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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

Bloques comerciales en Asia-pacífico (1)

Emilio de Miguel Calabia el

El neoliberalismo trajo una concepción de la geopolítica en la que todo eran las relaciones económicas y comerciales y la vía del futuro era la apertura comercial y el libre mercado. Fue en este marco que entre finales de los ochenta y comienzos de los noventa surgieron varios bloques comerciales: el Mercado Único Europeo, que empieza a construirse en 1986, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre EEUU, Canadá y México, que entró en vigor en 1994, Mercosur, que se puso en marcha en 1994…

La percepción de que los bloques comerciales eran la vía a seguir, estuvo detrás de la convocatoria por el Primer Ministro australiano Bob Hawke del foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico en noviembre de 1989 en Canberra. La emergencia de bloques comerciales regionales en otros continentes y la amenaza de que la Ronda Uruguay del GATT fracasase en su intento de liberalizar el comercio mundial, estuvieron detrás de la convocatoria.

Organizar la reunión de Canberra fue más complicado de lo que parece hoy a toro pasado. Cada uno de los actores tenía sus propios motivos. Japón no deseaba transmitir la sensación de que junto con EEUU estaba intentando dirigir económicamente la región (en aquellos momentos EEUU y Japón eran respectivamente la primera y la segunda economía mundial y la reunión había sido convocada por un estrecho aliado de ambos, Australia). Pero al mismo tiempo quería anclar a EEUU es un sistema multilateral de comercio en Asia-Pacífico, para evitar sus tendencias proteccionistas y salir de la bilateralización de sus relaciones comerciales. EEUU, por su parte, no quería quedar fuera de una iniciativa de arquitectura comercial en la región con mayor potencial del planeta. ASEAN aceptó la iniciativa únicamente cuando se le hubieron dado garantías de que el invento no estaría controlado por Japón y EEUU. Por el momento no se tomó la decisión de si invitar a China, Taiwán y Hong Kong. Tal vez el temor a despertar las susceptibilidades de los Estados miembros de ASEAN estuviera detrás de dos de los rasgos clave de APEC: la escasísima institucionalización y la toma de decisiones por consenso. En ese momento debieron de parecer buenas ideas, pero más tarde…

Al año siguiente el Primer Ministro malasio, Mahathir Mohamad, lanzó una propuesta que más parecía una bomba que una idea: la creación de un Grupo Económico de Asia Oriental, que agruparía a los 10 países de ASEAN, más China, Corea y Japón, de quien se esperaba que ejerciera un cierto liderazgo. Más que los integrantes, lo explosivo de la propuesta estribaba en quiénes quedaban fuera: EEUU, Australia, Nueva Zelanda y Canadá. Asia para los asiáticos en versión comercial. Detrás de la idea de Mahathir había dos motivos: 1) El primero nacionalista asiático: fuera las potencias extrarregionales del continente (para Mahathir, y no sólo para él, Australia era un país extrarregional); 2) En tanto que país en vías de industrialización y modernización económica, pertenecer a un bloque comercial liderado por la economía más desarrollada del mundo, la norteamericana, representaba un riesgo. La propuesta de Mahathir, aunque algunos consideraron que tenía su aquél, no prosperó ante la vis atractiva de EEUU.

APEC (Cooperación Económica de Asia-Pacífico) realmente empezó a arrancar cuando el presidente Clinton convocó en 1993 la Cumbre de APEC. Su visión inicial fue muy ambiciosa: crear una Nueva Comunidad Pacífica, que gradualmente fuese incrementando su cooperación económica y e hiciese oír su voz en los foros internacionales. No sólo se trataría de abrir los mercados de la región y de dar un impulso al libre comercio mundial; también se daría prioridad a apoyar la ola democratizadora que entonces estaba sacudiendo la región. Todo eso quedó en un bello sueño. La Cumbre de Seattle se centró en aquello que unía a EEUU y los Estados asiáticos: la liberalización económica, pero según y cómo… bueno, a lo mejor no les unían tantas cosas.

Tal vez la Cumbre de Seattle no diese todos los resultados que Clinton esperaba, pero sí que hubo logros. El primero fue decidir que la siguiente Cumbre tendría lugar en Indonesia en 1994; con ello se dio continuidad a la iniciativa. El segundo fue mostrar a los europeos, con quienes las negociaciones comerciales en el seno del GATT se habían estancado, que EEUU tenía una alternativa comercial potente en Asia-Pacífico con la que enfrentárseles.

En el camino a la celebración de la Cumbre de Bogor en Indonesia en noviembre de 1994, el sueño de Clinton se deshilachó un poco mas. Tres meses antes de la Cumbre el Grupo de Personas Eminentes presentó su segundo informe, que dejó claro que APEC sería una organización tremendamente laxa. El informe estableció cuáles serían los principios de su funcionamiento: beneficio mutuo, respeto mutuo e igualdad, pragmatismo, toma de decisiones mediante el consenso, pero implementación flexible de las decisiones (esto suena a que si el consenso no me gusta, puedo hacer de mi capa un sayo) y regionalismo abierto (esto significa que los países se comprometen a extender a todos los demás países, miembros de APEC o no, cualesquiera reducciones en sus barreras comerciales que otorguen).

De la Cumbre de Bogor salieron los denominados Objetivos de Bogor, que básicamente estipulaban que para 2010 las economías industrializadas de APEC habrían establecido una zona de libre comercio e inversión y para 2020 las economías en desarrollo habrían hecho lo propio. La vía, aunque no se detalló cómo emprenderla, suponía que todas las economías de la asociación reducirían sus barreras arancelarias y no arancelarias y facilitarían la circulación de bienes, servicios y capital (adviértase que no se hablaba de facilitar la circulación de personas, ni tan siquiera reducidas a la categoría de mano de obra). Bogor, aparte de establecer unos plazos ideales porque estaban muy lejos en el tiempo y lo más probable es que los asistentes a la Cumbre no estuvieran en el poder para entonces, hizo algo muy importante: dejó fuera los asuntos políticos, como querían los asiáticos. En lo sucesivo, APEC sería un asunto puramente económico. Adiós (o patada en el culo) a la Nueva Comunidad Pacífica de Clinton.

 

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