Con cariño y dedicación, ahí están, en el agua. Son bomberos, socorristas y mas profesionales relacionados con emergencias y rescates, todos voluntarios, pertenecientes a la asociación Proem-Aid, nacida en un Parque de Bomberos, el de Aljarafe en Sevilla. Están en la costa de la parte sur de la isla de Lesbos, a pocas millas de Turquía. Recogiendo y protegiendo a refugiados, sobre todo a niños, que llevan meses llegando en embarcaciones costrosas desde la costa turca.
Me lo explicó el jefe del equipo Proem-Aid que ví ayer en su “cortijo”, como llaman con humor a los modestísimos apartamentos entre olivos cerca del aeropuerto de Mitilini, la capital de la isla. Ahí viven y se preparan los miembros de cada equipo (seis personas en total, todos profesionales de emergencias: bomberos, buzos, socorristas…). Se trata del simpático José Amor, un bombero amigo y compañero del ya mítico Onio, Juan Antonio Reina, que fue quien primero pensó, viendo a los refugiados llegando casi ahogados a las islas griegas el que había que hacer algo “para ayudar”. José llegó con Onio, con José Manuel Pastor, con Antonio Amador y con Joaquín Álvarez a Lesvos en invierno del año pasado, todos ellos miembros del primer equipo, con ilusión y poco material. A partir de entonces cada quince días se turnan y llega un equipo nuevo. Todos son voluntarios que ponen tiempo de sus vacaciones, muchos sus propios ahorros y utilizan con prudencia las donaciones que la organización recibe.
En esta foto pueden ver el tipo de trabajo que han estado y siguen haciendo:
Ahora me he encontrado con el equipo número 14, formado por Ángela Hidalgo Martin, Audric Pons Lopez, Alvaro Noriega Guerra, Michael Muro Diez y Pablo Gutiérrez Briales, un grupo lleno de entusiasmo y profesionalidad. Con ellos también la eficaz Sarah, que puede traducir todo al inglés. “Como en los parques de bomberos, ahora esperamos, preparados. “ En la mesa varios móviles que informan de cualquier movimiento marítimo.
Esta crisis humanitaria nos ha puesto a todos los que vivimos en Grecia en nuestro sitio: hay gente que ayuda y gente que no hace nada. Y los que ayudan han aprendido a base de errores y sustos , como la detención por las autoridades griegas de tres miembros de Proem-Aid, voluntarios españoles que el día que su lancha estaba estropeada se embarcaron en la de otra ONG para seguir ayudando en los rescates y acabaron acusados de tráfico de personas en un calabozo de comisaría en Mitilini, la capital de la isla. Gracias a los esfuerzos de la organización, de la Embajada de España en Grecia , de abogados españoles y griegos y de centenares de voluntarios que hacian guardia esperando su liberación, todo eso pasó. Los tres encarcelados salieron libres y volvieron a casa, se pagó la multa (cinco mil euros por cada uno) y todo el mundo se ha vuelto más profesional. La lancha de Proem Aid es mejor, una zodiac con un motor de 115 caballos y el patrón es el capitán Yannis, un griego curtido con pasado militar. La colaboración con los guardacostas y la policía es estrecha. Y aunque parece que no llegan ya barcas, José y su equipo me cuentan la verdad que nadie comenta en publico: “Salir salen barcas todos los días de las costas turcas. Lo que pasa es que los guardacostas y demás autoridades turcas los echan para atrás. Y patrullan los de la NATO y los griegos. De vez en cuando, después del 20 de Marzo, consigue llegar alguna”. Porque desde el 20 de Marzo, fecha en la que entró en vigor el nuevo acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, ha cambiado todo. Ya no se registran las múltiples llegadas cada día del verano e invierto pasado. Mojados y asustados todos ellos, pero también con hipotermia, algunos con familiares discapacitados. Fallecidos por ahogo, pero también por paros cardiacos. Pero ahora siguen llegando. Y efectivamente llegó una embarcación hace pocos días, con cuarenta y una personas, cinco de ellos niños. “Se te tiran a los brazos nada mas llegar a la playa y te dan las gracias llorando por haberles salvado la vida”.
