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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

La revolución de cabezas rapadas

Ludmila Vinogradoff el
Chávez calvo

La moda de las cabezas rapadas se extiende en Venezuela. Pero a diferencia del esnobismo de los grupos nórdicos, en este país caribeño la gente se rapa el pelo en estos momentos por oportunismo para quedar bien  con el mandatario, que está tocado por el cáncer y va por la tercera fase de quimioterapia.

La adulación, que los venezolanos denominan “jalabolismo”,  ha llegado  al extremo de que los funcionarios prefieren verse calvos hasta por televisión. Los periodistas,  que conducen el programa “Dando y dando” de la estatal  Venezolana de Televisión,  que lucían abundante cabellera antes del cáncer presidencial, ahora se muestrean con su reluciente calva.

La moda arrancó el 29 de agosto pasado cuando un grupo de dominicanos chavistas decidió rasurarse la cabeza para “solidarizarse” con el mandatario. Como premio al sacrificio capilar el presidente Hugo Chávez los recibió en Miraflores y además les regaló una semana de turismo gratis por las islas venezolanas.

De ahí en adelante todo el que quiera demostrar ser más “Chavista que Chávez”y entrar en la corte de aduladores, no tiene nada más que ir a la barbería. Ante la gran demanda los barberos están haciendo su agosto por subir el precio del corte completo de pelo. Así, el servilismo se m

Chávez con los dominicanos rapados

anifiesta  en cada rincón del país.

Hay ministros, altos cargos, militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, funcionarios de la administración pública, contratistas de obras, becarios y hasta los que no han recibido nada del gobierno pero están en la lista de espera de las viviendas, que se rapan el pelo por la prebenda.

Desde que el comandante en jefe  prohibió las camisas rojas y todos esos símbolos para que no lo asocien con el comunismo y no infundir temor, ahora todos visten de amarillo. Y desde que eliminó la palabra “muerte” de la consigna “patria,  socialismo” ahora todos los letreros públicos invitan a “la vida, viviendo”.

Es la revolución de los camaleones, el mimetismo del color y la emulación de cualquier cosa que diga o haga su líder.

 

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