Resulta que Eric Cantona también tiene un abuelo, como Zapatero, que explica sus ideas, o sus boutades, como es el caso. El exfutbolista francés no sólo dijo hace unas horas eso de que “No fue España la que ganó el Mundial. Fue Cataluña. Había 10 jugadores del Barcelona”.
Justamente después habló de su abuelo: “La verdad es que mi abuelo era de Martorell. Era republicano…“. Y 70 años más tarde, Cantona simpatiza con Cataluña pero no con España y se apunta al mensaje nacionalista de dos naciones supuestamente diferenciadas. A favor de Cataluña.
Lo que tiene que ver con el abuelo de Cantona, pero afecta a muchos franceses y a su imagen de España, aún tan determinada por la guerra civil y el franquismo. Eso no sólo explica lo que les ocurrió con ETA durante décadas, que se movió con toda tranquilidad por Francia. Explica también cierta tendencia francesa muy marcada a simpatizar con determinas lecturas izquierdistas de la situación política española.
Y así puede ocurrir lo del diario socialdemócrata Le Monde este lunes, que llevó a portada un artículo sobre la “manifestation d’hologrammes contre la ‘loi baillon'”. Sobre esa manifestación del viernes pasado que pasó sin pena ni gloria en España, pero que Le Monde consideró digna de ocupar casi la mitad de su portada, con grandes simpatías hacia los que hablan de la “ley mordaza”. En un país donde, por ejemplo, el Consejo de Estado, a petición del por entonces ministro de Interior, Manuel Valls, prohibió un espectáculo del cómico Dieudonné, por sus contenidos.
Y les faltaría tiempo para aplicar una mordaza bien real a Cantona, si se le ocurrieran tonterías de las suyas para hablar de los corsos, de los bretones, de los vascos. O si le diera por lo que quiere hacer su admirado Barça con el himno en la final de la Copa. Lo que llama “ley mordaza” le parecería demasiado benevolente a Le Monde.
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