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Blogs Entre barreras por Ángel González Abad

Risto Mejide llama «asesino en serie» a El Juli

Rosario Pérez el

«Sabes que soy profundamente antitaurino», avisó a Risto Mejide a su invitado en «Al rincón» (Antena 3). El invitado no era otro que un torero, una primera figura, Julián López «El Juli».
A medida que transcurría el diálogo, que por momentos parecía un debate, el entrevistado se crecía con más temple y dominaba con suma elegancia los terrenos irrespetuosos del entrevistador. «A ti no te parece artístico el toreo -dijo El Juli-. Hay seis millones de personas que van a la Fiesta al año y no son ningunos bárbaros. Y yo no soy ningún bárbaro». «Porque tú lo digas», respondió Risto.
-¿Crees que yo soy un bárbaro y que seis millones de personas son bárbaros?, preguntó el torero.
-Están disfrutando de un espectáculo que es barbarie.
-¿Tú crees que yo soy un bárbaro?
-Sí.
-¿Y crees que soy un asesino?
-Sí, en serie.
(Se repetía la historia: ya se lo llamó a Francisco Rivera Ordóñez).
No consiguió enervar a El Juli, siempre educado, un entrevistador que pasó de la provocación a la más absoluta falta de respeto.
«¿Tú sabes lo que creo -había planteado antes El Juli-? Que el toro vive gracias al torero, que vive gracias al ganadero y gracias a las corridas y que los que de verdad defendemos a los animales somos los que los criamos». Risto lo consideró «cinismo». Y el madrileño respondió por derecho: «Cinismo es defender a los animales y no invertir en ellos y dar vida a los animales, querer que se acaben las corridas y que se extinga una raza entera». «Porque tú lo digas. Que vayan a una reserva natural», espetó el publicista mientras dejaba constancia de su absoluto desconocimiento del mundo del toro.
«¿Qué harías si te regalara las mil cabezas que yo tengo?», cuestionó Julián. «Yo no soy ganadero». «Tú prefieres matarlas en un matadero». Risto llegó incluso a perder las riendas de su mediocre entrevista -antes había compartido espacio con Antonio Resines, aficionado a los toros por cierto-, en la que no supo sacar partido del personaje, de un torero que se juega la vida, de sus miedos y valores.
Lo más humano -aunque escogió temas de tinte morboso- fue cuando hizo referencia a su gravísima cornada en Sevilla o al accidente de tráfico que sufrió Julián en 2013. El diestro recordó «la peor experiencia de su vida», su sensación de culpabilidad, la preocupación por los que iban dentro, cómo sacó a sus hijos del coche con un brazo roto y esos momentos de angustia hasta que los oyó llorar y supo que estaban vivos.
El Juli, por encima de los insultos, hizo hincapié de manera apasionada en la tauromaquia como obra artística y subrayó que los toros son «un espectáculo legal y del pueblo».
«Se ha creado un debate político donde no lo había a raíz de Cataluña. Me da muchísima rabia, porque hay gente de izquierdas aficionada, gente de derechas aficionada, y gente de izquierdas y derechas a la que no le gustan los toros. Que vaya el que quiera y el que no, que no vaya». Palabra de El Juli.
La educación no parece el palo fuerte del señor Mejide, cuyo espacio va de capa caída (ayer lo vieron 466.000 espectadores, según datos de Katar Media). Claro que quienes vimos el programa aprendimos lo que no nos gustaría aprender. Gracias.

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