Ludmila Vinogradoff el 19 abr, 2011 La celebración del regreso del presidente Hugo Chávez, el pasado 13 de abril, ha servido para sacar a relucir las “temibles” milicias bolivarianas y poner a rodar el narcotráfico en los buses que las transportaron hasta el Palacio de Miraflores mismo. Desfilaron 300 batallones en total, portando fusiles FN30 con sus uniformes verde oliva ante el balcón del pueblo en Miraflores, cuyo comandante inquilino les arengaba: “patria, socialismo y muerte. Digan: ¡La patria venezolana o es socialista o no es patria¡”. Hace nueve años, el 11 de abril, el comandante en jefe y teniente coronel del ejército ex golpista, fue objeto de una asonada cívico-militar tras una supuesta renuncia que produjo un vacío de poder durante 48 horas al final de las cuales retornó al cargo, lo que es motivo de celebración desde 2002. Las milicias bolivarianas, el quinto componente de la Fuerza Armada Nacional, ya tienen vestidura legal para operar por encima de las otras cuatro fuerzas militares que no son de la confianza del comandante en jefe. Entre esos 300 batallones que le rindieron honores y loas al comandante en jefe se colearon unos narcotraficantes, que llevaron en sus valijas 30 kilos de cocaína de alta pureza hasta las adyacencias de Miraflores, precisamente entre las esquinas Maderero a Bucare, en el mismo centro de Caracas. El comisario Wilmer Flores Trocel, director del Cuerpo de Inteligencia de la policía, CICPC, reveló que el grupo de diez milicianos que participaron en la celebración del regreso de Chávez, forma parte de una red de traficantes de droga, que va de los 17 a los 32 años de edad. Todos ellos militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, incluidos los conductores de los autobuses. El problema es que el mandatario de Venezuela le ha dado muchas alas a una milicia que ha sido cuestionada por su falta de educación, y que ha sido designada para dar instrucción militar a las escolares. Después del ejemplo de la incautación de 30 kilos de cocaína en manos de un grupo de milicianos no es recomendable que eduquen a los niños y adolescentes venezolanos, pero en ninguna asignatura escolar. políticaSociedad Tags educaciónescuelamiliciasnarcotráficoniños Comentarios Ludmila Vinogradoff el 19 abr, 2011