En este caso no hay normas, todo vale: no hay horarios, ni exigencias, los hijos toman sus propias decisiones, etc. Lo importante es “que el niño no moleste, mientras yo esté tranquilo…”
¿Qué ocurre si actuamos de esta forma?
- Aprenden a hacer lo que le da la gana y no entenderán un NO por respuesta.
- Serán poco responsables y evitarán cualquier esfuerzo.
- No serán capaces de controlar sus impulsos y deseos inmediatos.
- Serán inmaduros y rebeldes.
2. ESTILO EDUCATIVO AUTORITARIO
La forma de actuar se resume en esta frase: “Se hace porque lo digo yo”.
Aquí se da todo lo contrario que en el anterior, hay un exceso de normas muy claras y se establecen consecuencias desproporcionadas si no se cumplen. Son padres muy controladores que muestran poco afecto y llegan a hacer uso de la fuerza para que los hijos obedezcan (llegando a al agresión verbal e incluso física).
¿Qué ocurre si actuamos de esta forma?
- El niño no aprenderá a distinguir lo que está bien de lo que está mal, simplemente aprenderá a obedecer y cumplir tus órdenes.
- Crecerán con miedos, inseguridades y falta de iniciativa personal.
- Tenderán a la impulsividad y la agresividad.
3. ESTILO EDUCATIVO SOBREPROTECTOR
Esta forma de actuar podemos resumirla en la siguiente frase: “Cuidado con eso que te vas a hacer daño…”
Son padres que suelen impedir a sus hijos realizar diversas actividades que podrían hacer perfectamente por sí mismos: ducharse, vestirse solos, etc. porque según ellos sus hijos no saben hacerlo solos. Establecen una dependencia excesiva por lo que el niño siempre necesitará de la presencia de un adulto para sentirse seguro.
¿Qué ocurre si actuamos de esta forma?
- El niño no aprenderá a hacer nada por sí mismo, siempre estará esperando a que alguien lo haga por él.
- Crecerá con una serie de miedos, carencias y sobre todo inseguridades: jamás se verá capaz de hacer nada por sí mismo.
4. ESTILO EDUCATIVO RESPONSABLE
En inglés se conoce como
“authoritative” que significa “autoridad justa”. Se suele traducir como democrático. Lo podemos resumir en la siguiente frase:
“Voy a enseñarte a que te desenvuelvas por ti mismo.” De esta forma, los padres contribuyen a que el niño madure y se desarrolle plenamente aprovechando la disciplina como una oportunidad para educar estableciendo normas y límites proporcionados.
¿Qué ocurre si actuamos de esta forma?
- Promoveremos en el niño un ánimo optimista, alegre y valiente.
- Formaremos niños seguros de sí mismos.
- Los niños maduran social y emocionalmente, algo de especial importancia.
Lo más importante de todo lo que he mencionado en esta entrada es de qué forma llevamos todo esto al terreno práctico una vez ya conocemos los diferentes estilos educativos. Como muy bien afirma José Antonio Marina “Detectar cuál es nuestro estilo educativo es una de las mejores herramientas para conocer cómo educamos realmente. En qué aspectos funcionamos y en cuáles necesitamos mejorar de acuerdo con nuestros objetivos y con las necesidades de nuestro hijo.”
Si lo analizamos con detenimiento nos daremos cuenta de que no llevamos a cabo ninguno de estos estilos de manera “absoluta”, es decir, vamos oscilando de unos a otros. Lo realmente importante es que los miembros de la pareja podamos aunar criterios. Para actuar de manera equilibrada, la pareja establecerá acuerdos básicos a la hora de educar a los hijos con el objetivo de no transmitir mensajes contradictorios a los mismos que lo único que consiguen es confundirlos. Los padres tenemos que actuar siempre como un auténtico EQUIPO EDUCATIVO. En otro artículo analizaré de qué forma podemos llegar a acuerdos entre los miembros de la pareja.
Para finalizar te planteo la pregunta que da título al post: “Y tú, ¿cómo educas?”, ¿con qué estilo educativo te sientes más identificado?