Emilio de Miguel Calabia el 25 ene, 2022 Stoltenberg visitó Japón y Corea en 2017 y Australia y Nueva Zelanda en agosto de 2019. De éstas visitas la principal fue la que realizó a Australia. En el transcurso de la misma la OTAN y Australia firmaron un acuerdo de partenariado reforzado. Australia, como he señalado, era el socio global que más lejos ha llevado su colaboración con la OTAN. Desde 2014 Australia participaba en la Iniciativa de Interoperabilidad de los Socios y era uno de los seis países con un diálogo ampliado y cooperación ampliadas con la Alianza, en reconocimiento de sus contribuciones a las operaciones y objetivos de la OTAN. Aparte de su notable participación en Afganistán, Australia formó parte de la Coalición Global para Derrotar a Daesh y fue uno de los socios operativos de la misión de la OTAN en Iraq. Asimismo colaboró con la OTAN en la lucha contra la piratería en la costa de Somalia en el marco de la operación “Ocean Shield”. Aunque no es previsible que ninguno de los otros socios globales en Asia-pacífico llegue tan lejos en su involucración con la OTAN, la experiencia australiana podría servir de modelo para reforzar las relaciones con éstos. Los viajes de Stoltenberg, la firma del acuerdo con Australia, el informe sobre el futuro de la OTAN no eran acciones en el vacío. El contexto en que se produjeron estaba marcado por la percepción de que era preciso reaccionar ante la emergencia de China. La Declaración de Londres, emitida con ocasión de la reunión que los líderes de la OTAN celebraron los días 3 y 4 de diciembre de 2019, dijo en su punto 5: “Reconocemos que la creciente influencia de China y sus políticas internacionales presentan a la vez oportunidades y desafíos, que debemos afrontar juntos como Alianza”. El propio Stoltenberg en la Conferencia de Seguridad de Munich de 2021 expresó la misma idea con más fuerza: “El ascenso de China es un tema definitorio para la comunidad transatlántica, con consecuencias potenciales para nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestro modo de vida.” Una prueba de que la preocupación por Asia-pacífico y los deseos de reforzar las relaciones con los socios globales en Asia-pacífico eran más que buenos deseos, en diciembre de 2020 los Ministros de Defensa de Australia, Corea, Japón y Nueva Zelanda fueron invitados a la reunión ministerial de la OTAN. Entre los temas que se discutieron estuvo evidentemente la emergencia de China, sobre la cual la OTAN ha comenzado a preparar informes detallados. El Secretario General de la OTAN en su intervención fijó los parámetros de la discusión al respecto: 1) China no es un adversario de la OTAN; 2) Su ascenso puede proporcionar nuevas oportunidades en áreas tales como el comercio, el control de armas y el cambio climático; 3) No obstante, China ofrece riesgos: su presupuesto de defensa es el segundo en el mundo y está invirtiendo en el desarrollo de nuevas capacidades, no comparte nuestros valores, ataca los derechos humanos, coacciona a otras naciones… en otras palabras, representa un desafío a un orden internacional basado en normas. En la reunión ministerial se habló también del futuro de la OTAN. Mucho había llovido desde la adopción del Concepto Estratégico en la Cumbre de la OTAN de 2010. Cosas que habían cambiado: 1) El terrorismo ya no parecía una amenaza tan grave como entonces. Había demostrado su capacidad para golpear las sociedades occidentales de manera puntual y atroz, pero también se había revelado como incapaz de derrotarlas. Sigue siendo, obviamente, una amenaza, pero ya no es LA amenaza; 2) Han aparecido nuevas amenazas (pandemias, migración descontrolada, cambio climático), que en 2010 o no se consideraban, o no se veían tan peligrosas; 3) A las áreas tradicionales de seguridad, se han sumado nuevos dominios,- el cibernético y el espacial-, para cuya gestión los Estados deben desarrollar sus capacidades; 4) En 2010 la defensa de la democracia ante ataques de regímenes autoritarios y la rivalidad tecnológica no aparecían en la agenda. Por poner un ejemplo del segundo punto: China aspira al liderazgo global en inteligencia artificial y todo indica que podría estar en condiciones de conseguirlo; 5) El Concepto no mencionaba a China y aún describía a Rusia como un socio difícil. 