Un pequeño gusano de un milímetro nos da lecciones de muchas cosas: genética, sistema nervioso, envejecimiento… Y ahora sobre sexo también.
Los machos de C. elegans, que así se llama el gusano en cuestión, tiene dos neuronas extra que cambian su forma de percibir el mundo, para centrarla en el sexo… Nacen durante la maduración sexual, la adolescencia del gusano, y cambian la forma en que el cerebro masculino procesa la información y establece prioridades.
A pesar del gran salto biológico no nos separan tantas cosas, sobre todo en instintos tan primitivos, de los que depende la supervivencia del individuo o de la especie. El gusano tiene solo 302 neuronas. Y las 2 de refuerzo recién descubiertas que se generan durante su vida “adolescente”. El hallazgo se publica en la revista Nature.
