de Lacada Point. Aquello significo su verdadero fin tras largo periplo. Que lejano quedaba Espa帽a.Tan s贸lo habr铆a nueve supervivientes. Al cabo de los meses, unos marineros llevaron avisos ver铆dicos de aquella tragedia cuando su nave, La Valenzera embarcaba penosamente en el puerto de Havre. El naufragio fue confirmado por avisos de Inglaterra y Flandes. Leiva desapareci贸 para siempre junto al Conde de paredes, Tom谩s de Granvela, Diego Enr铆quez y otros nobles de Espa帽a. Posiblemente sus 煤ltimos y desesperados recuerdos, sabi茅ndose 聽muerto y sumergido fue aquel lugar, aquella maldita armada y el rostro de su amada. Entre el negro tumulto de las aguas que lo empujaban al fondo del mar, sin aire, palpo nerviosamente el anillo de metal. Aquel labrado que dec铆a, “no tengo m谩s que darte” y que le fue dado por su amada. Aquel mismo que bajo las luces de la sala de exposiciones fuera subastado siglos m谩s tarde. Junto a las cruces de Santiago. Las salamandras de oro y los anillos de esforzados jesuitas聽que nunca volver铆an, tras embarcarse en la justa causa de la Felic铆sima Armada. La de Inglaterra…


La Gran armada bajo el mar; su valor vivo
Felipe II cre铆a que Dios estaba de su lado. Y Dios lo abandono en las aguas del canal de La Mancha. A 茅l, y a las decenas de naves que posteriormente naufragar铆an en las costas irlandesas y escocesas. Incluso tambi茅n los abandono cerca de 聽las costas Espa帽olas,聽las 聽recientes noticias聽en torno a la supuesta聽galeaza de la “Regazzona”聽as铆 lo atestigua聽.聽Blasones, sedas, espadas y cuencos de porcelana china. Cruj铆as, baos, y ca帽ones de bronces. Sus banderas y sus planes. Sus anhelos y sus pertenencias. Todo quedaba all铆 abajo, en forma de yacimiento arqueol贸gico subacu谩tico que las autoridades brit谩nicas tienen en algunos casos catalogados y protegidos en su wreck sites act, desde el a帽o 1973. Todo un programa cultural que a煤n esta a la espera de poder ser investigado arqueol贸gicamente. A d铆a de hoy tan s贸lo los esfuerzos del profesor Colin Mart铆n y su equipo de la Universidad de Sant Andrews, han sido聽 los 煤nicos que se han interesado desde el punto de vista arqueol贸gico y cient铆fico, al poner en valor los restos de aquella armada; que o bien se encuentran bajo la ley del silencio o han sido expoliados por cazatesoros. Inclu铆das esas historias de las alianzas que graban a fuego en la memoria de la historia “no tengo m谩s que darte”. Con las historias que aquellos miles de soldados tra铆an desde el Mediterr谩neo. Los pecios de la escuadra adquieren una importancia fundamental para explicarnos este episodio de la historia universal. Geoffrey Parker, junto a Jos茅 Ignacio Gonzalez-Aller, como antes dec铆amos, 聽posiblemente dos de sus m谩s concienzudos y fascinados historiadores, lo han dejado bien claro; la arqueolog铆a adquiere un car谩cter de vanguardia y de documentaci贸n cient铆fica en esto de la Gran Armada, y pens谩bamos que estaba todo dicho sobre este tan importante episodio. Y es ah铆 donde a煤n quedar铆a mucho por hacer por la ciencia y la arqueolog铆a. Con las herramientas de la tecnolog铆a, y como recientemente nos recordaba Jose Mar铆a Lancho (curiosamente descrito en este mismo blog), con la importante herramienta de la cooperaci贸n, entronca directamente con el esp铆ritu de la convenci贸n de a UNESCO, en materia de investigaci贸n internacional. Esta lo deja bien claro: “Convencida de que la cooperaci贸n entre los Estados, organizaciones internacionales, instituciones cient铆ficas, organizaciones profesionales, arque贸logos, buzos, otras partes interesadas y el p煤blico en general es esencial para