Ludmila Vinogradoff el 10 abr, 2020 No me imagino a Nicolás Maduro, 57 años, deshojando la margarita, ni rasgando las rayitas en las paredes de una celda, ni inmolándose como un mártir de la revolución chavista. Lo veo más bien negociando un exilio dorado en alguno de los pocos países aliados que le queda para irse sin billete de retorno. Los más buscados Tal vez se está tomando demasiado tiempo para decidirse después que la justicia de los Estados Unidos le asignó una recompensa de 15 millones de dólares por su captura junto a otros 13 altos jerarcas de su gabinete ministerial bajo los cargos de narcoterrorismo. Han pasado pocos días desde que se publicó la cartelera de los más buscados con un ultimátum inexorable (primer paso) y el tirano ya no puede dormir tranquilo. Cualquiera de sus más íntimos, de sus círculos o entorno presidencial o de sus anillos de seguridad podría traicionarle mientras avanzan el tic-tac, las presiones y las sanciones. El tirano ya no confía ni en su propia sombra mientras arrecia la represión contra el presidente interino Juan Guaidó, su círculo y la oposición. Mientras pueda se aferra al poder o da una apariencia de que no está pasando nada. Pero en el fondo está debilitado y golpeado. Su miedo es terminar como el panameño Manuel Noriega, Pablo Escobar o “El Chapo” Guzmán. Los Estados Unidos y la presidencia de Guaidó le han dado la última oportunidad de salir pacíficamente pero se tarda mucho en decidirse. Al usurpador de la Presidencia venezolana, ahora identificado como el capo del Cartel de los Soles, no le queda nada bien hacerse la víctima o un mártir del imperialismo gringo porque siendo heredero de Hugo Chávez no ha sabido heredar su liderazgo en la región. Durante la bonanza petrolera los izquierdistas chulos y los grupos terroristas lo adularon para recibir regalos a cambio de votos y propaganda y ahora pocos se acuerdan de retribuirlos. Para completar la ofensiva contra el tirano tenemos que el gobierno de EEUU también propuso el “Marco para la Transición Democrática” y lanzó el “operativo aeronaval” en el Caribe para combatir el tráfico de drogas. Tanto la cartelera de los más buscados como el marco de transición y la operación aeronaval son las tres acciones que buscan cercar y poner al tirano contra las cuerdas. Es difícil que pueda librarse como lo ha hecho el año pasado. La tenaza se ha ido achicando y las tuercas se han ido apretando cada vez duro por lo que no le queda más remedio que irse por las buenas porque por las malas es muy cobarde, es joven todavía y no lo veo con un trágico final. Esta oportunidad que le dan las fuerzas democráticas de salir con vida de esta tragedia que él mismo ha creado, es la última tras haber asaltado el poder con trampas en la falsa elección de mayo de 2018. No hay más chance ni dinero para sostenerse, la dictadura no tiene futuro, y no hay tiempo que perder. Después será peor. Es mejor salir por la puerta trasera que con los pies por delante. política Tags nicolás maduro Comentarios Ludmila Vinogradoff el 10 abr, 2020