El gobierno conservador se enfrenta hoy miércoles a una nueva huelga general convocada por la Confederación General de Trabajadores (GSEE) y la de funcionarios públicos (ADEDI) que vuelve a paralizar al país después de la huelga general de diciembre.
Están cerrados todos los organismos públicos, los colegios y universidades, hospitales (salvo servicios de guardia y emergencia) y todos los transportes públicos menos unas pocas horas para permitir a los trabajadores acudir a las manifestaciones sindicales. No se efectuarán vuelos en todo el país, ni habrá transporte marítimo y tampoco trabajan ni los abogados ni los periodistas.
Esta vez la protesta se concentra en las reformas de las jubilaciones y en la reunificación de los fondos de pensión , presentando este viernes el primer ministro Costas Karamanlis su proyecto de ley en el parlamento . El electorado ya sabe que la reforma del complejo y caótico sistema de pensiones es imprescindible y su futuro inviable en el estado en el que se encuentra. Pero los sindicalistas , junto con los partidos de izquierda, no aceptan el que se reduzcan los derechos adquiridos de muchas profesiones para una jubilación anticipada y aspiran a que el estado complete la financiación de los diversos fondos de pensión deficitarios . El actual gobierno, con presión adicional desde Bruselas, deberá empezar la reforma, aun sabiendo que es posible que acabe alejándole del poder.
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