“Parece que las cosas cuando no salen en la televisión ya se han parado, como si no existieran”, me comentan los miembros del equipo con pena. Porque “Sigue llegando la gente, pero ya no queda casi nadie para auxiliarlos”. Se han ido ya los equipos de socorristas que vinieron de Holanda, Irlanda, Suiza, Alemania. Proactiva Openarms, los socorristas catalanes que fueron los primeros en llegar en septiembre del 2015 a Lesvos, la isla donde mas gente llegaba y sigue llegando, ya están estudiando irse a otro punto mediterráneo con una embarcación mayor y con mas equipamiento, porque “las rutas cambian y las muertes de refugiados en el Mediterráneo se han multiplicado”. Ellos fueron los primeros en llegar solo con sus aletas, luego con unas motos náuticas con las que hacían milagros y ya en diciembre con tres embarcaciones. Ellos fueron los que dieron los mejores consejos a los sevillanos cuando llegaron semanas mas tarde, con entusiasmo y sin experiencia, ya en invierno y les revelaron que en la parte sur comenzaban a llegar embarcaciones precarias y no había nadie para ayudarles a llegar a la playa, porque los voluntarios estaban preparados en la playa pero nadie metía el pié en el agua.
Y así comenzó todo: José Amor fue el único de este primer equipo recién llegado que tenía un traje de neopreno el primer dia y se metió al agua para ayudar a la primera lancha que vieron, hasta la playa donde había mas gente para ayudar. Ahora los voluntarios de Proem-Aid tienen equipos completos (en invierno el mar estaba muy, muy frío cuando estaban horas entrando y saliendo, hasta con nevadas).
Alvaro , un voluntario de Proem-Aid atendiendo a un chico sirio recién rescatado, Mayo 2016
foto de Julia Rodriguez Vazquez
¿Y que hacer mientras se espera el aviso de una llegada? Dan clases de natación a las familias que llegaron por mar. Una actividad útil y una terapia para gente traumatizada.
Clases de natación en la playa, con niños refugiados provenientes de distintos campamentos de acogida, Junio 2016
“Los que llegan aquí tienen todos un miedo horrible al mar. La mayoría nunca lo habían visto y lo asocian con una travesía dramática, con amenazas, gritos, con mucho miedo y con familiares ahogados”. Y por eso ahora esperan los refugiados entre el aburrimiento y la desesperación, en distintos campamentos de acogida, el que las autoridades les digan si se podrán ir a otro país europeo o bien reuniéndose con su familia ya instalada ahí o bien siendo acogidos en otro país. Y cualquier actividad es de agradecer, pero aun más estas clases de natación: primero los niños se echan al agua con los voluntarios y luego poco a poco se atreven a bañarse los padres. Son niños que han madurado de golpe y han visto cosas que ningún niño debería ver. Pero en el agua vuelven a jugar. Y muchos han perdido a sus padres, a sus referentes familiares y el cuidado y el cariño de los voluntarios españoles les reconforta, se nota. Además gracias a las muchas donaciones y a la constante ayuda llena de generosidad de la Asociación de apoyo al pueblo sirio de Andalucía, pueden repartir toallas, crema para el sol, tubos y máscaras de buceo. Y juguetes y muchas mas cosas.
José cuenta como ahora se han quedado para los rescates en la parte sur de la isla solo Proem Aid con otro grupo que se llama ERCI (Emergency Response Centre) y los guardacostas griegos. Y como muchos responsables de organizaciones de rescate, se estudia ahora la posibilidad de ir en el futuro a ayudar en las costas de Malta o las italianas. Nadie sabe que pasará mañana: si las costas griegas del mar Egeo se llenaran de nuevo de barcas o si estas seguirán un largo viaje aun mas peligroso, aun mas lejos. Pero desde hace meses y ahora, esta semana, las costas del sur de Lesvos tienen a sus angeles de la guarda preparados. Y entretanto, estos voluntarios españoles ayudan a que las heridas que tienen las familias refugiadas en sus corazones se vayan cerrando mientras les enseñan a nadar.
Grecia Mayo 2016
Grecia Mayo 2016Grecia Mayo 2016
InternacionalOtros temas