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Alzheimer: ¿nuevo enfoque en detección y tratamiento?

Alzheimer: ¿nuevo enfoque en detección y tratamiento?
Pilar Quijada el

Un déficit de dopamina, el neurotransmisor implicado en el Parkinson, podría ser también uno de los primeros signos de un Alzheimer incipiente. Eso es al menos lo que propone un estudio llevado a cabo en la Universidad de Sheffield publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease.

La dopamina es un neurotransmisor que tiene una serie de funciones que incluyen la regulación del movimiento, la motivación, la recompensa o las respuestas emocionales. La pérdida de las neuronas que lo producen, denominadas dopaminérgicas, podría ser la causa inicial de que el hipocampo, implicado en la formación de nuevos recuerdos y el aprendizaje, funcionara de forma menos efectiva en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer.

Las neuronas que producen dopamina se localizan en el Área Tegmental Ventral (punto verde). Una de sus proyecciones (flecha roja) llega al hipocampo, relacionado con la memoria y el aprendizaje

Según la autora principal del estudio, la profesora Annalena Venneri, del Instituto de Neurociencia Traslacional (SITraN) de la Universidad de Sheffield, este hallazgo sugiere que si un pequeño grupo de neuronas localizadas en una zona del cerebro denominada área ventral tegmental, no producen la cantidad correcta de dopamina para suministrarla al hipocampo, éste no funcionará de forma eficiente.

“El hipocampo se asocia con la formación de nuevos recuerdos, por lo tanto, estos hallazgos son cruciales para la detección temprana de la enfermedad de Alzheimer. Los resultados apuntan a un cambio que ocurre muy temprano y que podría desencadenar la enfermedad. Este es el primer estudio que muestra esta conexión en humanos” resalta Venneri.

Estudios recientes en modelos de ratón para la enfermedad de Alzheimer habían mostrado una pérdida preclínica significativa de neuronas dopaminérgicas en el área tegmental ventral (ATV) y una inervación reducida del hipocampo por parte de estas neuronas que estaba asociada a una disminución de la memoria. Pero se desconocía si estas observaciones podrían trasladarse a humanos.

Dada la urgente necesidad de identificar los primeros cambios biológicos dentro de la cascada neuropatológica que conduce a la enfermedad de Alzheimer para cambiar el curso de la enfermedad, los investigadores de Sheffield comprobaron si la pérdida de volumen del área tegmental ventral (la fuente de la dopamina) estaba asociada con el tamaño del hipocampo en humanos.

Para ello hicieron resonancias magnéticas funcionales estructurales y  pruebas neuropsicológicas a 51 adultos sanos, 30 con diagnóstico de deterioro cognitivo leve y 29 pacientes con un diagnóstico de demencia por Alzheimer.

El volumen de ATV se cuantificó junto con el de otros núcleos de neuronas del cerebro que sirvieron de control. Estudiaron también la asociación entre el volumen del ATV y los otros núcleos, el tamaño del hipocampo, el rendimiento de la memoria y las habilidades lingüísticas y ejecutivas.

Lo que observaron los investigadores fue que el tamaño del área tegmental ventral (productora de dopamina), se asociaba notablemente con el tamaño del hipocampo y la memoria, aunque no con el rendimiento lingüístico-ejecutivo. Además, la conectividad funcional entre el ATV y el hipocampo se asoció significativamente con marcadores de la enfermedad de Alzheimer.

La conclusión a la que llegó el equipo de la doctora Venneri fue que la disminución de la actividad dopaminérgica del área tegmental ventral puede ser clave en el desarrollo de los signos patológicos más tempranas de la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo podría sugerir nuevas estrategias para el tratamiento temprano de esta devastadora patología para la que hoy no existe cura ni forma significativa de estabilizarla.

De confirmarse estos resultados, podrían revolucionar el cribado de la enfermedad de Alzheimer en etapas tempranas. “Se necesitan más estudios, pero estos hallazgos podrían conducir a una nueva forma de detectar signos tempranos de la enfermedad de Alzheimer en la población anciana, cambiando la forma en que se hacen e interpretan los escáneres cerebrales y usando diferentes pruebas de memoria”, explica Venneri.

Otro posible beneficio de este hallazgo, apunta Venneri, es que podría conducir a una opción de tratamiento diferente con el potencial de cambiar o detener el curso de la enfermedad muy temprano, antes de que se manifiesten los principales síntomas.

El siguiente paso en esta línea de investigación es “establecer cómo se pueden observar alteraciones tempranas en el área tegmental ventral y evaluar si se pueden contrarrestarse con los tratamientos ya disponibles” señala Venneri.

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