Ese, el del título de este post, ha sido el resumen hecho por el dibujante Javier Mariscal de la subida del IVA del Gobierno del PP, y, en concreto, de la subida del IVA que le afecta a él mismo, la de los productos culturales. Mariscal “alucina por un tubo”, eso dijo ayer en la Universidad Menéndez y Pelayo, por una subida del IVA que interpreta como una venganza de los “nietos de Franco” contra los “rojos”, pues los artistas, cree también Mariscal, serían todos de izquierdas.
Está indignado con esta subida de impuestos a los artistas y cree que es una barbaridad recortar en cultura. Mejor dicho, cree que es una barbaridad que el Gobierno recorte en cultura puesto que él mismo hizo hace un año lo que ayer calificó como una “reconversión brutal porque me di cuenta de que debíamos muchísimo dinero a los bancos“. No explicó que tal reconversión consistió en un ajuste de plantilla de 30 a 15 empleados, es decir, en un recorte en cultura del 50%.
Lo mismo creen algunos actores, como Bardem (en la fotografía), que la semana pasada se manifestaron contra la subida del IVA a los productos culturales. “La cultura no es un lujo”, decían, aunque a personas como Bardem sí les permita vivir con tal lujo. O “esto será la guillotina”, en una extraordinaria confluencia de los artistas “rojos” con los liberales, todos en contra de la subida de impuestos porque tales impuestos acabarán con la producción, sea de las películas, de los coches o de las aspiradoras.
Paradojas y extrañas coincidencias del populismo rampante que colorea la bancarrota de España.
Populismo