10 años después Rusia aparece como la principal amenaza. Además el estrechamiento de sus lazos con China en todas las áreas, incluida la militar, hace que desde el punto de vista de la defensa, China ya no sea un país lejano para nosotros; 6) Ya no hay apetito para grandes operaciones de estabilización como la de Afganistán. Aparte del desgaste que supuso dicha operación, los escenarios de crisis se han multiplicado en los últimos años y no hay ni los mismos recursos ni la misma voluntad política para hacerles frente. El 14 de junio de 2021, durante la Cumbre de la OTAN, el Secretario General Stoltenberg desveló la Iniciativa de la OTAN 2030, que deberá servir de base para la elaboración del nuevo Concepto Estratégico en 2022. La Iniciativa es un documento muy meditado y que creo que realiza una apreciación muy exacta de la situación geopolítica actual y del estado de la Alianza. El panorama estratégico de los próximos años, según la Iniciativa, estará marcado por la competición entre las grandes potencias, en la que Estados autoritarios revisionistas (Rusia y China, cuyo nombre aparece una y otra vez en el documento como las principales amenazas a las que se enfrenta la Alianza) tratarán de incrementar su poder e influencia y los EEMM de la OTAN se enfrentarán a desafíos sistémicos económicos y securitarios. China plantea problemas de seguridad distintos que los de Rusia y a largo plazo más acuciantes. China posee una agenda estratégica global y los medios para sustentarla. La modernización de sus capacidades representa un reto sistémico; áreas de especial preocupación, por los avances realizados por China son: las telecomunicaciones, el espacio, el ciberespacio y nuevas tecnologías tales como la inteligencia artificial y la computación cuántica. Una amenaza específica de China es lo que el documento denomina “la fusión civil-militar” (MCF), por la que se apodera de tecnologías civiles occidentales que luego aplica a su aparato militar. A largo plazo es probable que China proyecte su poderío militar incluso en el área euro-atlántica. Al mismo tiempo, China es una superpotencia económica y uno de los principales motores del crecimiento, el comercio y la inversión globales. Es un socio económico de primer orden para muchos de los Aliados. La participación de China es clave para, entre otras cosas, cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y para cumplir con los objetivos en la lucha contra el cambio climático. La Iniciativa propone una serie de iniciativas para contrarrestar el reto de China: 1) La creación de un órgano consultivo para discutir todos los intereses de seguridad de los Aliados en relación con China, así como para evaluar las implicaciones del desarrollo tecnológico chino; 2) Coordinación incrementada entre los Aliados, entre otras aumentado los intercambios de información y análisis, así como las evaluaciones sobre el impacto del desarrollo tecnólógico chino; 3) Desarrollar una estrategia política ante China, basada en una evaluación de sus capacidades nacionales, poderío económico y objetivos ideológicos de sus líderes; 4) Invertir en capacidades para monitorear y defenderse contra actividades chinas que puedan tener un impacto sobre la defensa colectiva. El reto que supone China obligará a la OTAN a reforzar sus partenariados en el Indo-pacífico y a utilizarlos de manera más estratégica y proactiva y con objetivos más definidos de lo que venía siendo hasta ahora. Asimismo la OTAN tendrá que determinar las prioridades y requisitos de sus socios para alinearlos con los de la Alianza. Como medios institucionales para profundizar las consultas y la cooperación con los socios en el Indo-pacífico, la Iniciativa propone el actual formato OTAN + 4, un nuevo Consejo del Partenariado Asia-Pacífico o la colaboración con el Diálogo de Seguridad Cuatrilateral, que podría incluir a la India. Lo que la Iniciativa no dice es que esta última opción aproximaría a la OTAN al Quad, una iniciativa que agrupa a EEUU, Japón, Australia y la India y que aboga por un Indo-pacífico libre y abierto; China ha criticado con vehemencia al Quad, al que ha denominado “una OTAN asiática”. Finalmente la Iniciativa propone un futuro partenariado con la India, en tanto que es la mayor democracia del mundo y que comparte intereses y valores esenciales con la OTAN. Este junio la OTAN celebrará su Cumbre en Madrid. De ella tiene que salir un nuevo Concepto Estratégico para los próximos años sobre la base de la Iniciativa. Me apuesto cualquier cosa a que el Indo-pacífico estará muy presente en ese nuevo Concepto. Otros temas Tags AustraliaChinaConcepto Estratégico de la OTANDeclaración de Londres (2019)Indo-pacíficoIniciativa de la OTAN 2030Jens StoltenbergOTANRusia Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 25 ene, 2022