El PP está obligado a querellarse. A querellarse contra sus acusadores y a ganar esa querella. No hay término medio en esta batalla sobre los llamados “papeles de Bárcenas”. O gana la credibilidad del PP o gana la credibilidad de El País. Pero ambas credibilidades son incompatibles. O miente uno o miente otro.
Y, de momento, la mayoría de los ciudadanos piensa que miente el PP. Como lo demuestra una encuesta de Metroscopia publicada hoy en El País según la cual un 76% de los ciudadanos no ha creído las explicaciones de los dirigentes del PP sobre lo publicado por ese periódico. Esa encuesta se hizo entre el jueves y el viernes, antes de la comparecencia de Mariano Rajoy, pero no creo que se haya movido apenas tras esa comparecencia. Según la encuesta que abc.es está haciendo en estos momentos sobre la comparecencia de Rajoy, la mayoría no le ha creído.
Porque en esas palabras faltó un elemento esencial: la ratificación de las acciones legales contra los acusadores anunciadas por Cospedal el jueves. Y es que lo publicado por los acusadores, ese es el problema para el PP, tiene aires de verosimilitud. Y, si el PP quiere recuperar la confianza de los ciudadanos, tendrá que demostrar que esa verosimilitud es engañosa, o que, palabras de Rajoy, “todo lo que se ha dicho y todo lo que se pueda insinuar es falso“. Porque la gran mayoría de los ciudadanos no se lo ha creído. No les basta la palabra del PP, ni siquiera la del presidente del Gobierno. Quieren datos, quieren pruebas, y eso sólo pasa por desmontar la acusación.
Corrupción