Ya saben ustedes por lo poco que me conocen que no soy yo muy dada a actividades aeróbicas que requieran un esfuerzo infinito. Lo mío, si acaso, es ver fútbol por la tele, preferiblemente una final como la del sábado pasado. Si es con una caña y amigos para qué contar. Pero los cuarenta se notan (al menos en mi caso, sí) y cada día me tomo más en serio lo de cuidarme, más que nada porque a partir de esta edad ya todo comienza a deteriorarse. Así es, amigos. En la zona en la que vivo hay un lugar que siempre que paso me llama la atención. Se llama Bikram Yoga. La primera vez que lo escuché fue relacionado con alguna noticia de famosos de Hollywood que andan todo el día haciendo cosas muy buenas para estar ideales. Que si batidos de frutas, que si de vegetales, que si dieta macrobiótica, que si bikram yoga, un largo etcétera de esos que sólo con imaginártelo en tu día a día te pones a temblar. Ciertamente hay muchas cosas hoy en día al alcance de casi todos para estar en forma. Mejor dicho, de todos. porque de momento hacer deporte al aire libre es gratis. De momento, que todo se andará.
Les voy a hacer una confesión: junté el valor necesario para probar una clase. Lo hice en Bikram Yoga Orgaz. La dueña, una francesa encantadora que no ha perdido ni pizca de acento galo, me animó a hacerlo. Y ahí que fui yo, incauta de mí. Os cuento cómo fue: La clase dura hora y media. Sí, así del tirón. La sala está a cuarenta grados, ni uno más ni uno menos. Y con una humedad del 40%. Tienes que ir con camiseta de tirantes (si eres tío pues no llevas nada por arriba), y pantalones, preferiblemente cortos, o que no te den calor. Vamos que lo que tienes que hacer es ir vestido con la menor ropa posible porque lo que vas a sudar es cosa fina. No puedes beber agua hasta que hayan pasado 25 minutos para no interferir en el funcionamiento de los órganos que, en ese momento, entran en “calentamiento” .
Pero, ¿qué es el famoso Bikram Yoga que tanto llama la atención?
Es una técnica oriental en la que se hacen 26 posturas (asanas) seleccionadas de la parte más física del yoga, el Hatha Yoga, y colocadas en un orden específico para crear una serie evolutiva: cada postura prepara a la siguiente. El calor y la humedad (40ºC y 40% de humedad) protegen tu cuerpo, permitiendo estirar tus músculos y ligamentos sin riesgo de lesión. 40ºC son solamente 3º más que la temperatura corporal y ¡NO ES NINGUNA BARBARIDAD! (la sauna está a un mínimo de 60ºC). ¿Se aguanta? Sí, perfectamente. Sin ese calor y esa humedad no podrías ganar la flexibilidad que se gana gracias a esta serie o te lesionarías. Durante la clase trabajas tus músculos en profundidad, de los huesos a la piel, estirando y definiendo todo tu cuerpo en su totalidad. Realmente, esculpes tu cuerpo. Por ejemplo, fortaleces músculos serratos, intercostales, dorsales, oblicuos que en una clase fitness o en el gimnasio pocas veces podrás trabajar.
Estimulas todos los sistemas: respiratorio, circulatorio, muscular, digestivo y endocrino, haciendo compresiones en la tiroides y en el páncreas, acelerando tu metabolismo (muy útil para las personas que tienen dificultad en perder peso) ayudando a regular hormonas. Gracias a la compresión y a la descompresión justo después de cada postura (propio del hatha yoga, efecto torniquete), renuevas la sangre en todos tus órganos, oxigenándolos. Se estira la columna vertebral del coxis a las cervicales, especialmente la parte dorsal (12 vértebras que empiezan a aplastarse cuando dejamos de crecer, y en este aplastamiento está al origen del envejecimiento de nuestros órganos vitales y, en consecuencia, envejecimiento de la piel: el bikram yoga tiene un gran efecto “rejuvenecedor” gracias también a la eliminación de toxinas por el sudor. Se dice que en el momento que empiezas a practicar con regularidad el bikram yoga, se te para la edad. ¿Será cierto? mmmmm igual sí por lo que se ve.
Durante la clase, tu cuerpo produce una gran cantidad de endorfinas, hasta 10 veces más que en cualquier clase de fitness. Eso es lo que hace que sea muy adictivo. La endorfina es la hormona de la felicidad y todos buscamos sentirnos así, ¡bien y felices!
¿Qué dicen los que critican esta práctica?
