Un libro. Un libro mas. Editado por la editorial Liváni, una de las mas conocidas de Grecia (su dueño, Andónis Livánis, fué el secretario personal de Andreas Papandreu durante muchos años, un hombre discreto en un país lleno de indiscreciones). Cuesta 16,50 euros y tiene 480 páginas.Se publicó este mes de marzo. Εl prólogo es de Níkos Yanópulos, un hombre de izquierda cercano al partido radical. Pero este libro es diferente: lo ha escrito un terrorista condenado al máximo de años de cárcel por 200 delitos cometidos: la condena exacta es once veces la cadena perpetua (por cada asesinato que cometió o en el que participó personalmente) y 25 años de prisión (el máximo posible).Condena por su participación en esos once asesinatos, así como múltiples robos, ataques con explosivos contra personas y edificios … y por su pertenencia a la organización marxista terrorista “17 de Noviembre”.
El libro tiene el título de :”Nací 17 de Noviembre”. Y desde su publicación ha comenzado una nueva polémica: la de si se debe publicar o no este tipo de obras en un país donde no existe en la práctica la censura.
El autor se llama Dimitri Kufodina. Nació en 1958 en el pueblo de Terpní , en la provincia de Séres (norte de Grecia) y ya en su juventud era miembro de otra organización revolucionaria, “Lucha antiestatal “. Su familia dejó de verle hace muchos años y trás la explosión de un artefacto en el puerto del Pireo en el que un miembro de la organización fué herido (y empezó a hablar…) comenzaron los arrestos de distintos miembros del grupo terrorista.Curiosamente este terrorista, Sávas Xirós,que se quedó casi ciego en este atentado, acabó casándose con Alicia Romero Cortés, una española con la que convivía. La ceremonia tuvo lugar años después en la cárcel. Ahora Sávas está en el hospital de esta misma cárcel con muchos problemas de salud.
Kufodína por su parte acabó entregándose voluntariamente a la Brigada Antiterrorista el 5 de Octubre del 2002.Llevaba años viviendo con nombre falso,dedicado aparentemente a la apicultura junto con su mujer, Angelikí Sotiropulu, en una casa de color rojizo en Varnáva. Tenían también una casita en Plaka Keratéas (en esa zona de Atica) y veraneaban en la muy aislada y pequeña isla de Gavdo (cerca de Creta). Angelikí no concede entrevistas, se dice que es socia de una cafetería en el centro de Atenas y visita regularmente a su Dimítri en la cárcel de Koridalós, entre Atenas y el Pireo.
Este es Kufodína durante el juicio y una foto mas reciente de su mujer Angelikí.
Y esta era su casa alquilada en las afueras del pueblo Varnáva antes de ser arrestado:
La “Organización Revolucionaria 17 de Noviembre fue una organización marxista basada en la guerrilla urbana que estuvo activa desde 1975 hasta el momento en el que entraron en prisión casi todos sus miembros (por cierto uno de ellos se escapó aprovechando un permiso y anda suelto). Me permito recordar las víctimas de un terrorismo fruto de un grupo de ideólogos marxistas y de sus seguidores que luchaban contra el estado,contra el poder, contra el capitalismo y la sociedad actual, contra quienes consideraban enemigos. Y vivían de lo que robaban (bancos) , atentando con los explosivos que robaban también al ejército griego. Durante el juicio no se aceptó el carácter de lucha política de sus delitos y sus condenas se basaron en los delitos de formación de banda criminal, homicidios, robos y posesión ilegal de explosivos etc.
Siempre me ha parecido que las víctimas de atentados terroristas merecen un recuerdo, aunque hayan pasado muchos años. Aquí tienen los nombres de los asesinados (solo añado la nacionalidad cuando no son griegos ): el norteamericano Richard Welch, jefe de la CIA (1975); el militar jubilado Evanguelos Máliu (considerado uno de los torturadores de la junta militar) (1976); el subdirector de la brigada antidisturbios griega Pandelí Pétru y su conductor, el también policía Sotíri Stamúli (1980); el consejero naval de la embajada norteamericana Georges Tsantes y su conductor Niko Velútsu (1983); el policía Níkos Georgakópulos (asesinado durante un atraco a una sucursal del Banco Nacional en 1984); el editor del periódico ateniense Apogevmatini, Nikos Momferatu y su conductor Panayóti Ruséti (1985); el policía Níkos Georgakopulos (durante la explosión de una bomba en un autobús de la brigada antidisturbios en 1985). Tomen un descanso, porque la lista es larga y sigue: el industrial Dimitri Angelópulos (1986); el industrial Alexandro Athanasiadi (1988); el consejero de defensa norteamericano William Nordeen (1988); el fiscal Constantinos Andrulidakis (1989); el diputado conservador Pávlos Bakoyaní (1989); el militar norteamericano Ronald O. Stewart (1991); el empleado de la Embajada turca Cetim Gorgu (1991); el policía Yánis Varís (1991); el estudiante de 22 años Thanos Axarlian (1992); el banquero Mijáli Vranópulo (1994); el diplomático turco Omer Haluk Sipahioglu (1997); el armador Costas Peraticós (1997) y el agregado de defensa británico , Brigadier Stephen Saunders (2000). Son 24 porque el fiscal Andrulidakis falleció poco después debido a las graves heridas de su atentado. Algunos fallecieron por error, como Axarlián, que estaba andando por la calle en el centro de Atenas porque se tenía que reunir con su madre en la joyería familiar,cercana al Ministerio de Finanzas.Falleció por la explosión destinada al entonces ministro de economía conservador, Yánis Paleokrasás (que no resultó herido).
No incluyo los heridos graves y leves, que fueron bastantes. Y todas las víctimas de estos atentados junto con sus familias recordarán siempre estos actos violentos y crueles. Sin contar la angustia de muchas familias griegas que eran avisadas por las fuerzas de seguridad de que figuraban nominalmente en las larguísimas declaraciones del grupo antes o después de cada uno de sus actos.Tampoco les menciono la extensa lista de los atentados fallidos, de los atracos y ataques a bancos, compañías norteamericanas y de otros países, junto con algunas multinacionales
En su libro Kufodina señala que “sin renunciar a su historia personal” hace un balance de su trayectoria vital con “cuarenta años en el grupo” (terrorista), añadiendo que se trata de “una contribución a la historia del movimiento de la lucha armada posterior a la dictadura de los coroneles”.
Pero son muchos los que protestan, empezando por los hijos de algunas de las víctimas,seguidos por políticos e intelectuales. Porque en ningún momento Kufodina se arrepiente de sus actos y sólo reconoce que en el caso del joven Axarlián su muerte fue un error.
La editorial Livánis se ha cubierto las espaldas con una nota de prensa en la que destaca que ” ha demostrado su confianza en el pluralismo de los movimientos ideológicos , políticos, sociales y culturales. Nuestras publicaciones durante estos casi cincuenta de recorrido muestran no mantener obsesiones narrativas unilaterales en temas importantes sobre los acontecimientos históricos griegos y no tener prejuicios. Creemos que debemos dilucidar todos los aspectos de la historia griega durante sus períodos históricos importantes y polémicos . (…). No hace falta decir que la editorial , basándose en estos principios ya ha publicado otros libros acerca de la existencia y la actividad de la organización 17 de Noviembre , lo que demuestra cada vez que un libro no significa que el editor está de acuerdo o se identifique con las opiniones de los autores .”
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