PRUDENTE OPTIMISMO EN GRECIA SOBRE EL ESTADO DE LA ECONOMIA Yorgos Papandreu lleva varios días anunciando categóricamente que la economía griega comienza a mejorar . Y se vé obligado a desmentir los rumores sobre una posible quiebra helena, sobre el que el país deberá abandonar la zona euro y sobre la impresión … de dracmas.
Lo ha hecho en Viena, dónde acudió a la Reunión del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) y dejó bien claro que su gobierno no quiso declarar bancarrota ni salirse del euro , que el programa de consolidación fiscal ha comenzado y que Grecia pagará su deuda. Y lo resumió diciendo “Haré lo necesario para que mi país salga adelante, supere la crisis, se restaure la solidez de las financias estatales, se consiga una economía mas competitiva y se salvaguarde la cohesión social de nuestra sociedad”. La semana próxima acudirán a Atenas representantes de la “troika” ( Comisión Europea, Banco Europeo y Fondo Montetario Internacional) para ver el progreso de las medidas de ajuste griego , aunque el informe oficial será a finales de Julio.
El primer ministro socialista , entre viaje y viaje al extranjero ( tiene también la cartera de Exteriores y es Presidente de la Internacional Socialista ) visita tambien las provincias helenas. En Arcadia estuvo esta semana acompañado por cinco ministros y cuatro vice- ministros. Y anunció, para desmentir los rumores de catástrofes que abundan :”Estamos en el camino del regreso a la normalidad económica y fiscal ” . Hasta los oídos de Papandreu habían llegado rumores de que hay barcos que traen papel especial para imprimir dracmas . Papandreu insistió en la irresponsabilidad de muchos que hacen declaraciones y además arrastran a los medios de comunicación . “La Unión Europea anuncia que Grecia se encuentra en el camino correcto, sin presentar problemas para la ejecución del acuerdo de cooperación y que el tema de los gastos públicos , los ingresos y los objetivos van bien y por el otro lado algunos , en dialógo público, hablan de rumores sin base, de profecías sobre catástrofes, sin que exista control ni sensibilidad”.
Lo que sí dejó bien claro el primer ministro