Desde su creación, hace 50 años en Estados Unidos, no tuvo controversia seria y fundada. Según Kristel, la dueña del Bikram Yoga Orgaz, “los detractores, por regla general, nunca asistieron a una clase y suelen venir del mundo del yoga tradicional o del deporte. Pero cuando lo pruebas, te das cuenta que los rumores sobre la bajada de tensión, la pérdida de minerales, la deshidratación son sin fundamento: toda la clase regula tu sistema circulatorio y NUNCA provoca bajada de tensión, aunque sí te puedes marear pero en este caso la mayoría de las veces viene por causa de inflexibilidad en las cervicales o problemas digestivos, y de hecho estos mareos aparecen justo después de haber hecho una asana hacia atrás (dejar caer la cabeza y doblar la columna vertebral hacia atrás)”
“Según los expertos- continúa Kristell- noventa minutos no es tiempo suficiente para que tu cuerpo pierda minerales, siempre y cuando bebas agua antes y después de la clase. El bikram Yoga ha sido objeto de estudio en la universidad de medicinas alternativas en Los Ángeles y está considerado como una práctica terapéutica. No nos olvidemos que el yoga, en todas sus formas, tiene por objetivo de unir mente y cuerpo,(YOGA significa UNIÓN) de llevarnos en un estado de “Mindfulness” (término tan de moda ahora) y el bikram yoga te permite llegar a este estado de plenitud y presencia (aquí y ahora, el “poder del ahora”) en pocas sesiones. En definitivo, es un deporte muy intenso que va muchísimo más allá del físico, aunque moldees tu cuerpo como nunca lo habías hecho antes. Esta apto para TODOS los públicos. Tenemos alumnos desde los 12 años hasta los 70 años, la mayoría tienen entre 30 y 50 años”
MIS CONCLUSIONES DESPUÉS DE HABER PROBADO UNA CLASE
- Es duro, para qué nos vamos a engañar. En la hora y media de clase hice dos parones de 5 minutos. No podía más. Pero mucho más duro es una hora de spinning.
- Si te concentras en tu respiración y en tu cuerpo entras en un estado de relajación increíble (aunque eché de menos menos luz y música relajante)
- No cometas nunca el error de llevar una camiseta blanca con un sujetador por debajo de color diferente al de la camiseta: parecerás miss camiseta mojada de Elche.
- A medida que va pasando la clase, aunque sea la primera vez en tu vida que lo haces, te das cuenta cómo tu cuerpo se va convirtiendo en más elástico. No es coña, ejercicios que la primera vez no eres capaz de hacerlos ni de guasa, la cuarta, o veinte minutos más tarde, los haces sin problema.
- Sudas tanto que no puedes comprender de dónde sale tanta agua de tu cuerpo. Es un no parar.
- Al final de la clase te sientes con un subidón de endorfinas parecido a cuando tienes una sesión larga e intensa de sexo con alguien que te gusta muchísimo.
- Los ejercicios que tienen que ver con las caderas, si te concentras y los haces bien, hacen que después tengas una sensación de ir mucho más ligera. Es como si alguien te descontracturase. Me recordaron, por cierto, a algunas técnicas de preparación al parto.
- Como casi todas las técnicas orientales, el bikram tiene como objeto conectar tu cuerpo y mente. Hay una postura en la que levantas la pierna hacia atrás mientras te mantienes en equilibrio agarrándola con la mano desde el tobillo. Parece imposible la primera vez que la haces, crees que enseguida perderás el equilibrio. ¿El truco? concentrar la fuerza en la rodilla de la pierna que está en el suelo y tu mirada al frente. A veces la mente es infinitamente más poderosa que el cuerpo.
- El cuerpo es mucho más elástico de lo que imaginamos. Ni siquiera tienen que ver los kilos que uno pese, sino lo que trabajes la elasticidad. Dicen los chinos que estirarse, estira la vida. Es, digamos, como si aprendieses a ser un gato.
- Todas y cada una de las posturas buscan una mejora de cada uno de los órganos de nuestro cuerpo: pulmones, hígado, corazón…
- Si eres constante (dos veces por semana), llevas una vida relativamente saludable y no abandonas, adelgaza. Aunque, francamente, creo que los beneficios que proporciona son infinitamente mayores que el de adelgazar.
- Ahora mismo tienen un bono de 7 sesiones por 18 euros (normalmente cada sesión cuesta 22 aunque siempre suelen tener promociones)
Conclusión final. Me ha gustado muchísimo. Ahora sólo tengo que vencer la pereza que para mí supone siempre ir a un centro a hacer algo. Soy vaga por naturaleza, lo sé. Y una conclusión ya más elevada. ¡Cuántas técnicas orientales nos perdemos en occidente por no estar más atentos a nuestra conexión cuerpo-mente!
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