Hoy todavía hay muchas
personas, que piensan que el presidente Hugo Chávez no tiene cáncer, sino que interpreta el mejor papel de su vida: la del enfermo que busca perpetuarse en el poder, lo que le valdría una estatuilla del Oscar por la mejor actuación de algún venezolano que haya soñado con ese premio.
Ayer, el mandatario leyó en cadena de radio y televisión mientras su gobierno le daba una estocada a los empresarios con la Ley de Costos y Precios Justos, los valores de su test de sangre para afirmar que estaba sano y no se moría todavía: ”hemoglobina de 13 puntos, Glóbulos blancos de 9 puntos, Plaquetas 337 puntos, Bilorrubina de 4 puntos, Albúmina de 43 puntos, Urea de -2,5, Fósforo de 1,14, hierro y otros normales”.
Cada vez que un medio internacional serio se aventura a hablar de su enfermedad, Chávez desmiente la publicación. Es el último caso de The Wall Street Journal, cuyo artículo corrobora otras informaciones de que el presidente venezolano tiene sus horas contadas.
Chávez es el único portavoz que ha hablado de su cáncer, el que anunció el 30 de junio pasado. No ha permitido que nadie más hable de su salud. El 20 de junio en La Habana le extrajeron un tumor pélvico cancerígeno del tamaño de una manzana. Se ha sometido a cuatro quimioterapias, dos de las cuales en Caracas, y el resto en Cuba.
Chávez no mencionó al diario financiero norteamericano para desmentirlo cuando anunció ayer los resultados de su test sanguíneo. Sin embargo, es la primera vez que anuncia los valores de su sangre, y el público tendría que creer en su palabra pues no hay otra forma de contrastarlo. Pero ¿si a la final no es más que otro cuento chino, y el hombre está gravemente enfermo?.
Dijo que sus valores sanguíneos estaban normales pero el día anterior reconoció que no viviría por mucho tiempo, tanto como el que desearía: “por más tiempo que yo viva, estoy seguro de que no veré a Venezuela como la sueño, pero qué importa, la verán mis hijos”.
Es muy difícil para la prensa venezolana hacer un seguimiento a la enfermedad del mandatario. Pero es muy fácil caer en la especulación.
política