proteger el patrimonio cultural subacu谩tico”.Que mejor oportunidad para realizarlo entre arque贸logos e instituciones de ambos estados. Por m煤ltiples razones, la primera especialmente por la ciencia y la historia, “la invencible” a煤n tiene demasiadas lagunas hist贸ricas que resolver y se merece, a pesar del paso de los siglos dicha resoluci贸n. La cooperaci贸n es el m茅todo, y Espa帽a que tiene intereses hist贸ricos en forma de pecios diseminados por todo el mundo le interesa sobremanera. La acci贸n en materia de cooperaci贸n entre equipos internacionales de investigaci贸n, 聽especialmente en excavaci贸n submarina se tornan necesarios (entre otras para dar “ejemplo” de forma proactiva al lanar un claro mensaje “nos importan nuestros pecios”, sobre todo en pa铆ses sudamericanos con los que mantenemos lazos culturales muy s贸lidos, y en donde los cazatesoros llevan decenios realizando todo tipo de estragos) ser铆a un buen camino. La ley es del 2001, y Espa帽a la hace suya con su ratificaci贸n y por tanto integraci贸n en su ordenamiento jur铆dico. Y por 煤ltimo para algo tan determinante como es el ejemplo con la “acci贸n”. “El principal argumento de los cazatesoros en el mundo, es que los pecios se encuentran abandonados. No forman parte del inter茅s de los Estados, pu茅s tienen que destinar rescursos y medios que no tienen, y que por tanto dejan abandonados en cualquier lugar del mundo”. La intervenci贸n directa sobre las misma, explorando, sondeando y por ultimo excavando y publicando, ser铆a no s贸lo pionero por parte de nuestro pa铆s (a煤n no hemos tenido una oportunidad de dejarlo claro de forma sistem谩tica en el extranjero) sino que marcar铆a claramente una voluntad, un camino, unos antecedentes. Y es lo que ped铆a Parker en su pre谩mbulo de su 煤ltima investigaci贸n, m谩s conocimiento dado por las fuentes 聽arqueol贸gicas, para poder dar m谩s luz a la “Felic铆sima Armada”.El episodio hist贸rico sin lugar a dudas lo merece.

A pesar de la casi inexistente investigaci贸n, ellos no dieron por tirada la toalla. Al contrario, la inexistencia de investigaciones de campo, en un tema tan importante, aparec铆a como un interesante fil贸n a explotar. Un problema lo convert铆an en una oportunidad. La coalici贸n entre historiador y arque贸logo dar铆a sus frutos, no sin muchos esfuerzos. Para empezar ese 鈥渂inomio鈥 Mart铆n- Parker ha durado cerca de 40 a帽os, prueba de su constancia e ilusi贸n por la cuesti贸n. Sus primeras investigaciones fueron realizadas cuando ambos profesores eran compa帽eros en la universidad de Sant Andrews, el entusiamos de la 茅poca de Felipe II del segundo era un poderoso motor de conocimiento, como suele ocurrir en cualquier gran empresa. Los resultados de las excavaciones arqueol贸gicas del profesor dieron como fruto alguna hip贸tesis para Parker. La primera edici贸n se public贸en 1988, tanto en Ingles como en Espa帽ol, coincidiendo con la cuarta conmemoraci贸n del cuarto centenario de la gran contienda entre Felipe II e Isabel de Inglaterra. “Desde 1988 se ha llevado escaso trabajo arqueol贸gico sobre los naufragios de la armada” detallaba鈥 pesar de eso, 鈥la riqueza de los extensos recursos que yacen todav铆a escondidos en el lecho marino ha quedado ampliamente demostrada por la labor exploradora realizada hasta ahora“. Y eso que apenas聽se han聽trabajado sobre聽los聽pecios de la escuadra. Y as铆, con estas palabras “Aplaudimos la postura protectora que han adoptado las autoridades irlandesas respecto a su herencia hist贸rica de naufragios y esperamos que fomente un programa sostenido y responsable de mayor investigaci贸n, un programa que sin duda ampliara