hughes el 20 feb, 2014 Hoy es el dÃa internacional del gato. Maullará la red social, que deberÃa destinarse al animal, destinarse exclusivamente al animalismo. Vaciarla de lo humano. Convertir la red social, escombrera de cinismo legañoso, en red del animal y, concretamente, por su condición urbana y doméstica, en red del gato. La red del gato. Los gatos no solo reinan en los tejados y los rincones, también en internet donde su mirada se impone como verdadera belleza. Ante tanta humanidad, ante tanta algarabÃa, yo empecé a fijarme en el minino. A mirar gatos. Comencé a convertir la red en safaris gatunos. Voyeurismo pasivo del gato admitirÃa (webcams, observación minuciosa). En esto hay algo de japonización,  algo muy loco y muy contemporáneo. Al entrar en ABC lo primero que vi fue un gato. Gato emblemático, corporativo, que cada vez que se me cruza me regala un estremecimiento de profecÃa. Es mi gato de ABC. Los gatos parece que siempre te echan una suerte encima. Ellos aparecen cuando se vacÃa la ciudad. La calle desierta ya es entonces calle de los gatos, que son como primeros habitantes de la ciudad, dueños de los rincones, animales rinconeros. Acabo de descubrirla foto de Kurt Cobain con un gato. Lo tiene en el hombro, como el loro de un pirata y Kurt extiende su brazo para que el gato le camine, le pise con garbo. EL animal extiende una patita y el fotógrafo retrata el gesto siamés. Pocas veces vimos tan tranquilo y contento a Cobain. El grunge y el gato. Lo que me quedaba era ver al lÃder espiritual de la rabia generacional, la que sucesivamente han ido explotando los cobaincitos de las generaciones equis, equis más uno, equis más dos, verle con el gato, junto al agto, como a tantos otros Ãdolos. Cuando se posa junto a él parece que se posa con un espÃritu. Por eso es tan sumamente fotográfico. Yo no castigo a mis animales poniéndoles nombre, decÃa Manolo Beltrán, y Eliot tiene un poema sobre la nombradÃa del gato. El acto importantÃsimo de nombrarlos. Eso es lo que más admiro de las asociaciones de recogidas de gatos callejeros: lo primero que hacen es ponerles nombre y siempre con acierto. Talento que indica una enorme sensibilidad y un estudio individual del felino. Pero casi se prefiere al gato sin nombre, callejero, que nos chulea las esquinas cuando las ciudades se vacÃan. Gato monarca gaditano frente al mar (conocedor de las mareas, con la intuición del mar). Animal analgésico. Capaz de sublimar el amor por alguien, de apoderarse del amor por alguien y sustituirlo. He descubierto las capacidades literarias del gato al entender que admiten una vida sentimental, que permiten el desarrollo de una estimación simbólica que tiene algo de humana. Para mÃ, el gato es una energÃa femenina. Es una tranquilidad descubierta gracias a la mujer. Es caricia femenina en el tiempo, deslizada (¡zoo de afectos encerrados!) En el dÃa internacional del gato veremos cómo la tecnologÃa camina hacia el hecho estético absoluto, la obra que será una cumbre, una cúspide de desvelamientos: la selfie gatuna. actualidad Comentarios hughes el 20 feb, 2014