Yolanda Gómez el 16 abr, 2013 “Somos una raza desmoralizada y hasta que no nos reeduquemos todo será en vano”. Estas palabras de Ortega y Gasset sobre el pueblo español siguen hoy tan vigentes como a principios de los años 20. Todos los estudios y las encuestas que se han realizado en los últimos meses llegan a la misma conclusión. La imagen que los españoles tenemos de nuestro país es peor que la que que España tiene en el resto de Europa y del mundo. Y eso solo tiene una consecuencia: perjudica nuestra salida de la crisis y la superación de los problemas. Es cierto que la situación no es muy halagüeña y que cada dato positivo viene acompañado de otros tantos negativos que lo empañan. Como dicen en mi tierra, poco dura la alegría en la casa del pobre. Hoy el Tesoro ha colocado letras al precio más bajo en tres años, desde el rescate de Grecia. Ya prácticamente nadie habla de la necesidad de un rescate para nuestro país. Pero a las pocas horas conocíamos las previsiones del FMI, que vuelven a suponer un jarro de agua fría sobre las expectativas, algo más optimistas, del Gobierno. El organismo internacional cree que la recesión será este año incluso más profunda que la de 2012, y pide más ajustes para reducir el déficit. Eso sí, advierte que si hay muchos ajustes la recuperación del 0,7% prevista para 2014, podría empeorarse. Eso sí, las previsiones del FMI son también algo más optimistas que las del propio Banco de España que prevé que la economía española siga cayendo también en 2014. En fin,… lo que yo sí pediría tanto a nuestros gobernantes como a los organismos internacionales es un poco de coherencia. No puedes pedir más ajustes y decir que hay que impulsar el crecimiento, si a la vez estás advirtiendo que si los ajustes son elevados la economía caerá. Y no puedes pedir al BCE que actúe y dé liquidez al sistema y a la vez asegurar que la liquidez que están dando otros bancos centrales, como el de Japón y la Reserva Federal, está generando una peligrosa burbuja. Y uno se pregunta, ¿en qué quedamos? Quizás, como en todo, en el término medio esté la virtud. Y ni las cosas están tan mal como a los deprimidos españoles nos parece, ni vamos a salir de esta creciendo a los ritmos que lo hicimos en los años del boom inmobiliario. Y probablemente hay que seguir reduciendo el déficit público y desde luego quitando grasa a la administración, pero no a costa de exprimir más a los sufridos contribuyentes; o de recortar en inversiones y actividades que son esenciales para impulsar la economía. Esperemos que al final entre nuestros gobernantes españoles y los europeos, que al final son los que realmente mandan, reine la cordura y se tomen medidas sensatas que no ahoguen todavía más a nuestra ya maltrecha economía. Otros temas Comentarios Yolanda Gómez el 16 abr, 2013