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Los polémicos posados de Varufakis

Yolanda Gómez el

¿Alguien se imagina la que se hubiera montado en España si el ministro de Economía, Luis de Guindos, en aquel verano de 2012 hubiera posado en Marbella, donde suele descansar, para la revista Hola, o cualquier otra, del modo en que lo hizo Varufakis en Atenas? Hubiésemos puesto el grito en el cielo, y con razón. Ahora se critica a ABC por hacerse eco de este posado, pero ha sido el propio ministro heleno el que ha reconocido que se equivocó con esas fotos. No puedes ir a Bruselas pidiendo dinero para atender a la tragedia humanitaria que están viviendo los griegos y luego mostrar una vida de lujo. Lo siento, y por mucho que algunos lo defiendan, es una enorme contradicción.

Pero fotos aparte, lo que realmente es preocupante es lo que está ocurriendo en Grecia, y más vale que algunos nos apliquemos el cuento. La economía helena estaba empezando a crecer y a buen ritmo, y sus cuentas, antes de pagar los intereses de la deuda, comenzaban a tener superávit. Las tan polémicas y criticadas políticas de ajuste impuestas por Europa empezaban a dar resultados. Pero fue anunciar elecciones anticipadas y el dinero comenzó a huir del país. El PIB griego se contrajo ya en el primer trimestre y, según todas las expectativas, volverá a hacerlo en este comienzo del ejercicio con lo que técnicamente volverá a entrar en recesión, lo que se traducirá en menos ingresos y vuelta de nuevo al déficit. La incertidumbre es muy negativa para la economía y mientras el nuevo gobierno heleno pierde días y semanas peleándose con Europa y sin tomar medidas concretas que den confianza a los inversores, el dinero sigue huyendo del país y la economía se hunde cada vez más en un pozo que parece no tener fondo.

Hay quien dice que Europa no tendrá más remedio que ceder a las exigencias griegas porque ha sido el propio presidente americano, Barack Obama, quien ha presionado para impedir que Grecia se alíe con Rusia o con Turquía. Pero está claro que si hay unas reglas para todos hay que cumplirlas y Alemania, con razón, no está dispuesta a ceder al chantaje del Gobierno heleno. Lo malo es que mientras unos y otros se pelean quienes salen perdiendo son los griegos, que cada vez tienen más difícil salir del agujero en el que están metidos.

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