nuestra comprensi贸n de lo que sucedi贸 en realidad durante la jornada de 1588”, dejaba entreabierta la puerta a futuras y deseadas investigaciones. Es curioso esto de los “hispanistas” (“t茅rmino que en muchas ocasiones a煤n no he entendido bien”). “Porque tienen buena playa” exclamaba Parker, con toda la sencillez y genialidad聽del mundo cuando era preguntado por al entrevistadora de un programa de televisi贸n nacional ante la pregunta 驴Porque vienen a Espa帽a a investigar?. Calamaritos y buen sol aparte, hay mucho que investigar y un buen historiador, cargado de ilusi贸n y de razones, es bienvenido y bienhallado all谩 de donde venga. Quiz谩s sean el 铆nsipido pudding y los sempiternos nublados, lo聽que nos repelen hasta la m茅dula a los hispanos para ir all铆聽a narrarles la Guerra de las rosas o el ascenso de Jacobo VI al trono de Escocia. O聽quiz谩s sea que聽estos temas esten lo suficientemente investigados all铆 y no haga falta, so pena de hacer el rid铆culo, y聽“dar m谩s luz” a lo conocido. Suele ocurrir. En materia submarina suele haber siempre mucha oscuridad, como si baj谩semos a m谩s de 80 metros de profundidad. Igualito. Y de ah铆 que a煤n quede mucho por investigar en para铆sos soleados como son las costas griegas en relaci贸n a Lepanto, o las del Mar Caribe, con los cientos e hundimientos de nuestras flotas del Mar Oc茅ano. Ese si que es sol del bueno. Otra cosa es la sed de conocimientos. Esa si que mueve monta帽as.

La arqueolog铆a queda por tanto clara como asignatura pendiente para explicarnos muchos elementos de aquel episodio. Nuevos documentos y nuevos artefactos.Mientras habr谩 que acudir a las fuentes literarias, en donde el abanico se ampl铆a de manera sobresaliente, sobre todo a ra铆z del cuatricentenario de la Armada, en donde afortunadamente se g茅nero mucha informaci贸n relacionada con la contienda. M谩s como siempre, la vanguardia arqueol贸gica queda desgraciadamente a la zaga.Si tenemos que hablar de comprensi贸n arqueol贸gica. Sidney Wignall debe encabezar la lista, porque desde 1968, y tras descubrir los restos de los naufragios de la Armada qued贸 interesado por los mismo, en un principcio con demasiados aires de aventura que deber铆a perfilar posteriormente la arqueolog铆a. Y as铆 lo hizo Martin en el Blasket Sound, donde fueron descubiertos los restos del nav铆o guipuzcoano 鈥淪anta Mar铆a de la Rosa鈥. La cooperaci贸n con los clubs de buceo y una buena actitud civil entre los miembros del Sub-Aqua de la ciudad de Derry, streedagg Armada Group y el Moville Sub-Aqua, parece que tuvieron como resultado la salvaguarda y protecci贸n para la posteridad de la Trinidad Valencera. La protecci贸n de un solo nav铆o, al menos era algo. Todav铆a quedaban los restantes y numerosos naufragios…Es curioso que hable Parker de las autoridades irlandesas, (l贸gico por temas competenciales), sin contar con las Espa帽olas. Se me ocurre que podr铆amos decir algo en esta cuesti贸n, 聽m谩xime cuando son naves de la Corona Espa帽ola, de nuestros antepasados y cuando se encuentra el texto de la ” Convenci贸n” en vigor.聽 Hasta la fecha, y a tenor de las acciones y los resultados, no ha tenido inter茅s por parte nuestra. Algunas solicitudes y propuestas para trabajar y tener m谩s conocimiento sobre los pecios de la invencible se dieron en el 2007 y 2010. Pero carecieron de inter茅s en la materia para sus responsables. Por lo que a煤n en el presente queda expedito la posibilidad de trabajar聽 sobre los mismos. Existe documentaci贸n suficiente y se conocen buen n煤mero de los lugares aproximados de su hundimiento por las fuentes estudiadas. Igualmente las fuentes orales, los