“¿Acaso no he sufrido bastante que buscáis aumentar mi miseria? Amo la vida, aunque sólo sea una sucesión de angustias, y la defenderé. Recordad: me habéis hecho más fuerte que vos; mi estatura es superior y mis miembros más vigorosos. Pero no me dejaré arrastrar a la lucha contra vos. Soy vuestra obra, y seré dócil y sumiso para con mi rey y señor, pues lo sois por ley natural. Pero debéis asumir vuestros deberes, los cuales me adeudáis. Oh, Frankenstein, no seáis ecuánime con todos los demás y os ensañéis sólo conmigo, que soy el que más merece vuestra justicia e incluso vuestra clemencia y afecto. Recordad que soy vuestra criatura. Debía ser vuestro Adán, pero soy más bien el ángel caído a quien negáis toda dicha. Doquiera que mire, veo felicidad de la cual sólo yo estoy irrevocablemente excluido. Yo era bueno y cariñoso; el sufrimiento me ha envilecido. Concededme la felicidad, y volveré a ser virtuoso”
Frankestein Mary Shelley
Esta cita, por extraña que pueda parecer, es muy oportuna ante noticias como la de los padres japoneses que abandonaron a su hijo en un parque como castigo. El comportamiento de los hijos ha sido moldeado, y modelado, por los padres. No es lícito renegar después de ellos, sin siquiera reconocerse en su “criatura”. Ese moldeado unas veces es sensato. Otras, probablemente no tanto. El abandono del niño da una idea de la mentalidad y estilo crianza de los padres… El pequeño, a día de hoy, sigue sin aparecer.
Unos padres abandonan a su hijo en un bosque de Japón como castigo La policía busca desde el sábado al niño de siete años en una zona poblada por osos salvajes
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