La Venezuela de Nicolás Maduro pasará a la historia latinoamericana como el primer país de la región que ha tenido sus cuatro bandas criminales, como en la China de Mao, que costará también sangre, sudor y lágrimas para que dejen el poder en el que se han enquistado.
Ya se comienza a escribir sobre estos cuatro grupos chavistas de la dictadura. El escritor venezolano y especialista en temas de seguridad, Marcos Tarre Briceño, ha publicado en la web argentina Infobae un detallado informe sobre la estructura del crimen organizado en que se ha convertido el Estado venezolano.
“Las cuatro corporaciones o feudos que se reparten el Botín Venezuela nacieron como grupos con intenciones políticas o gremiales y evolucionaron rápidamente hacia organizaciones criminales”, señala Tarre Briceño, que yo las calificaría de las “cuatro bandas chavistas” por su semejanza con las que fomentó Mao.
Al igual que el “Gran Timonel” chino, cuya revolución cumple estos días 70 años de fundación, Chávez (gran admirador suyo) “se encargó sistemáticamente corromper y premiar a corruptos y deshonestos como mecanismo para asegurar lealtades y debilitar la institucionalidad, disponiendo libremente y sin controles de la hacienda pública e incitando a sus funcionarios a “ensuciarse las manos” y hacer fortunas personales”.
Según Tarre, las cuatro bandas chavistas de delincuencia organizada que gobiernan hoy a Venezuela están jerarquizadas de la siguiente manera:
La primera es la cúpula, liderada por Nicolás Maduro, Cilia Flores y los asesores cubanos.
La segunda es el mal llamado “Cartel de los Soles” o para ser más precisos, el Alto Mando Militar de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
La tercera es la tenebrosa “Corporación Siria” liderada por Tareck Zaidan El Aissami Maddah, Vicepresidente del Área Económica, a quien EEUU le ha puesto precio a su cabeza.
Y la cuarta es la corporación familiar de Diosdado Cabello.
“Cada uno de estos grupos cumple con los estándares de la Unión Europea para ser calificados como grupo de delincuencia organizada”, concluye el trabajo del investigador Tarre.
La banda de los cuatro se ocupa de saquear el petróleo, el oro, el diamante, narcotráfico y corrupción de la riqueza nacional. Han llevado al país a la ruina y no les importa gobernar sobre los escombros, el terror y la anarquía que han implantado.
La crueldad de Maduro y su mujer Cilia es infinita. Ahora pretenden dar otro zarpazo a la propiedad privada y es el de apropiarse las viviendas vacías que han dejado los 4,5 millones de emigrantes venezolanos.
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