Estamos ante el fin, bueno, y qu? Podrn dejarse de dar toros en la Monumental, podrn consumar la prohibicin de la Fiesta, podrn enarbolar la bandera de la abolicin confundida con libertad de los derechos de no se sabe muy bien quien, podrn cerrar definitivamente el cerco al espectculo taurino, pero lo que no podrn conseguir es que miles de catalanes se sigan sintiendo aficionados a esta manifestacin cultural nica.Ese es la gran victoria ante la derrota, que una cosa son las leyes y otra los sentimientos. La Monumental cerrada, el ltimo bastin de lo que fue un espectculo del que han disfrutado, que han sentido, miles y miles de catalanes desde aquellos que llenaban la plaza del Torn de la Barceloneta en la mitad del XIX hasta los que abarrotarn el coso de Gran Va el prximo fin de semana.La Fiesta se pliega ante no se sabe qu defensa de qu cosa, la Fiesta se pliega ante una decisin poltica y coyuntural, pero la Fiesta no desaparecer de Catalua cuando se eche el cerrojazo a la plaza. Yo no voy a dejar de sentirme aficionado, y como yo creo que todos los que en este tiempo han luchado contra una accin liberticida travestida en una defensa de los animales totalmente hipcrita.Las corridas de toros prohibidas, las corridas de toros que son cultura ahora por decreto en Espaa; la cultura, pues, prohibida en Catalua. Alguien duda de que esto solo es una manipulacin poltica? Pues miren, en toda la miseria moral que quieren hacer ver que llevamos encima los aficionados, mando yo. Y ah no me valen prohibiciones.As que el prximo domingo cuando se consume el rito de la tauromaquia en la arena de la Monumental, cuando un torero cataln haya lidiado el ltimo toro, en ese momento no llegar el fin. El fin de qu? Que equivocacin! Qu victoria ms amarga!