Carmen de Carlos el 15 jul, 2009 Con mucho pesar debo decir que terminó Gran Cuñado. La mejor parodia política de la televisión argentina se despidió de su audiencia con un claro ganador: Francisco de Narváez, la gran revelación en las urnas y en la pantalla chica. El último programa fue tan desternillante como los anteriores. Entre las escenas más graciosas mi preferida fue la del vicepresidente Julio Cobos el falso- en la cama con Cristina Kirchner, la presidenta que no le dirige la palabra por culpa de la guerra gaucha o pelea con el campo. Entre las nuevas, la mejor fue la imagen de Francisco de Narváez con un cochecito donde un pedazo de maromo disfrazado de bebé hacía gestos obscenos al ex presidente argentino (segundo en las preferencias de los televidentes). Francisco en el programa todos eran conocidos por su nombre- había sido papá por quinta o sexta vez el día anterior. Sin nada que envidiar a semejante ocurrencia, Néstor Kirchner, -el trucho que es igual a falso- hizo acto de presencia en los estudios a bordo de un camión de reparto de diarios Clarín. El mayor grupo de comunicación de Argentina es, de forma permanente, objeto de críticas de Kirchner. Su frase favorita: ¡Qué te pasa Clarín! De tanto repetirla la conocen hasta los niños y se reproduce en todos los espacios de humor. Bromas aparte, Clarín ha sido víctima de campañas sucias orquestadas por La Cámpora, una organización que comanda Máximo, el hijo del matrimonio Kirchner y por otras anónimas, con presupuesto suficiente como para empapelar la ciudad de Buenos Aires con carteles llamando, como hace el ex presidente, mentiroso al grupo. Punto y final para Gran Cuñado, los éxitos de Francisco parecen superar la ficción. Visto lo visto y con el recuerdo de las urnas del 28 de junio presente, me atrevo a pronosticar que ha nacido una estrella de la tele y en la política. El tiempo dirá si es así. Otros temas Tags cobosjuliomarcelotinelli Comentarios Carmen de Carlos el 15 jul, 2009