Ludmila Vinogradoff el 13 dic, 2017 El fraude electoral es tan descarado y obsceno que el régimen ya no esconde ni disimula su mecanismo de dominación. La victoria de los chavistas está cantada de antemano, acudan o no los electores a las urnas, como se demostró el domingo pasado. El sistema electoral electrónico está diseñado para perpetuar al régimen en el poder. El jefe del comando chavista, Jorge Rodríguez, se ufana de tener el mejor sistema democrático del mundo, afirmando que en 140 días convocaron tres elecciones que suman más de 30 millones de electores, y “hasta los niños votaron”. Los tres comicios aludidos son la asamblea constituyente en julio, las regionales de octubre y las municipales de diciembre. En la constituyente supuestamente votaron más de 8 millones, en las regionales fueron más de 12 millones y en las municipales más de 9 millones. La coincidencia es que en los tres comicios la participación “oficial” no se reflejó en afluencia real de electores en los centros electorales ni a la salida en la boca de urna. La protagonista fue la abstención, que osciló entre 70% y 80%. Los colegios estuvieron vacíos, no había colas de votantes, y muchos centros permanecieron abiertos hasta después de la hora del cierre sin gente para votar, lo que hace sospechar la manipulación clandestina y delincuencial de las máquinas de votar. Muchas irregularidades o trampas se activaron en las municipales del domingo. Además de la manipulación de las maquinitas electrónicas para inflar el voto, el ventajismo chavista se impuso con el voto múltiple, la compra del voto con la bolsa de comida y bonos navideños a través del chantaje del carnet de la patria. Pero el sistema fraudulento instalado no es perfecto. A veces deja ver sus propias costuras o “errores” como la inconsistencia numérica en la página oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE) de los resultados obtenidos en el Zulia en donde habrían votado más de 259.000 electores “fantasmas” para la gobernación para favorecer al chavista. En el Zulia salió vencedor en los comicios para elegir gobernador el oficialista Omar Prieto con el 57,3% de los votos emitidos. En este estado se repitieron las elecciones ya que el anterior gobernador, el opositor Juan Pablo Guanipa, se negó a juramentarse ante la oficialista Asamblea Nacional Constituyente al no reconocer su validez, por lo que fue despojado del cargo para el que fue electo. Sin embargo, una vez divulgados los escrutinios el ente comicial dejó en evidencia su error o trampa, pues informaron que el Zulia estaban habilitados para votar 963.981 personas, sin embargo, Omar Prieto y Manuel Rosales, sumaron 1.223.506 votos, es decir, 259.525 votos de más. La prueba de la trampa Pero la irregularidad no queda allí. El CNE destaca en su portal que solo sufragaron 448.170 zulianos, ubicando la abstención en 53,5%. Es decir, que el mismo Poder Electoral reconoce una inconsistencia de 75.336 sufragios. Esta misma inconsistencia numérica, pero de apenas 3.000 votos ocurrió con Andrés Velásquez, candidato opositor en el estado Bolívar, donde la página web del CNE lo dio de ganador en octubre pasado y luego lo negó a pesar de las papeletas y las pruebas mostradas. El caso fue impugnado por el afectado y todavía espera por la justicia. política Tags fraude electoralJorge RodríguezJuan Pablo Guanipamunicipalesvenezuela Comentarios Ludmila Vinogradoff el 13 dic, 2017