Ludmila Vinogradoff el 10 jul, 2018 Desde hace nueve meses los venezolanos viven un infierno con la hiperinflación desatada y descontrolada. La contradicción entre la subida vertiginosa e indetenible de los precios cada 24 horas y el salario estancado vuelve loco hasta al más rico de la tierra. Bolívares actuales Para dar una idea de esta locura, la inflación en Venezuela alcanzó un récord de 46.305% en los 12 meses hasta junio, según datos difundidos este lunes por la Asamblea Nacional, dominada por la oposición. La medición del Parlamento es la única que le sigue la pista a la hiperinflación que atraviesa el país petrolero por primera vez en su historia, puesto que el Banco Central dejó de dar datos sobre la variación de precios desde hace tres años. Según el informe de la Asamblea Nacional, la inflación se aceleró en junio y los precios en promedio aumentaron un 128,4%, la mayor variación mensual en lo que va de año. En mayo fue de 110,1%. Los datos no suministran informes comparativos anualizados debido a que la medición inició el año pasado. El alza es todavía mayor en junio en los precios de los alimentos, con un aumento de 183%, para un fuerte impacto en la población, sobre todo en la pobre (el 87 %) que no tiene para cubrir sus necesidades básicas y que es mayoría según sondeos elaborados por un grupo de universidades. El régimen de Maduro ha fracasado en resolver la grave crisis económica que tiene a los venezolanos sumidos en la miseria. Ha lanzado un nuevo cono monetario para borrar los tres ceros que le avergüenzan, pero este no ha podido entrar en circulación en el mercado porque los nuevos billetes no han llegado a los bancos que tuvieron que pedir una prórroga de tres meses para adaptarse al nuevo sistema, pero el gobierno solo permitió diferir dos meses. Para el 1 de agosto tampoco podrá entrar en vigor la nueva moneda sin los tres ceros porque los bancos no han recibido los nuevos billetes del Banco Central de Venezuela. Las agencias bancarias tampoco están dando dinero en efectivo a los usuarios que tienen que conformarse con el pago con las tarjetas de débito o crédito plástico. Pero no toda la población está bancarizada y exige el pago en efectivo como el servicio de transporte o la venta ambulante de los bachaqueros. Y para efectuar los pagos hay que llevar sacos y carretillas de billetes. Heladero con un saco de billates para pagar un helado. Un kilo de café está costando 24 millones de bolívares y un kilo de carne de res 6 millones y medio, mientras el cambio paralelo está en 3.500.000 bolívares por dólar. Aún es barato vivir en Venezuela pero para el que recibe remesas o pagos en divisas, que es el 26% de la población. El resto pasa hambre y come una sola vez al día, y a veces cada dos días, según estudios universitarios. Para compensar la caída del ingreso, Maduro que no reconoce la terrible tragedia por ser el culpable, ha subido ya cuatro veces el salario en lo que va de año, el último de los cuales fue de 103% pero a los soldados de los cuarteles fue mayor de 2.400% para que no lo derrocaran. El salario mínimo actual es 1,50 dólar y en apenas un mes ha sufrido una caída de 68%, estiman los economistas. La proyección de la hiperinflación este año pasará de 200.000%, algo terrible que ningún bolsillo es capaz de soportar. economia Tags hiperinflaciónMadurovenezuela Comentarios Ludmila Vinogradoff el 10 jul, 2018