pescadores de la zona y especialmente los buceadores (antes mencionados, y en donde existe una tradici贸n de colaboraci贸n con las autoridades para proteger los pecios) tienen noticias acerca de algunos de estos yacimientos submarinos. De esto hemos sido testigos directos de la cuesti贸n. Para los Espa帽oles que navegaban en aquel momento entre las Islas Orkney, las H茅bridas y el canal del Norte, aquello era el lugar m谩s ins贸lito y abandonado del mundo. All铆 es donde empezaba su historia. La costa occidental de Irlanda y Escocia eran tierra inc贸gnita.Este ser铆a uno de los grandes problemas de los nav铆os que ten铆an que regresar a Espa帽a. El derrotero proporcionado por Medina Sidonia, con acierto y extrema confidencialidad, a los barcos de la flota (con el objeto de que no fuesen espiados) no iban m谩s all谩 de Moray Firth en Escocia y el cabo de Dursey en el suroeste de Irlanda. Inmersos en aquel inmenso desastre de “s谩lvese quien pueda”, todas las naves de la gran flota, dieron media vuelta hacia la geograf铆a Espa帽ola. Muchas naves terminaron naufragando en tierras completamente desconocidas para ello. Era el pre谩mbulo de una gran pesadilla.

Llevados hasta las rocas y las playas. Abandonados en cueros vivos…
Tras el naufragio. El paso el tiempo. De la historia y el documento hist贸rico en el presente, siempre en forma de yacimiento aqrueol贸gico submarino. Con la聽 importancia cultural y cient铆fica intr铆nseca que tiene de por s铆 la armada. Una que englobaba a nav铆os Italianos, Espa帽oles y portugueses que con su arquitectura naval nos traen lo mejor de los vientos de ingenier铆a de I+d+i de la 茅poca y de sus respectivas culturas. Diferentes tradiciones contructivas 聽y de navegaci贸n que iban a ir desde el Mediterr谩neo (con esa escuadra de Levante comandada por Martin de Bertendona) con sus galera y galeazas, que tanto sufrir铆a en las maniobras del mar del norte , pasando por esa mirada Atl谩ntica que marcaban las proas de la escuadra portuguesa y la guipuzcoana, que por su conocimiento sobrellevaron mejor los famosos “elementos” del mar del norte. Arquitectura naval y vida cotidiana; con multitud de elementos que contienen 聽en su interior los pecios聽(en ocasiones incluso con “macabras sorpresas”, debido al magn铆fico estado de conservaci贸n de los materiales org谩nicos, que incluyen tejidos e incluso material 贸seo,聽 huesos y calaveras como hemos podido ver en excavaciones arqueol贸gicas submarinas como es el naufragio del “Kronan” y sus recientes investigaciones en los mares Suecos).
Estas son聽 algunas de las important铆simas referencias arqueol贸gicas que los naufragios de la armada contienen. Su convoy de guerra que iba a recoger al duque de Parma y sus soldados en Flandes , llevaban en sus bodegas y cubiertas a buena parte de la cultura Europea del momento.聽 todo un microcosmos de 10.000 hombres y 130 nav铆os. Aquella flota a煤n a d铆a despierta pasiones. Y as铆 recientemente el ministro de cultura Irland茅s (ten铆a que ser de aquellas latitudes),聽 respecto a los recientes descubrimientos sobre聽supuestos pecios de la invencible nos pod铆an “ofrecer grandes conocimientos sobre la vida abordo y sobre la realidad de los recursos militares y navales disponibles para la campa帽a de la Armada”. Le falto decir que todos aquellos naufragios nos hablaban profundamente de una identidad y una cultura. La Espa帽ola. Si quisi茅ramos buscar uniformes, jubones, joyas, espadas e incluso calzado de aquella 茅poca. Los naufragios de聽 la “felic铆sima” posiblemente ser铆an el mejor yacimiento del mundo que nos explicase la vida cotidiana de aquella 