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Blogs La viga en el ojo por Fredy Massad

La buena política de vivienda

IBAVI. Una investigación colectiva. El Croquis, 219

La buena política de vivienda
Fredy Massad el

En su número 219 la imprescindible El Croquis, dirigida sólidamente desde hace ya más de cuatro décadas por Fernando Márquez y Richard Levene, hace dentro de su línea de contenidos una excepción más que necesaria dedicando un monográfico a un proyecto político de vivienda social: el que desde 2019 viene llevando a cabo el IBAVI (Instituto Balear de la Vivienda).

Un aspecto a destacar del enfoque editorial de este monográfico es la cuidadosa atención depositada en la presentación del IBAVI y sus objetivos en materia de vivienda, ya que habitualmente la divulgación y análisis crítico de este tipo de proyectos suele ofrecerse desde la voz de los arquitectos y teóricos, que tienden a centrarse en conceptos y cuestiones intrínsecamente ‘internos’ de la disciplina, de manera que la dimensión de estos emprendimientos como acción de política social nunca, o muy raramente, es abordada como un esencial elemento para su contextualización y correcta valorización.  Por esa razón, aparecen como modélicas singularidades la concisa presentación del IBAVI y sus competencias y la amplia entrevista de la arquitecta Liliana Obal a Cris Ballester Parets y Carles Oliver Barceló, directora hasta mayo del pasado año del IBAVI y responsable del Departamento Técnico de este, respectivamente, que abren el volumen.

Adscrito a la Consejería de Movilidad y Vivienda del Gobierno de las Islas Baleares, el IBAVI tiene como principal objetivo la promoción y el alquiler social de vivienda protegida desde 1986. Uno de sus actuales propósitos es elevar a 3.000 unidades el parque de vivienda pública, que en 2019 estaba integrado por 1.753 viviendas protegidas de alquiler. En la actualidad hay 1.118 nuevas viviendas en diferentes fases y en desarrollo a través de 46 promociones adaptadas a la escala de cada uno de los núcleos urbanos de cada una de las islas, con voluntad de que ese parque público siga incrementándose bajo dos premisas clave: afrontar la emergencia habitacional y la emergencia climática. Esos proyectos de vivienda, que han sido recientemente terminados o bien se encuentran en proceso de construcción o de redacción de proyecto con financiación para las obras, han sido realizados por arquitectos del Instituto o bien por estudios de arquitectura con una trayectoria ya largamente establecida o que están arrancando su actividad profesional y cuyo trabajo en ambos casos se ajusta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La introducción de Obal a su entrevista apunta las problemáticas que han afectado a la vivienda social en España desde principios del siglo XX hasta la actualidad y destaca cómo la aproximación del IBAVI a la vivienda social, «dentro de un territorio gravemente afectado por la presión turística y en el que, en 2019, se contaba con el peor índice de accesibilidad a la vivienda de todo el Estado español», es evidencia de que es posible crear vivienda social de alta calidad espacial, material y ambiental. Ballester y Oliver dan cuenta de una sólida comprensión de la trayectoria histórica de la vivienda social en España y Europa y sus puntos más débiles, así como del estado de la cuestión actual en lo relativo a crisis medioambiental y necesidades sociales, poniendo de manifiesto cómo un proyecto social de estas características precisa del sustento de responsables políticos rigurosos y capaces de actuar y dialogar en todos los detalles a gran y minúscula escala y en los muy diversos frentes implicados. Exhaustiva y profunda, la entrevista retrata la trascendencia y la responsabilidad con que el IBAVI está planteando esta construcción de viviendas sociales, gestionando presupuestos e interpretando normativas y experimentando con soluciones, de suerte que, en palabras de Obal, puede considerárselo un «laboratorio de reflexión arquitectónico» que confirma la viabilidad, y lo deseable, de una vivienda pública sostenible y consciente de su vinculación a un ecosistema natural, urbano y humano que, a través de la propia arquitectura, debe ser activamente preservado y cuidado.

A esta amplia información y reflexión hay que sumar la que aporta el texto del arquitecto británico Stephen Bates, que destaca la labor del IBAVI como una continuidad de la tradición constructiva balear y la influencia en ella de figuras como Sert y Utzon, entre otros.

Con esta monografía El Croquis se posiciona corroborando que la vivienda pública de alta calidad es posible, mostrando además, desde su alcance global, el muy riguroso y sensible trabajo de una generación de arquitectos españoles que, ante una propuesta experimental con objetivos bien definidos, revelan la mejor versión de sí mismos.

 

Fotografía superior: Equipo profesional del Instituto Balear de Vivienda (IBAVI). ©Jesús Granada, fotógrafo / El Croquis editorial

 

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