茅poca. Que decir de la vida a bordo,聽 junto a la tecnolog铆a, la cultura, las costumbres y la mercanc铆as,聽 de este impresionante conglomerado de importante impacto arqueol贸gico. Ah铆 est谩n, y eso sin olvidar聽 por 煤ltimo con lo que quiz谩s fuese m谩s importante y que quiz谩s hemos olvidado, la historia de sus hombres que murieron en aquellas tragedias. Algunas las trasladaremos literalmente de las fuentes a estos breves episodios de los naufragios. Si tenemos la suficiente imaginaci贸n para oler la sal de aquellas playas, de desdibujar a aquellos soldados, oficiales y marinos. Aquellos Leiva y Recalde, que se merecen ese detalle de nost谩lgica memoria hist贸rica marina que hay es de lo m谩s recomendable poner en valor. Que del pasado, traemos al presente. Y as铆 nos podremos encontrar facilmente playas, como la de Streedagh Strand, en donde en paisaje desolado e inmenso, 聽hay un peque帽o monumento de piedra en forma de barco que recuerda el naufragio de La Juliana, La Lavia y la Santa Mar铆a de Vis贸n. Leyendas en torno a la colina de las horcas (Cnoc na Crocaire) en la costa del Condado de Clare, en clara alusi贸n a los ajusticiamientos de los marinos Espa帽oles que hasta all铆 llegaron. Entre ellos nos qued贸 el 聽impresionante testimonio de Giovanni de Manona, el 煤nico superviviente de los aproximadamente 250 hombres del naufragio de 鈥淪anta Mar铆a La Rosa鈥. Tambi茅n visitarenos a los supervivientes del 鈥淣uestra Se帽ora del Socorro鈥, que se rindieron en la bah铆a de Tralee, y tras lo cual fueron inmediatamente ahorcados si piedad. O lo ocurrido en el Condado de Mayo, donde un mercenario escoc茅s llamado McLaughlan asesin贸 a 80 extenuados n谩ufragos, al mas puro matarife. Matanzas semejantes tuvieron lugar en las islas de Mutton y Clare. En Donegal, 560 hombres a las 贸rdenes de Alonso de Luz贸n se toparon con una columna de caballer铆a. Tras varios enfrentamientos, les prometieron seguridad si se rend铆an, era el cuento de siempre. El de la t谩ctica y la estrategia de siempre.Los masacraron en cuanto entregaron las armas. Aunque de todos es sabido, que el testimonio m谩s dram谩tico fue del de Cu茅llar, muy ejemplificador en todo 茅l ” La playa estaba llena de enemigos que andaban danzando y bailando de placer de nuestro mal, y que en saliendo alguno de los nuestros en tierra, ven铆an a el doscientos salvajes y otros enemigos y le quitaban lo que llevaba hasta dejarle en cueros vivos y sin piedad ninguna les maltrataban y her铆an, todo lo cual se ve铆a muy bien de los rotos nav铆os鈥. Marinos, soldados y oficiales. Nav铆os rotos.Espa帽oles vagando y espantados por las desoladas playas. Y por ultimo el ejemplo de Richard Bingham, llamado el “azote de Connaugth”, en la ciudad de Galway, donde tambi茅n hizo de las suyas. Todos a excepci贸n de los C贸rdoba, fueron ahorcados, incluso oficiales por los que se podr铆a haber pedido rescate. Este militar, afirmo haber eliminado a 1100 supervivientes 聽de los naufragios en la provincia, dejando bien claro las 贸rdenes reales a ejecutar “Inquirir con diligencia acerca de los espa帽oles, que procedentes de la desecha flota, hab铆a llegado con la intenci贸n de invadir el reino de su majestad, 聽prenderlos y luego darles muertes en aplicaci贸n de la ley marcial, sin tener en cuenta su condici贸n”. Historias del pasado. De soldados. De ambiciones y de conquistas. De tecnolog铆a naval. De cultura, sociedad y econom铆a. Todo eso y mucho m谩s es la 鈥淕ran Armada鈥. Eso es todo lo que a continuaci贸n encontraremos con los siguientes cap铆tulos de los “naufragios de la Armada invencible”.
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